Testigos presenciales hemos sido de los descalabros de algunos políticos que no terminan de dejar los esquemas de la Cuarta, para ellos la Cuarta con sus vicios, es ejemplo a seguir, critican la Cuarta y no dejan de actuar como fieles seguidores de la misma.
Críticos de la meritocracia de la otrora PDVSA corrompida, reviven ese concepto en busca de ser los elegidos por la Revolución en los comicios venideros. Algunos precipitados y “anti-demócratas revolucionarios” “humildemente” ponen sus nombres en la palestra para nuestra consideración, sin importarles que haya una organización política (muy pronto) que deberá escoger, a través de las bases, a los “elegidos” y ya ellos dan por sentado sus candidaturas. Las autoridades que han emergido como comité disciplinario del PSUV, deberían sancionar a estos “luchadores sociales” e inhabilitarlos políticamente por infractores, insubordinados y personalistas, sólo abrazan proyectos individuales. El irrespeto al colectivo es total.
La voracidad de estos depredadores no tiene límites, pretenden nuevamente incautar el poder de decisión de las mayorías, de igual forma como han querido secuestrar el nuevo Partido que hoy se conforma con sacrificio y autenticidad teórica. La práctica de las marramuncias de la Cuarta y la compra de conciencias ha sido un ejemplo de falta de compromiso con la Revolución, con las prácticas ejecutadas para que las tendencias de uno u otro sean mayoritarias.
La posibilidad de emerger líderes verdaderos, que abracen este proyecto por conciencia, ha sido frenada por los “meritócratas revolucionarios” godos de la derecha endógena, muy cercanos política e ideológicamente a la oposición venezolana y extrajera, aunque hablen del Socialismo del Siglo XXI.
Estos “revolucionarios” monolitos decorativos, ideológicamente presos de la Cuarta República, hacen un daño muy grande a nuestro proyecto político, crean mucha desinformación y matrices de opinión que fortalecen a través del inmenso poder económico del cual se han provisto producto de la corrupción.
Vemos con preocupación el llamado desesperado de nuestro Líder al entender que, gracias a la estupidez individual de estos “monolitos decorativos” que se hacen llamar líderes, podemos perder espacios que hemos ganado producto del trabajo colectivo, lo más triste es que quieren repetir, el poder los envileció, algo lógico en aquellos que nunca tuvieron compromiso y lealtad revolucionaria. Se hace necesario detenerlos por el bien nacional y de la Revolución.
Paradójicamente algunos, que se les vencen sus periodos, quieren optar por otros cargos de mayor envergadura, alcaldes ineficientes hoy quieren ser gobernadores, ministros incapaces aspiran a gobernaciones, un juego macabro de poder que debemos frenar, en ello nos jugamos la permanencia de nuestro proyecto.
El circo político con que estos “líderes” han querido sumergir al PSUV, es premonitorio de la bajeza con que asumirían cargos de elección popular, personajes cuestionados por las grandes mayorías, carentes de humildad y compromiso social, progresivamente coadyuvan al deterioro paulatino y sistemático de nuestro proyecto político.
La permisividad complaciente de este glorioso pueblo bolivariano tiene límites en el espacio y tiempo, reclama conciencia a aquellos que nos recriminan falta de ese ingrediente tan necesario para construir el bienestar de todos, quién mejor que el pueblo para crecer en conciencia, siendo una motivación desde las bases, que hoy luchamos por organizarnos de manera firme. Hemos sido autodidactas en nuestra formación política e ideológica en estos nueve años de Revolución. Los “líderes revolucionarios” que hoy se forman en las filas de la sedición entendieron que la mejor forma para su prevalecencia era mantenernos eunucos políticamente, nuestro Líder fundamental piensa de manera diferente y de ahí su ejercicio formador hacia nuestro pueblo.
¡Elección por las bases para cargos de elección popular! desmontemos la maquinaria de privilegios y de aquellos que se creen con poseedores de méritos por su pseudo condición de líderes. Pongamos la dinamita de nuestros principios e ideas sobre el juego político irreverente de los privilegios. ¡No a dedocracia y al cogollismo!
NO HAY NADA MAS EXCLUYENTE QUE SER POBRE.
Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos.
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