El problema es que la izquierda europea está muy debilitada y apenas existe, porque "se rindió a los dogmas y la racionalidad del neoliberalismo y con ello se desintegró ideológicamente

El derrumbe de la Europa vendida al capital

Siempre incisivo, el corresponsal de La Vanguardia en Berlín, Rafael Poch, describe perfectamente la patética visión de una Europa incapaz de poner al capital y a los mercados descontrolados en su sitio:

Apenas hemos entrado en la fase dos de la crisis, la primera fue el shock producido por la estafa bancaria, ahora comienza la del recorte social para pagarla, y ya todo cruje en Europa. Se generaliza el recelo nacional, un caramelo para la extrema derecha; de los alemanes hacia los griegos, de estos hacia los alemanes, de los perfectos del Norte, hacia los manirrotos del Sur. El vital eje franco-alemán está tocado.

La sorpresa es general, ¿por qué esta sensación de derrumbe en el maravilloso y prometedor templo europeo?

Ese templo se tambalea porque se construyó sobre intereses mucho más vinculados al capital que a lo social. Por eso ha bastado un terremoto en la esfera del capital para que el edificio muestre su fragilidad, ejemplarizada por la actual situación del euro. Como explica el Profesor Michael Hartmann, esa construcción no fue un problema de "codicia" ni "del sistema", sino una cuestión de intereses.

Su artículo, "Narciso, maltrecho", incluye metáforas tremendamente descriptivas de lo que ha pasado y sigue pasando:

Una de las conclusiones que se extrajeron de la quiebra de 2008 fue la de la muerte del llamado "neoliberalismo". Sin embargo, el fracasado pensamiento neoliberal, como el Cid, continúa ganando batallas después de muerto. Como una gallina que sigue andando convulsivamente por el corral tras haber sido decapitada, su discurso propone instintivamente arrasar lo social para salvar el capital, e incluye algún parche retórico sobre la necesidad de "reformar los mercados".

¿Hasta cuando permitiremos la estafa que estamos sufriendo y las mentiras que nos repiten una y otra vez sobre lo que está pasando?

En Alemania la salvación de los bancos ascendió a 480.000 millones. Uno solo de ellos, el HypoRealEstate de Munich costó 110.000 millones. En contrapartida, el gobierno alemán dedicó 14.000 millones a dinamizar la economía distorsionada por la estafa bancaria, repartidos en dos años, 2009 y 2010. Es decir, los alemanes se gastaron 34 veces más en salvar a los bancos que en dinamizar la economía popular. Sin embargo es este gasto público lo que Merkel señala a nivel europeo como responsable de la crisis del euro.

Las deudas son una cosa, y suficientemente preocupante (basta pensar cómo van a quedar las inversiones en capacidad energética futura), pero ¿qué efecto va a tener la pérdida de soberanía nacional y democrática que implican los planes de ajuste que desde estamentos no democráticamente elegidos se nos están imponiendo?

¿Donde están los partidos de izquierda? ¡perdón por esta pregunta retórica! ¡Casi da verguenza hacérsela! ¿Y qué consecuencias tendrá que no se esté dando respuesta a esta afrenta para la justicia, la democracia y la racionalidad?

El problema es que la izquierda europea está muy debilitada y apenas existe, porque, como dice Étienne Balibar, "se rindió a los dogmas y la racionalidad del neoliberalismo y con ello se desintegró ideológicamente". En esas condiciones no puede despreciarse que el descontento ante el injusto pago de la factura de la crisis desemboque en racismo y xenofobia.


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