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Nunca se había visto una juventud más aguerrida en un partido revolucionario del mundo. Son jóvenes que andan buscando en qué servir, en qué luchar, qué hacer por los pobres, cómo partirse los lomos atendiendo a las comunidades. Usted nunca los verá divagando en una esquina, charlando sin ir a la práctica, sobre teoría revolucionaria en un local; ¡no, Carajo!, eso jamás. Ellos van a buscar las necesidades de las comunidades y del pueblo allí donde se requiere un trabajo, una lucha. A estos jóvenes les ofende que se llegue a pensar que por estar en una reunión, en una asamblea esto sea para que se les considere y luego se les busque un cargo, un puesto. Esto sería para ellos lo más bellaco, lo más inmundo y sucio a lo que pudiese aspirar un joven revolucionario. Aborrecen nuestros jóvenes esas prácticas horriblemente adecas, de los cuadres del pasado, de la vileza que persiguen las palancas, ¡Pura pureza de sentimientos! Todos nuestros jóvenes del PSUV desean amular al Che Guevara, a Simón Bolívar. Se trata de la praxis viva, de la praxis amorosa por lo que requiere el prójimo necesitado, la praxis del sacrificio primero, la praxis de la lucha social ante todo, por el pueblo.
A estos jóvenes se les ve por los barrios empapándose de los clamores y necesidades del pobre, de los consejos comunales, para buscar soluciones a los problemas, al lado de los centro de Barrios Adentro prestando cualquier ayuda; ellos que anhelaban con tanto ardor y locura una revolución en nuestra Venezuela ahora se les ve sirviéndola por los campos al lado de nuestros campesinos, bregándola y compartiéndola con los sin techos, con los sin tierra, con el sudor del más alto y elevado sacrificio humano. Dan clases vivas de nobleza, de virtud y sacrificio, imparten ciencia y cuando llega el caso, poesía con sólo sus presencias, sus cantos, sus teas encendidas liberadoras y creadoras. Por eso nos sentimos orgullosos de ellos, y no nos cansaremos de gritar: ¡Vivan los jóvenes revolucionarios del PSUV! Y junto con ellos gritamos: ¡Muera la flojera! ¡Muera la falta de imaginación! ¡Que callen para siempre los que nada hacen en la práctica por el pueblo, por la revolución!
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