El Socialismo del Siglo XXI busca construir articulaciones sociales que le permiten al ciudadano tener mayor responsabilidad
Social y reforzar los mecanismos sociales para lograr transitar la senda evolutiva de la justicia social. Es un gran movimiento sociopolítico donde la inteligencia real genuina es la colectiva, porque, el individualismo tiene un carácter personal de liderazgo político ya disminuido. Hace falta pensadores, equipos de militantes que propongan ideas expertas y técnicos que posean certezas acerca de la viabilidad de las propuestas en el corto, el medio y el largo plazo, pero solamente el pueblo tiene la inteligencia colectiva necesaria para saber qué es lo que quiere, cómo lo quieren y cuándo lo quieren. El Socialismo del Siglo XXI se debe armar a través de un diálogo abierto con la sociedad, los movimientos sociales, partidos políticos, la administración pública y también con los poderes reales que aún gobiernan cada una de las distintas sociedades en el Continente Sureño.
Tiene un carácter dialéctico porque está en constante construcción y se encuentra sometido a la contraloría constante del pueblo y al escrutinio de los técnicos y responsables políticos. La idea es construir una cultura ideológica y política que sea transparente y que supone un paso en la dirección que se busca. Participar es trabajar más por ese ideal. De allí la importancia de romper con el mito de la abstención.
El Socialismo del Siglo XXI refuerza el desarrollo de las personas y al mismo tiempo garantiza los derechos de los pueblos y de los colectivos. Somos pasión y razón, individuos anhelantes de felicidad y sí el contexto lo permite, a compartir nuestra vida con aquella comunidad que nos permite ser humanos. Cada vez que se alcanza un logro, un niño que sana en el Cardiológico infantil y aprende con su pijama, una persona que accede a un trabajo digno, una persona mayor que puede vivir en libertad porque tiene cubiertas las necesidades mínimas, una mujer que recupera su cuerpo, ahí estamos construyendo felicidad y alegría, por lo tanto, accedemos al Socialismo del Siglo XXI.
Sin duda, nos encontramos en un choque de civilizaciones donde es necesario reconocer la interculturalidad para dar una concepción clara sobre los derechos humanos, tomando en cuenta las distintas opciones políticas y las diferentes religiones que nos asisten espiritualmente.
El Socialismo del Siglo XXI tiene que ver con nuevas luchas que no tienen como fin la revolución- ya está planteada- como objetivo sino la transformación del capitalismo existente a través de una Reforma Estadal para crear un nuevo paradigma político donde se respete el desarrollo de la libertad de todos. Venezuela esta llevando a cabo una revolución nacionalista donde aspiramos llegar a una democracia popular de conciliación histórica y donde se deben obviar los antagonismos ideológicos.
*escritor/filósofo
emvesua@cantv.net