Hemos visto mucho funcionarios de alto y medio rango en la administración estatal, miembros del partido y cercanos al presidente, ser los primeros que pusieron sus gritos al cielo de asombro, cuando se nombró algo relacionados con el liderazgo del presidente, en un encuentro de intelectuales, cuando se estaba analizando fortalezas y debilidades del proceso, entre ello; la eficacia y pulcritud de la misma administración publica y no el liderazgo del presidente. Una administración capitalista, colapsada y arrastrada de los gobiernos anteriores y que demuestra de forma evidente que a pesar de muchos avances en planes, programas y misiones queda mucho por hacer. El presidente es obligado a intervenir en todo, porque en muchos de los estamentos de la administración se pone en juego el carácter ideológico capitalista para la toma de decisiones, su interevencion por supuesto todas ellas a favor del pueblo. No existe una articulación orgánica que pueda asumir. Que esto tiene que ver con la dirección del proceso mismo y su trascendencia en el tiempo; es indudable, porque para nadie debería ser un secreto lo manifestado por el presidente, no estar en momento del no retorno.
Vladimir Acosta ha señalado que el PSUV, todavía no es el partido de la revolución, por cuanto no ha asumido con autonomía desde las bases su constitución, siempre ha estado tutelada por funcionarios de gobierno, sobre todo para ahogar las críticas que puedan surgir de su seno, como debería ser de un partido revolucionario. Sabemos de la crisis de los partidos políticos, que va desde la derecha opositora hasta los mismos partidos de la alianza. Tenemos partidos de bolsillo (UNT), de la CIA (Primero Injusticia), cascarones (AD, Copey, Mas y Pudimos) y de lado patriótico están PSUV, la cual es solo una efectiva maquinaria electoral, el PPT, PCV y otros.
Por otra parte, El liderazgo del presidente Hugo Chávez Frías, su característica, su funcionamiento, su carisma, su ascendencia sobre nuestro pueblo, la posición personal del mismo presidente, su entrega y su carácter antiimperialista , no está en ningún momento en duda, sobre todo por corresponder a la necesidad histórica del pueblo Venezolano.
Desde mi modesto punto de vista, el problema radica entonces en la necesidad de profundizar el proceso mismo, un proceso que no puede depender exclusivamente de los aportes que con gran acierto realiza el presidente con su inteligencia innata y su disciplina en la formación permanente.
Decir que esto no es una debilidad estructural del proceso es mirar el problema de reojo, es indudable que quien si esta pensando en ellos es el imperialismo por su experiencia a lo largo de la historia de intervenciones en America, África y Asia. Para muestra, recordemos la política genocida conjunta con el gobierno Israelí, aplicada en Oriente-medio como es el asesinato del liderazgo palestino, lideres que el mismo pueblo palestino se ha dado a lo largo de todos estos años del problema en esa región.
Por otra parte, esto se plantea cuando observamos que muchas directivas emanadas de la presidencia chocan con muchos intereses particulares de los mismos supuestos líderes del partido o de sus allegados más cercanos. Fundaciones estadales para contratar personal docente por debajo del sueldo mínimo (Funda escolar en Lara), Escuelas bolivarianas de media jornada, Universidades y el pedagógico graduando cantidades de docentes bajo el criterio pragmático y tecnócrata, Empresas socialistas cerradas, (El frigorífico en Quibor) y desconocimiento de los permisos de pre y post natal a las docentes recientemente acordados en convenciones colectivas y funcionarios del Ipasme (de Lara) que la desconocen.
En fin, una suma de ineficacia gubernamental, que al final se le endosa al presidente mismo, por cuantos estos funcionarios son los primeros chicharrones en las celebraciones partidistas, pero también son las primeras obstrucciones para la formación de las contralorías sociales en ellas.
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