Cuando las cosas salen como nosotros creemos que deben salir todo esta bien. Pero si no salen según nuestros cálculos entonces le buscamos las cinco patas al gato. No camaradas, el pueblo, durante diez años ha rechazado a la oposición y mantiene a Hugo Chavez en el poder, es el mismo pueblo que escogió los candidatos del PSUV, descalificar al pueblo como producto de nuestra frustración personal, decir que un alcalde tiene el poder de "obligar" a votar por determinada tendencia a un inmenso número de compatriotas (que votan solo con su conciencia ante una maquina electrónica) es verdaderamente una reacción cuarto republicana y demuestra un total desconocimiento de la idiosincracia del glorioso pueblo venezolano y muy especialmente del pueblo bolivariano.
No somos un partido de imbéciles y borregos, sabemos lo que hacemos y como lo hacemos, votamos por las opciones que pueden darnos un triunfo verdadero en noviembre. Votamos para seguir avanzando, desechando ilusiones y posturas "románticas y rocoleras" pero poco efectivas.
Muchos años hemos militado en las filas de la revolución, sin entender al pueblo y sin que el pueblo nos entendiera, arando en el mar de la frustración a la ilusión y de la ilusión a la frustración, en 1.997 éramos una masa amorfa, dispersa y DERROTADA de hombres y mujeres soñadores que dejaron jirones de su vida y la vida entera en la lucha revolucionaria. Hugo Chávez reivindicó el sacrificio, nos devolvió la vida, la esperanza y convirtió al movimiento revolucionario de Venezuela en una fuerza telúrica arrolladora que lleva la luz a los oprimidos del mundo entero.
Camaradas dejemos de lado nuestras propias mezquindades, ubiquémonos, dejemos de ser pendejos de una vez y para siempre, acatemos la voluntad del pueblo revolucionario y hagamos el trabajo, una oportunidad como esta se presenta una vez cada 200 años.
A todos los "arrechos", los "superrevolucionarios", los "ultrasocialistasmarxistasleninistas", a todos nosotros sin excepción, sin Chavez y la revolución bolivariana, solo nos quedaría ponernos las chancletas, el "short" y sentarnos a rumiar nuestras decepciones frente a las absolutamente escuálidas televisoras.
Lo que está en juego no son una alcaldía o las gobernaciones, lo que esta en juego es el futuro de la patria, de Latinoamérica y el mundo. Esta revolución no puede darse el lujo de fracasar.
Disciplinadamente acatemos la voluntad de la Mayoría, y dispongámonos a dar lo mejor de nosotros mismos por este proceso único e irrepetible.
rafaelurdanet@gmail.com