El presidente bolivariano, Hugo Chávez Frías, en cada uno de sus discursos busca afrontar muchos temas a la vez para lograr un solo basamento en la formación de un nuevo modelo social y económico, donde se destaca el compromiso con el poder popular y las comunidades, constituyéndose así un espectro para el trabajo que se debe hacer y los frutos que han de recogerse. Hay que olvidar un poco el alma del pasado y reforzar los cimientos de la nueva democracia socialista que emerge en este siglo XXI, teniendo como eje, la reordenación territorial, iluminación del mundo financiero y la movilidad social. Pero, el gran desafió lo constituye la modernización del derecho laboral para persuadir los retos de este tiempo, ya no son apuntes, sino propuestas que deben formar parte de una iniciativa concreta, el pleno empleo. Se debe adaptar a los trabajadores en una nueva concepción socialista del derecho laboral y difundir el mismo mensaje de producción o hablar del nuevo modelo productivo del Estado y la empresa privada. La idea es negociar el modelo actual por una nueva estructura colectiva de los modos de producción, aminorando la proliferación sindical y a los leguleyos de oficio.
Lo que vale, es un modelo de argumentación social bajo paradigmas de una visión laboral novedisimo que busca la implementación de un solo contrato laboral y social para todos y aprobar una sola propuesta que conlleve a un efecto positivo, la ocupación regularizada de los campos de trabajo y producción social. Es menester cambiar el pensamiento de una nación e introducir un nuevo conjunto de postulados, debemos enfrentar los acontecimientos e irnos al campo social y laboral para disminuir sus conflictividades y avanzar al quehacer político de un pensamiento homogenizado bajo un grupo de ciudadanos y que refleje la caricatura del poder popular como legislativo. La idea es unificar el país y librar una argumentación válida hacia la lucha de clases y los modos de producción.
El nuevo discurso tiene una marca territorial en la opción ideológica de Estado y para esto, tenemos que recuperar el diálogo con las comunidades y cuadrar los círculos de participación popular para terminar de reflexionar sobre los proyectos que han sido guardados en los archivos desde la IV República por ineptitud de algunos republicanos.
Chávez, prosigue caracterizándose como un político de equilibrio y serenidad, donde nada parece perturbarle y su fuerza esta sustentada en el poder popular. Es el presidente que esperaba la nueva sociedad venezolana, quién se encuentra agraciada por las decisiones futuristas que se han tomado últimamente y que HCHF resulta intocable para un gran colectivo nacional. El desafío es reorganizar el Estado y sanear la economía como adaptarnos a la nueva realidad social, donde el tema central es aminorar la corrupción y rescatar a muchos venezolanos de la pobreza.
(*)Fillosofo
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