“El arte es una mentira que nos
Acerca a la verdad”
Pablo Picasso…
El verdadero fundador del marxismo latinoamericano, José Carlos Mariategui en 1928 escribió las siguientes palabras: “no queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión digna de una generación nueva”. No fue escuchada su advertencia: en ese mismo año empezó el movimiento comunista latino-americano a caer bajo la influencia del paradigma stalinista, que impuso, durante casi medio siglo, el calco y la copia de la ideología de la burocracia soviética y del llamado “socialismo real”.
El motor esencial de la reforma constitucional que impulsa Hugo Chávez esta en la búsqueda de un nuevo camino (mas allá de cuestiones económicas especificas)-es la convicción de que el socialismo no tiene sentido- y no puede triunfar- si no representa un proyecto de civilización, una ética social, un modelo de sociedad totalmente antagónico a los valores del individualismo mezquino, del egoísmo feroz, de la competencia, de la guerra de todos contra la civilización capitalista- este mundo en el cual “el hombre es el lobo del hombre”. La construcción del socialismo es inseparable de ciertos valores éticos, contrariamente a lo que plantearon las concepciones economicistas, que solo consideran “el desarrollo de las fuerzas productivas”. Si el socialismo pretende luchar contra el capitalismo y vencerlo en su propio terreno, en el terreno del productivismo y del consumismo, utilizando sus propias armas (la forma mercantil, la competencia, el individualismo egoísta) entonces esta condenado al fracaso.
“La política es el arte de evitar que la gente tome parte en los asuntos que le conciernen”, dijo sarcásticamente Paúl Valéry, poeta, ensayista y escritor francés.Pero aunque malévolamente mordaz, expresó una gran verdad: hasta ahora, para quienes ejercen el poder, gobernar es seguir manteniendo sus privilegios, para lo cual vale todo. Es una parte tan importante de esa actividad tanto la represión contra el que protesta como la manipulación. Aunque en definitiva, al poder le resulta más útil, más cómodo, permitir el “juego” democrático de la política que la represión brutal. En tal sentido, la actividad política es el “arte del engaño”: el engaño a las grandes masas, la mentira institucionalizada. Como dijo Valéry entonces: “evitar que la gente decida pero haciéndole creer que participa”. ¿Qué son las democracias representativas modernas sino “ficciones estadísticas”, como sardónicamente dijera José Luís Borges? ¿Alguien podría tomarse en serio que “el pueblo manda” cuando en la IV republica iba a votar cada cinco años?
“La política es una actividad sucia. Quien tiene el gobierno debe asegurarse su poder destruyendo a inocentes, violando sus juramentos y traicionando a sus amigos, lo afirmo sin vergüenza ni recato Nicolás Maquiavelo hace 500 años.Asi se concibió siempre el ejercicio del poder; Maquiavelo lo dijo sin rodeos, los “políticos profesionales” de las sociedades capitalistas lo aplican diariamente, aplican la máxima de Goebbels de mentir descaradamente para manejar multitudes es el denominador común de todo político de profesión.
Pero hoy en día hay otra forma de entender la actividad política: la política como ejercicio de poder compartido, como una práctica común de todos para el bienestar colectivo.
Esto obviamente, no lo ha desarrollado ninguna sociedad basada en la división de clases y la explotación laboral de unos por otros. Esto es posible lograrlo, en este gran reto que constituye lo que llamamos socialismo que ahora, en la Republica Bolivariana de Venezuela con Hugo Chávez a la cabeza y con la REFORMA CONSTITUCIONAL en marcha se esta comenzando a experimentar.
Democracia revolucionaria, participativa y protagónica, poder popular, auto gobierno del pueblo y para el pueblo: o como se quiera llamar pero el reto esta abierto. La transformación revolucionaria de esta sociedad salvaje e inhumana, tiene como base medular una nueva estructura económica que distribuya de otra forma el producto del trabajo social superando la propiedad privada de los medios de producción… ¡una nueva forma de gobernar! Es esto lo que apuntala la estructura misma del cambio.
Una sociedad socialista es aquella en donde todos los ciudadanos tienen mejoras en su nivel socioeconómico, nuevos valores, una cultura nueva. Visto de otra forma: donde el gobierno no se use para “destruir inocentes, violar los propios juramentos, traicionar a los amigos” para alcanzar perversos objetivos.Una sociedad socialista es aquella donde la ciudadanía, el colectivo “participa en los asuntos que le conciernen” si no, no es socialismo.
Con esta REFORMA CONSTITUCIONAL en marcha, y esta experiencia de socialismo que se esta empezando a edificar en Venezuela: el poder popular tomara el sitial de preferencia en esta época de cambios.
Percasita11@yahoo.es El Tigre Agosto del 2007.