En este escenario, el desplome histórico del euro frente al dólar se convierte en señal emblemática de un proceso de crisis económica generalizada que pone en peligro la solidez de la alianza política y económica de la eurozona
Por otra parte, y como consecuencia de la debilidad de su recuperación económica y del efecto contagio de la crisis fiscal que atraviesan algunos de sus integrantes, la Unión Europea transita por el peor momento histórico desde su creación y los peligros de desmembramiento y de ruptura de su moneda ocupan el centro del debate.
La semana pasada, las principales bolsas mundiales se desbarrancaron con caídas históricas, que en algunos días superaron el 5%. El euro, el lunes pasado, se cotizaba a US$ 1,30 después de que la UE aprobara su megaplan financiero de 750.000 millones de euros (US$ 1billón, según la cifra final).
Este lunes el euro caía a su
nivel más bajo en cuatro años, según los especialistas, a causa de los
temores sobre el impacto social y sindical de las políticas de ajuste
fiscal ya
aplicadas en Grecia y España, y que amenazan con extenderse por toda
la
zona del euro.
La moneda única agudizaba su caída tras situar su cotización por debajo
de los
1,2300 dólares tocando un mínimo de 1,2234 dólares, su nivel más bajo
desde abril de 2006.
El euro perdió más de un 7 % frente al dólar en lo que va de este mes, y acumula un 14 % de pérdida desde principios de año, convirtiéndose en la divisa con el peor comportamiento en los mercados.
"Nadie sabe cómo salir de esta situación después de haber visto la caída del euro pese al paquete de rescate financiero", dijo a Reuters Minoru Shiori, de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities. "Hay grandes preocupaciones por la zona euro".
"El euro tiene un débil
recorrido
debido a que se ha incrementado la presión sobre el sistema bancario
europeo y a
que la credibilidad del Banco Central Europeo se ha visto tocada" por la
crisis
de la deuda, dijo a Bloomberg un analista de Schneider Foreign
Exchange, de
Londres.
Los analistas del banco privado de inversión UBS consideran que la
moneda única podría depreciarse hasta
caer por debajo de los 1,15 dólares y los de BNP Paribas creen que
en marzo
llegará a la paridad frente al dólar y auguran un futuro "lúgubre" al
euro.
Por su parte, Minoru Shiori, de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities, advertía esta mañana que "nadie sabe cómo salir de esta situación después de haber visto la caída del euro pese al paquete de rescate financiero".
El propio presidente del Banco Común Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, admitió el sábado que Europa "sufre la mayor crisis financiera en un siglo".
En una entrevista con el semanario alemán Spiegel, Trichet advirtió a los dirigentes europeos que la situación económica del continente es "grave", y aconsejó no dudar a la hora de recortar déficits y deuda pública.
Trichet manifestó que los mercados y el panorama bursátil "están, sin duda, en la situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial, tal vez desde la Primera. Hemos vivido y vivimos tiempos verdaderamente dramáticos".
Para el presidente del BCE, la semana pasada fue crítica: "los mercados no funcionaban, fue casi como cuando cayó Lehman Brothers en septiembre de 2008", dijo en alusión al gigante bancario norteamericano que desató la actual crisis financiera global.
A las declaraciones de Trichet, se sumaron otras más alarmantes, por parte del economista jefe del BCE, el alemán Jürgen Stark, que avanzó aún más al minimizar los efectos del plan de salvataje a los países en crisis de la eurozona.
Stark cafirmó que el plan
europeo de 750.000 millones de euros "sólo sirve para ganar tiempo,
nada más".
Añadiendo que "cuando los mercados se vuelven locos, nadie puede prever
las
consecuencias".
El economista jefe del BCE señaló en una entrevista en el dominical del
diario
alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, que el "rescate"
financiero
implementado , "no tendrá efectos sin reformas económicas".
Pero el BCE no está solo en la propuesta de aconsejar más ajuste salvaje para "tranquilizar a los mercados" y detener el desplome del euro y el contagio de la crisis por toda la eurozona.
Según el semanario Spiegel, el gobierno alemán plantea que la eurozona apruebe "un programa concertado de reducción de déficits para restablecer la confianza en la moneda común".
La propia canciller
alemana,
Angela Merkel, reconoció este fin de semana que el plan de rescate de
750.000
millones de euros aprobado hace unos días por los miembros de la
eurozona es
solo una fórmula para "ganar tiempo" y advirtió que el
rescate del euro no resuelve la crisis que atraviesa la UE.
En general, la sombra de una
insolvencia de pago generalizada (producida por los déficit y la baja de
recaudación ) ya desató una crisis financiera, devenida en
crisis fiscal fiscal, que precipita una embestida del
dólar contra
el euro creando un escenario de ruptura de la unidad política y
económica de
la Unión Europea.
En este contexto, el ánimo
de los
especuladores internacionales pasó del pesimismo frente al dólar al
pesimismo sobre el euro, cuya debacle se suma al cuadro de debacle
financiera en que se encuentra sumida la segunda economía mundial (en
bloque)
detrás de EEUU.
El euro, la moneda única,
forjada en
el seno de la antigua Comunidad Económica Europea, afronta su examen más
crítico
frente a la embestida del dólar, como vaticinan los especialistas.
Por otro lado, los
brutales ajustes de Grecia y España dejaron de manifiesto la fragilidad
de la
recuperación de la zona euro.
En este marco, Grecia y
España,
seguidos de Portugal, coinciden todos los analistas, ya se han
convertido en
mecha de un potencial estallido económico financiero en cadena
que
podría, como emergente principal, desencadenar un proceso de crisis
social y
política en toda la eurozona.
Es así que el reconocimiento
de la profundidad de la crisis por los propios líderes y
autoridades
monetarias, acompañado de anuncios de más ajustes salvajes, se convierte
en la
antesala natural de más explosiones sociales y conflictos sindicales
contagiándose por toda la eurozona.
Es un proceso natural y
lógico de
acción-reacción: Más ajustes = mayor conflictividad social y sindical.
Y como al sistema
capitalista europeo
(por razones de supervivencia y rentabilidad) no tiene más salida que
los
ajustes, los estallidos sociales y sindicales son la única
herramienta de
resistencia que les queda a los sindicatos y a las mayorías que
sufren, y
van a sufrir, el impacto de los recortes salariales y desempleo en masa
que se avecinan.
Este proceso (por razones
lógicas y
matemáticas) es el mejor pasaporte a una implosión en cadena que
puede
terminar de un plumazo con la unidad económica, política y monetaria de
la Unión
Europea.
Un proceso ya anunciado
"entre
líneas" por los principales expertos europeos.
(*) Manuel Freytas es periodista,
investigador,
analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y
comunicación
estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la
Web.
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