Hay muchos Manuit solapados esperando que les perdonen hasta el final

Ministros, gobernadores, alcaldes, altos dirigentes del PSUV, miríada de funcionarios públicos… Por ejemplo, cómo es posible que CADIVI siga siendo la panacea para cientos de miles de escuálidos que con este sistema se están dando la gran vida en el exterior, viviendo en Jauja, con dólares super baratos. Qué locura, Señor, y todo esto se debe a que la impunidad campea como la gran matrona de todo. Por la impunidad, Globovisión mantiene su cadena de crímenes día tras día, y con esta gracia todos los demás crimínales de cualesquiera de los bandos se crecen y se multiplican porque si cogen a los bandidos de la derecha este canal sentencia que es por venganza política, porque se criminaliza la protesta, etc., y si se cogen con las manos en la masa a los del lado “chavista” que estafan y roban a diestra y siniestra, la misma Globovisión sostiene que lo hacen por pasarle factura a quienes no siguen a pie puntillas las decisiones del “dictador Chávez”. Es decir, la impunidad sigue siendo la madre de todos los crímenes, y es la gran diosa que adora Globovisión, y a fuerza de impunidad nos están llevando al filo del más tenebroso precipicio: a una frustración muy parecida a aquella de la IV república, a un caos angustioso y muy peligroso a todos los niveles de la administración pública. Obreros que se echan las bolas al hombro y olímpicamente mandan al carajo al que sea: un saboteo brutal en muchas dependencias, un irrespeto a los valores más sagrados de la república. Empleados que hacen y deshacen a su mal parecer cuanto les ordenan, dirigentes políticos que se dedican sólo a robar y a colocar a sus alfiles para que roben y para que se hagan con posiciones cada vez más importantes, tanto en el gobierno como dentro del PSUV.

Y a esta hidra de mil cabezas no hay quien la pare el trote; no hay voluntad humana para darle un severo parao a este monstruo desbocado. Mientras tanto va creciendo la desconfianza, la decepción y el más triste pesimismo. Por esa impunidad tuvimos y tenemos aquella cadena de tremendos gobernadores delincuentes como Manuit, Didalco, Acosta Carlez, Ramón Martínez y diputados como Wilmer Azuaje, Pastora Medina e Ismael García. Y por eso, como hijo de esos bandidos contamos hoy fatalmente en Mérida con un Gobernador como Marcos Díaz Orellana (hoy llamado popularmente con el mote que le encasquetó el Presidente Chávez: “Baltazar Porras-Orellana”), burlándose sangrientamente de la Dirección Nacional del PSUV que a estas alturas con todo lo que sabe de él, no hace absolutamente nada. Seguramente creen que no es el momento de alborotar las aguas por las elecciones que se avecinan (siempre se estará avecinando una), y esta fue precisamente la trácala de la que los otros bandidos se valieron para permanecer en sus tronos hasta que les dio su real y perra gana. ¿Qué será lo que esperan, que aquí coronemos la incuria, el robo, la desidia y la inmoralidad como parte del viejo sistema que impusieron los adecos? ¡Qué decepción, Dios mío!

Lo que plantea Mario Silva sobre Carabobo es la réplica de lo que está pasando en muchos otros lugares del país. Lo de Mérida es para espantarse y no coger mínimo más nunca.

Por lo que pasa en Mérida, entonces, uno colige que la situación del PSUV a nivel nacional debe ser la misma. El caso de Mérida es terrible: el Gobernador está envuelto en unos cuantos desastrosos escándalos, y el PSUV sigue muerto, petrificado, no reacciona: va el gobernador y se reúne con la derecha sin dar cuenta a nadie de las decisiones que toma, no está inscrito en el PSUV y usurpa groseramente el liderazgo de este partido en la región, y por otro lado él aparece seriamente involucrado en la espantosa masacre de Brisas de Onia. Este otro Manuit está seguro que tiene al Presidente y al PSUV Nacional cogido por los huevos porque si lo investigan él entrega a Mérida a la derecha, ¡pero coño, si ya la entregó! A todos nos llama la atención, que desde que este Gobernador comenzó su mandato la inseguridad en el Estado Mérida se disparó por mil. Pareciera que apenas asumió, la posición de “Baltazar Porras-Orellana” estaba en perfecta concordancia con la estrategia de Globovisión que es la de poner por los cielos al líder supremo de la oposición: la señora Inseguridad. Sus escoltas y su personal de seguridad están hoy implicados en la conformación de abominables bandas de exterminio y con paramilitares que llegaron a matar a varios dirigentes del Sindicato Bolivariano de la Construcción (mandados a asesinar por contratistas y empresarios). Increíblemente, en esta masacre de niños, están seriamente implicados el inspector jefe de la Disip Milko Efrén Molina, los subinspectores de la Policía de Mérida Frank Rubén Izarra y Renniel Flores, el cabo Esteven Anderson Peña, y Jack Zárate Ruiz. Fueron acribillados sin compasión cuatro menores de edad y cuatro adultos cuyas edades oscilaban entre 20 y 26 años. Según las investigaciones en el proceso que se les sigue estos funcionarios habrían realizado unas 102 ejecuciones.

¡PSUV, por favor reacciona antes de que el lodo infernal de los paracos nos barran a todos!


jsantroz@gmail.com


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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