Ante lo del PSUV en el Zulia

Para nadie es un secreto el evidente ruido que ha originado las postulaciones del Dirección Regional del PSUV en el Zulia. Más allá de los razonables descontentos y las posibles frustraciones, ha habido un hecho significativamente irrefutable, por vez primera se ha demostrado que se avanza a pesar de la inercia complotadora del pasado.

Los ruidos originados por la fricción de intereses en juego está vez, maduramente, han logrado oírse más allá de los acostumbrados sitios donde se decidía el destino del movimiento popular en el pasado. Los vicios por vez primera han sido aborrecidos por quienes, quizás sin experiencias, están seguros de que así no se construye el socialismo.

Sin desconocer ni aborrecer el grave daño infringido es destacable el trabajo y el dinero que han tenido que invertir quienes, sin esa malsana costumbre, seguramente nada tendrían que aspirar en una madura y consolidada revolución. A muchos, de los que diariamente se engalanan en su supuesta castidad, se les reconoció la práctica y los modales del pasado.

En esta contienda, y no en otra pasada, se ha podido distinguir quienes somos realmente. El verdadero peso del liderazgo y la forma de comportarlo y, quizás, comprarlo, ha sido el hecho más resaltante e insultante para quienes verdaderamente están llevando sobre sus hombros los que otros están desvergonzadamente están comerciando.

Más allá de lo que pueda creerse sobre el destino del PSUV quisiera pensar que se encuentra en las palabras de nuestro máximo líder. Espero que se encuentre conciente que ya es hora de verdaderamente revisar, rectificar e reimpulsar. Será la única forma y manera, en como los verdaderos combatientes puedan conformar la primera línea para mantener esta revolución.

La metodología como se llevó a cabo el proceso evoca reveladoras suspicacias. Incluso los más “novatos” reconocieron que el otrora fantasma del “acta mata voto”, lozanamente vulneró la legitimidad del mismo. Ha sido el modo más infantil no tanto de promover el infantilismo de la izquierda, sino de regresar a la práctica electoral del pasado.

Muchos se hayan convencidos que actual reto del Presidente, en lo que concierne al PSUV, resulta determinante para nuestro próximo desafió. Convencido estoy de la magnitud y el peso de las inquietudes de Fidel: a pesar de los adelantos estamos vertiginosamente retrocediendo por la degeneración de algunos compañeros en el día a día.

Ante lo próximo tan sólo veo posible dos opciones. La fácil, por razones de tiempo el que posterguemos para después lo que no hicimos ayer. La difícil, el que revisemos los “pasajes” de todos quienes en esta nueva arca de Noe pretenden un crucero para las venideras elecciones de noviembre, incluido su capitán.

waldomunizaga@hotmail.com


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Waldo Munizaga


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