Sí por algo es interesante además de muy importante la 3ra Internacional Comunista (Komintern-Comintern) fue por las discusiones que se desarrollaron durante y a posteriori en los planos de las estrategias y las tácticas del desarrollo de la Revolución Internacional alrededor del globo terráqueo. Durante su celebración en Moscú, se propusieron, entre otras, dos tesis: una de las propuestas fue presentada por Vladimir Ilich Lenin y la otra por el indio M.N. Roy, sobre el carácter de la revolución en los “países coloniales y semi-coloniales”. Ambas propuestas alcanzaron un acuerdo, aprobándose un solo documento sobre el tema. Posteriormente, se desarrollaron fuertes discusiones entre Joseph Stalin y León Trotsky que tuvieron sus conclusiones dramáticas. No es la intención de estas ideas adentrarnos en exposiciones profundas sobre los temas arriba presentados pero si sería prudente alertar en forma de preguntas sobre algunas inquietudes que se nos presentan.
En primer lugar, deberíamos ubicarnos en aquellos tiempos históricos, conocerlos con cierta precisión y objetivar las fuertes contradicciones que se presentaron entre la recién instalada Revolución Bolchevique en su expresión gubernamental como “Gobierno de Obreros y Campesinos” y las políticas imperialistas que se venían imponiendo en el mundo ya globalizado con las expresas contradicciones entre el carácter de colonia y el significado de semi-colonia que aquella praxis imperialista había desarrollado desde finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. ¿Era la India, una colonia? ¿Las Potencias Extranjeras colonizaron la China? ¿Qué significaban los derechos jurídicos de las Potencias Extranjeras asentados en los Tratados y Acuerdos Desiguales sobre puertos y aduanas en territorio chino? ¿Aquellas realidades calificaron a la China como semi-colonia como insinuaría Mao Zedong en sus escritos post-1928? ¿Era la China un país de obreros y/o de campesinos? Es decir, aunque las tesis de la revolución en China en sus primeros movimientos, según las tesis de la 3ra Internacional, se sustentaran en el carácter del movimiento obrero con participación campesina chinos, cabría la objetiva pregunta ¿la industrialización de China por parte de las Potencias Extranjeras desde la segunda mitad del siglo XIX había alcanzado niveles objetivos de desarrollo agro-industrial como para considerar a ese sector social como la “dirigencia revolucionaria” de la Revolución Socialista en el Imperio del Centro? Para poder responder a esa inquietud debemos conocer porque fracaso el Frente Unido Nacional que la 3ra Internacional conjuntamente con las políticas dictadas desde Moscú por Joseph Stalin y traducidas sobre el escenario chino por el judio Mihail Borodin las que le fueron impuestas tanto al partido Guomindang como al partido Gongchandang (Partido Comunista Chino), entre el periodo 1924-1927, desde y por aquel centro revolucionario. En ese marco, nos preguntamos ¿Por qué fracasó la política bolchevique-Comintern impuesta al frente unido nacional? ¿Su sustentación teórica era la equivocada para una realidad no objetivada como era la de la China de finales de la década de los años de 1910 y casi toda la década de los años 20? ¿Era necesaria la unidad nacional para alcanzar dos objetivos fundamentales: la unidad nacional con la incorporación de todos los factores nacionalistas frente a las fuerzas extranjeras y nacionales que se oponían a aquel proceso revolucionario-democrático; y, el segundo objetivo era ir desarrollando el carácter de la revolución socialista en el marco de realidades de crisis estructurales y de alienaciones y deficiencias ideológicas? ¿Cuáles fueron las contradicciones entre los sectores militar, civil y de los cuadros partidistas? Es obligatorio precisar que el concepto “democracia” para la época y para los revolucionarios era el contenido en lo significativo lo que representaba la existencia de un gobierno de obreros y campesinos en Moscú.
Regresando a la Patria. José Vicente Rangel en su columna de los días lunes en Últimas Noticias: ElEspejo, 22, febrero, 2010, pág. 18 El País, titulada: “El viacrucis electoral” propone una muy seria y profunda reflexión sobre nuestras realidades políticas argumentando sus inquietudes por actitudes tanto de “tirios como de troyanos” para y referente al próximo proceso electoral que se realizará en septiembre del presente año para elegir representantes populares al Legislativo. No le inquieta la pluma a José Vicente para obligarnos a pensar aceptando realidades que se presentan y se pudieran presentar cara al futuro de la Revolución Bolivariana, la democracia participativa e, incluso, la estabilidad interna de la República Bolivariana. José Vicente propone tres escenarios: una oposición “…que no tiene claro que harán ante el desafío de septiembre…”; un chavismo triunfalista “…que consideran que basta con la popularidad y el dinamismo de Chávez…”; y, por último, nos obliga a recordar que hay un muy importante sector del electorado que “…no está encuadrada en militancias que sugieren resultados impredecibles…” y que alcanzan un alto porcentaje del 40% de “…venezolanos indecisos…” Inquieta a José Vicente las recientes realidades que la Revolución está enfrentando y corrigiendo: la inseguridad; la crisis eléctrica (“deslave” a decir del Ministro Jorge Giordani); el drama de las reservas del “líquido elemento” frente a las realidades del “efecto del Niño” (¿travieso el niño o consecuencia de políticas deshumanizadas del capitalismo?). Nos, agregaríamos la objetiva crisis que resultará de la decisión política del Gobernador del estado Lara, señor Henri Falcón, por varias razones: los argumentos expuestos por el señor Falcón al renunciar, públicamente, a la militancia del partido PSUV; el impacto de su decisión inconsulta de incorporarse a la militancia del partido Patria Para Todos que ha generado una crisis interna en el seno de dicha organización política; la utilización por parte de las derechas nacionales y, posiblemente, las derechas internacionales, particularmente, las derechas colombianas de los argumentos con los que sustenta, el señor Henri Falcón, su renuncia al PSUV y su expresa crítica pública al Presidente de la República; y, por último, las discusiones a lo interno del PSUV sobre los argumentos expuestos por el señor Falcón y su objetivo impacto en aquel 40% arriba mencionado.
