Estamos en camino hacia el Sudáfrica del post-apartheid, para disfrutar
los próximos pan et circenses, la Copa Mundial del fútbol. Pero ¿no
será que el desastre ambiental en el delta del Níger también nos
afectará de alguna manera?
Una vez más somos testigos de que el racismo es un elemento integral de
las relaciones internacionales, un reflejo ideológico del mercado
mundial imperialista corporativo. Una vez más son precisamente los
intereses de clase de los millones de esclavos africanos asalariados
explotados y dominados que vegetan en la miseria, los que simplemente
no figuran en las últimas noticias de los medios de comunicación
internacionales. Poca gente sabe que África, especialmente Nigeria, es
el principal proveedor de un petróleo de excelente calidad para los
EE.UU. Nigeria cuenta con más de 600 campos petroleros que producen el
40% de las importaciones totales de petróleo de Washington. Uno se
imagina que la Casa Blanca sabe lo que está sucediendo en África, en el
delta del Níger, donde el oro negro fluye libremente; y que este delta
es la capital mundial de los derrames de petróleo, de la criminalidad
multinacional y la contaminación de la madre naturaleza, de África.
El diario The Guardian del 30 de mayo de 2010 resumió la doble moral
racista de la siguiente manera: "La agonía de Nigeria empequeñece el
derrame de petróleo del Golfo (de México). EE.UU. y Europa la ignoran.
... De hecho, en el delta del Níger se derrama más petróleo que se ha
perdido en el Golfo de México ". 1)
Como en el caso del derrame petrolero en el Golfo de México, ¿por qué
el presidente Barack Obama y Shell no hacen todo lo posible para
detener esta tragedia? Y ¿por qué los líderes de Nigeria ignoran esta
catástrofe ambiental desde hace décadas?
¿Cuál entonces es la importancia de las Naciones Unidas, de la NEPAD y
de la Unidad Africana en primer lugar y en lo que respecta a África en
su agonía petrolera? ¿Por qué el Africom estadounidense y la USAID no
les ayudan a los trabajadores petroleros a limpiar ese desastre
corporativo?
¿No será más bien que seguimos viviendo en la época cuando Hegel dijo
que deberíamos olvidar a África, que está fuera de la historia? ¿O
cuando Voltaire y Montesquieu declararon abiertamente que los negros no
pueden tener un alma blanca y que no sirven para el uso ni para el
abuso de la filosofía? Estos africanos que son considerados 'animales
de carga' y 'herramientas que hablan', en realidad no tienen derechos
humanos, al igual que la naturaleza que ya ha perdido sus derechos a
vivir.
El trabajo, el capital, el consumo, las mercancías, el poder y la
esclavitud, todos están acabando con la vida en el planeta Tierra. Los
derrames de petróleo son sólo el comienzo de los vertidos de todas las
armas de destrucción masiva tanto nucleares, como electromagnéticas y
de muy baja frecuencia.
La ironía es, que precisamente en el espejo de África, en esa oscuridad
del desastre petrolero, también podemos ver con claridad como se va
perfilando poco a poco el futuro negro de la globalización.
1) Véase:
http://www.guardian.co.uk/world/2010/may/30/oil-spills-nigeria-niger-delta-shell
franz@franzlee.org.ve
http://www.franzlee.org.ve