En Mérida los auténticos chavistas ya no vemos desde estas nobles montañas la tierra prometida apenas vislumbrada hace un año, sino un desierto pleno de frustraciones, impotencia, desolación y desconfianza. Ganamos la Gobernación de Mérida y el horrible deterioro de la situación social inmediatamente se evidenció: hubo una espantosa masacre en Onia y al mes y medio siguiente, ya en febrero, estábamos perdiendo el referendo para la reelección presidencial. Todo esto muy bien planificado. Escríbase, coño, que tal como vamos sufriremos un tremendo revés en Mérida en las elecciones para AN del año que viene.

Arribistas, mafiosos de franelas y gorras rojas que perdieron todo decoro, negociantes de partido, como diría el mariscal Sucre, que se adueñan de los cargos con el más prostituido jalabolismo. Aquí no hay dignidad y tenemos vergüenza decir que aquí en el gobierno de Mérida o en PSUV pueda existir algo parecido a socialismo. Cunden manejos inmorales con la data del partido, se inventan patrullas, sacan a unos postulados y meten a otros que nadie sabe de dónde salen, todo esto en medio de un caos plagado de componendas y acuerditos particulares. Cuando el doctor Guido Ochoa, como Secretario General de la Gobernación, asqueado, con todo un equipo de directores va y le dice a Porras Orellana: “Venimos a renunciar porque esto está hundido en la más funesta corrupción”, salta el gobernador y le riposta con todo la desvergüenza del mundo: “Yo también renuncio”. Claro, Guido y todos aquellos directores cumpliendo con su palabra se largan, pero el grandísimo farsante, muerto de la risa, continúa con su lenta guasa, creando una charca en la que todos lentamente nos vamos hundiendo. Lleva casi un año socavando todo.

Yo me imagino al Comandante Chávez en Mérida haciendo un Aló Presidente e interrogando a Porras-Orellana: “¿Oiga señor Gobernador, y qué fue lo que pasó en la masacre de Onia?”, “¿Cómo es eso de que usted vino a descubrir hace tres días que no estaba inscrito en el PSUV, y eso porque se publicó en un periódico alternativo?” “¿Dígame, de dónde sacó usted que yo lo autoricé a reunirse con Baltazar Porras?”, “Hágame un balance de su trabajo en las comunidades, en relación con el problema de la vivienda, de Barrio Adentro, de las comunas socialistas…” Me imagino esto y lo veo con sus ojos saltones de un lado a otro, con su sonrisa vacua, su tartamudeo, sus balbuceos…

Allí se descubriría plenamente que la Gobernación sigue sin piloto, dejada a la deriva para que todos, el año que viene, nos encontremos al borde del hundimiento total, y frente a nosotros Porras-Orellana saltando a los ojos de todo el mundo a la barca de la ultra-derecha a donde siempre ha estado muy solapado. Burlado el pueblo, burlado el presidente Chávez y nosotros hasta el cuello en la mierda del sicariato, del paramilitarismo, de la derrota total. La táctica de este gobernador es tratar de mantenerse a flote con un discursito “revolucionario” ridículo, hablando en todos los medios de la palangre empresarial del gran corazón de Chávez, del socialismo, de la participación de las comunidades en el proceso, al tiempo que nada hace, que sólo 15% de las obras proyectadas para este año se han puesto tímidamente en marcha. Hace pocos días llamó a todos los alcalde de la oposición, les dijo en privado que los iba a llamar hijos de puta en público, pero que todo se trataría sencillamente de un farsa, porque requería elevar su popularidad entre el chavismo. Efectivamente, los llamó hijos de puta y que no les iba a bajar recursos para nada (puras mentiras), y entonces agregó que en Tovar contra el alcalde de la derecha (íntimo amigo suyo) que allí manda, había que crear una alcaldía paralela. La comunidad respondió con un total rechazo a esta descomunal payasada.

¡Qué vaina es esa de crear alcaldías paralelas! ¿De dónde inventó este tipo estas ridiculeces? Pero él vive en eso. En días pasados cuando se le preguntó por qué no estaba inscrito en el PSUV, salió con otra estupidez, exclamando que una mano negra lo había sacado del partido.

Al tiempo que este gobernador le hace honores a Baltazar Porras en la propia Gobernación, al tiempo que comparte con el paraco del Táchira César Pérez Vivas el mismo helicóptero que hace poco se vino a tierra, al tiempo que le hace todo el trabajo del alcalde Lester Rodríguez (con quien vive reunido y creando también pleitos totalmente teatrales), al tiempo que le promete a la Iglesia darle varios millones, etc., se la pasa todos los días en la televisión escuálida hablando del poder popular y de la lucha de las comunidades a donde nunca ha ido. Vive varias al horas al día totalmente entregado a los medios escuálidos. Gana tiempo con sus cursis balbuceos y sus sainetes copeyanos en todos los programas de todas las televisoras ultra-escuálidas, digo; sigue procurando engañar con sus melosas confesiones de hombre compasivo, de hombre “chavista”, al tiempo que lanza loas a la manera como trabajan muy productivamente los bancos, la manera ejemplar como funcionan los McDonald´s cuyos “trabajadores sí producen”, y que así deberíamos ser todos, como esas grandes empresas capitalistas. Ese es su único y verdadero discurso que sale de su empobrecido cerebro. Y así, mientras avanzamos a paso de perdedores hacia las elecciones del año que viene, y el año que viene descubramos el horror de la plena destrucción en que nos encontramos. Yo no sigo más en esta prédica, pero allá cada cual con sus responsabilidades, y a comer mierda, caballeros.

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