Estos últimos años tienen un giro especial de nuestro Estado, (Venezuela) porque no solamente vamos transitando la ruta de la tecnología, sino también debemos tomar el texto ideológico para enseñarle al pueblo, los factores de riesgo si regresamos al pasado proselitista y entrar en un conflicto más amplio como es el dialéctico. Estamos en un mundo globalizado donde la ideología es un tema central y que todos los hombres y mujeres de esta tierra prodigiosa deben hacer un esfuerzo coherente y sostenido para crear una serie de argumentos donde se afiance la riqueza de nuestra política y avanzar con firmeza hacia el final del juego, la creación de un nuevo Estado político, igual que en el viejo Continente Europeo.
Las Ciencias Políticas deben entrar a nuestras aulas de educación media y universitaria para avanzar en el discurso político y la sensibilidad posmoderna de la interacción social para programar un proyecto unitario que se identifique con los lineamientos de un nuevo liderazgo geopolítico que configure la imagen de una nueva democracia que legitime las políticas públicas del Estado Venezolano.
Hay que democratizar el poder y transferir algunas competencias al pueblo de Venezuela a través de la experiencia organizacional y determinar sus prioridades, para incluir sofismos en la nueva estructura política del Estado. Hay que construir el país a base de ideas que deben fluir desde el seno del mismo pueblo para formar una gran nación y fortalecer cuatro pilares de nuestra fortaleza comunal. Ellos son, la legalidad, el colectivismo, realismo y el pensamiento democrático.
Hay que promover líderes `populares para que trabajen verdaderamente por Venezuela y dejar atrás los cuentos de ficción y enfrentar nuestro ciclo dialéctico al tiempo ideológico para poder progresar y confrontar con una sociedad rica que solo tiene una relación con sus ciclos del tiempo.
El gobierno bolivariano de Venezuela debe buscar profesionales para dictar la cátedra de ideología y avanzar en el campo técnico y formativo que incluye la porción natural de nuestro ideario en común, el asunto no es llenar las calles y avenidas de cada comunidad con vallas y propaganda publicitaria sobre su perfil, sino estrechándole la mano a cada miembro de una junta comunal e invitándolo a foros para aprender lo que es verdaderamente la ideología y el proselitismo sociopolítico.
Es necesario edificar al ciudadano hacia adentro, que su mente y corazón refleje una pirámide donde el tema educativo sea fundamental para entender el campo de los valores y la verdadera identidad del venezolano. Hay que acabar con el absolutismo latinoamericano y hacer los cambios necesarios para democratizar el país con una nueva estructura de Estado, El Socialismo del Siglo XXI, una expresión que será el símbolo de la unidad sureña en los próximos veinte años y para esto, debemos decapitar las ideas absolutistas de los dirigentes del pasado para asumir un nuevo ideario expresado en el poder popular.
*filósofo