Nos vamos a permitir algunas precisiones sobre lo expuesto. El señor Gobernador del estado Lara, quizás pensando en su perfil político regional y su protagonismo político frente a realidades políticas que se han desarrollado en el estado donde ejerce funciones de gobierno estadal. Está en su derecho de opinar, primero, como Gobernador, en segundo lugar, por su voluntario compromiso con el PSUV y, en tercer lugar, como ciudadano larense, en ese preciso orden. Nos explicamos. El señor Gobernador es, primeramente, el responsable estadal de los ciudadanos larense y, por tanto, se debe a sus funciones específicas en el marco referencial jurídico. Pongamos un ejemplo. La decisión del Presidente Chávez de ordenar el traslado de galpones industriales ubicados en zonas urbanas hacia zonas industriales de Barquisimeto, tomando en consideración las realidades urbanas actuales de la populosa capital larense, contribuye, sin excepción, con el bienestar social y económico de los habitantes de todo el estado Lara porque impulsa el ordenamiento urbano de Barquisimeto con incidencia en toda la geografía del estado y eleva la conciencia que todo habitante larense debe tener con respecto a sus relaciones telúrico-histórico-tradicionales. En realidad, tal decisión ejecutiva debería haber sido ejercida tanto por quien representa las responsabilidades estadales del estado Lara, es decir, el Gobernador Henri Falcón, como por las autoridades locales.
Consideramos que todos y cada uno de los Gobernadores de Estado de cada Estado de la República Bolivariana de Venezuela deben, permanentemente, estudiar, analizar y asumir responsabilidades sobre los temas de “Seguridad y Defensa” de la República Bolivariana de Venezuela. No hay excusas al respecto. Los Gobernadores deberían diferenciar entre las políticas locales y las políticas nacionales en su impacto internacional, independientemente, sean estos Gobernadores chavistas y/o de oposición. Lo contrario es, sencillamente, “traición a la Patria”. Nos explicamos. Los recientes movimientos de calle de estudiantes en Barquisimeto en tanto y cuanto se hayan manifestado dentro de los cánones de las leyes correspondientes no alcanzan respuestas de las fuerzas del orden público; en caso contrario, es decir, si las manifestaciones se transforman en acciones violentas dirigidas a violentar la seguridad y la paz de la ciudadanía y buscar afectar a las empresas privadas locales, por tanto, a la economía regional, el accionar legal-policial no solo es necesario sino imperativo bajo las órdenes expresas de las autoridades locales, es decir, Gobernador y Alcalde. En el marco de esa realidad ¿cómo se coliga una manifestación estudiantil con la seguridad y defensa del Estado? Los Gobernadores deben ejercer políticas de inteligencia para conocer cuáles son los reales objetivos de los manifestantes más cuando las tesis políticas que propagan los manifestantes no tienen contenido político-ideológico sino buscan desarrollar y profundizar las tesis del “caos y el miedo”.
En ese contexto ¿debe un Gobernador ejercer sus funciones dialogando con afectados, en estos casos concretos, los estudiantes y con la compañía Polar? No solo debe ejercer esa potestad sino también está en la imperiosa obligación de hacerlo pero bajo las premisas de las seguridades y los beneficios para toda la comunidad larense y las políticas que se manifiestan en el marco tanto de la “Seguridad y Defensa” de la Nación como de su integridad territorial. El Presidente Chávez Frías al decidir, decidió en función de la “unidad territorial nacional”, la “seguridad y defensa” tanto de la Patria como de los ciudadanos no solo larenses sino de todo el territorio nacional, y, recordando aquella sana crítica del Caballo, tener que ejercer como Gobernador y Alcalde, ambas funciones, al mismo tiempo. ¡Insólito!.
El ejemplo-realidad expuesto más arriba nos señala los tiempos históricos que vive la Revolución Bolivariana como proceso social, económico y político donde es el propio Presidente Chávez Frías quien se convierte como propagador de tesis socialistas en sus praxis. Pero regresemos a José Vicente Rangel y su texto referido. Sin clemencia alguna para los intelectos revolucionarios nos pregunta: “…El Gobierno aceleró en los últimos tiempos la toma y profundización de medidas revolucionarias, y la posición ha extremado su cuestionamiento ¿Cuál es la reacción de los electores no comprometidos? ¿De rechazo al ritmo que Chávez le imprime al proceso o de solidaridad?...” Nosotros nos atrevemos a preguntarnos sustentando nuestra inquietud en las palabras de José Vicente inmediatamente expuestas: ¿El Gobernador Henri Falcón ha entendido la importancia y la profundización de las decisiones ejecutivas del Presidente de la República, Presidente del PSUV y líder de la Revolución Bolivariana? En alguna ocasión le comenté a un buen amigo de derechas que aquel color “rosado” de cierto partido de ideología socialdemócrata no iba conmigo. El proceso revolucionario, independientemente de la etapa en la que se esté desarrollando, siempre, repetimos, siempre se encontrará con una oposición con diferentes características, un sector de centro-izquierda cercano a la negociación con los paradigmas del Estado burgués y se encontrará con sectores nacionalistas con conciencia y crítica que se deberían ganar para la Revolución e ir cotidianamente discutiendo con esos sectores sociales democráticos y nacionalistas las contradicciones que toda Revolución encuentra en el camino hacia el Socialismo.
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