Con la totalidad de los votos del PSUV escrutados el camino de la revolución hacia la gobernación del Estado Zulia se torna francamente irreversible, pero aun lleno de responsabilidades y exigencias. Lo que se le exigió a una buena parte de la militancia se ha cumplido con éxito indiscutible. El liderazgo de una propuesta revolucionaria lozanamente germinó y brotó masivamente desde las mismas bases de nuestro característico pundonor zuliano.
Gian Carlo Di Martino (58,05%), Henry Ramírez (64,41%), Humberto Franka (56,06%), Luis Caldera (94,45%), Hebert Chacón (67,01%), Omar Prieto (45, 32%), entre otros; son principalmente las llaves de un pueblo que esperanzados requiere abrirse camino hacia los cambios, cambios que durante nada menos que diez años de revolución le han sido vedados incluso por aquellos que mal han interpretado lo que es una revolución.
A pesar de las agoreras patrañas de la Oposición el sentimiento y la disposición por rescatar espacios perdidos se hizo presente mayoritariamente en las urnas de votación. El Zulia, a razón de los duros golpes del divisionismo del otrora, ha logrado en este momento revitalizar con madurez lo próximo de su destino. Claro tiene en este momento quienes han de ser los que nos llevarán al triunfo seguro de noviembre.
Desde el comienzo se supo que era necesaria y urgente una demostración como la presentada este 1 de junio, para promediar y motorizar a nuestra militancia caras al 23 de noviembre. No cabe duda que la motivación y la alegría han vuelto a reinar en nuestras filas. Aunque nuestro júbilo no deja de sembrar pánico en las huestes de la oposición el camino está aun lleno de requerimientos y exigencias.
Hasta el momento Gian Carlo Di Martino ha demostrado tener la experiencia y la madurez necesaria para reconocer los tiempos y, por tanto, su tiempo en la actual coyuntura política del país. Ha diferencia de otros con más polvo de camino en los zapatos, jamás se le vio degenerar en mera fuerza prepotente pretendiendo forzar las circunstancias ha su favor. Tiempo al tiempo y confrontación permanente con el verdadero enemigo, fueron las claves con las cuales la militancia zuliana le reconoció el merecimiento de su candidatura.
Las exigencias de lo por venir se tornan aun más complejas y dignas para el tino de un verdadero estadista. Se debe reconocer que aun cuando este proceso electoral no ha dado señales de fisuras tampoco absurdo sería dejar de explorar si algunos insisten, como en el pasado reciente, en mantener en ristre los “factureros”.
Mientras tanto en los predios de la Oposición todo transcurre como en un sueño de niños, el “saco” en el cual se encuentran todos sus “grandes” patriarcas pareciera ser lo suficientemente pequeño como para garantizar que la actual disputa de “gatos” en la cual se encuentran sumidos les llegará incluso hasta después del mismo 23 de noviembre.
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