Las elecciones parlamentarias presagian tempestad en el campo oligarca, y también en el campo bolivariano. La similitud nos llama a reflexión.
¿Qué hay de igual en los dos campos que reaccionan
de la misma manera frente a las elecciones? ¿cómo este comportamiento
influye en el apego popular? ¿cómo remediarlo, cómo marcar la
necesarísima diferencia con el campo oligarca?. Son preguntas que
surgen de inmediato. Busquemos respuestas.
Primer hecho:
el parlamento es una fuente de privilegios, la oligarquía lo talló así,
de esa manera satisfacía la docilidad y el clientelismo propio y
necesario para esa clase política. La Revolución heredó ese parlamento
y ese parlamentarismo.
Segundo hecho:
las elecciones oligarcas están adaptadas al parlamento que se va a
elegir. Son pelea a cuchillo, disputa de egoísmos buscando capturar
esos privilegios.
La Revolución heredó esas elecciones.
Tercer hecho:
las elecciones y el parlamento tallan en los parlamentarios y en los
electores conductas mezquinas propias del capitalismo, de la
oligarquía. Impregnan a la sociedad de la ética infame del egoísmo.
Primera conclusión:
la Revolución , el espíritu revolucionario se ve perjudicado por las
elecciones y el parlamento oligarca, en sus filas se implanta un
comportamiento oligarca que nos aleja de la masa, nos hace parecer
iguales, no nos diferencia.
Debemos encontrar otra manera de elegir y de
legislar. Una manera socialista. De lo contrario, las elecciones y el
parlamento serán obstáculo para la implantación de las nuevas
relaciones humanas socialistas, las basadas en la fraternidad, en el
amor, no en la guerra de todos contra todos.
¿Cómo hacerlo?
La Revolución Bolivariana, que es una Revolución
pacífica, obligada a convivir con los oligarcas, debe buscar caminos
inéditos para los cambios.
En estos caminos el ejemplo es principal arma, con el ejemplo de la vanguardia se labran conductas en la sociedad.
Siendo así, y aprovechando las elecciones
parlamentarias, la vanguardia socialista, que es el PSUV, puede dar un
gran salto en la construcción de un nuevo parlamentarismo, de una nueva
manera de elegir, puede dar una señal al pueblo de lo que nos
diferencia de los oligarcas. Veamos.
Los
candidatos electos en las listas del PSUV, deben renunciar a sus
privilegios en el parlamento. No recibirán dinero, se les garantizará,
de la manera más modesta posible, y apoyándose en los Consejos
Comunales, la satisfacción de sus necesidades. No tendrán derecho a
secretaria, asistentes, guardaespaldas, etc. Las casas regionales del
partido proveerá de una modesta oficina a los parlamentarios y los
viajes de estos se reducirán al máximo.
De esta manera se dará el ejemplo de un nuevo
parlamentarismo, se demostrará que es posible. El parlamento dejará de
ser un medio de vida, para transformarse en un medio de servir a la
sociedad, en un verdadero instrumento socialista.
La Revolución, el PSUV, necesitan dar señales a la
sociedad de que son diferentes, que hay intención clara de construir
una nueva relación humana, que existen razones profundas para creer en
los bolivarianos.
Parecernos a ellos, es el suicidio.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Nóbel para Los Cinco!
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PATRIA SOCIALISMO O MUERTE, VENCEREMOS