Los acuerdos de Estados Unidos con Rusia cambia toda estigmatización de la historia contemporánea. La idea es repartirse las cargas de uranio existentes en el hemisferio terráqueo y donde el Continente Sur posee minas vírgenes que pueden gestar una fuerza militar determinante a cualquier factor de poder en un lado de nuestro hemisferio. La presencia de los C- 130 estadounidenses en las praderas moscovitas no son casualidades de los principales ejes políticos del mundo. Quienes, buscan mezclar la ideología con la soldadesca y la sociedad civil. El presidente ruso Dimitrí Medvedev fue muy claro con Barack Obama en su visita a suelo estadounidense: deben repartirse las tierras meridionales y los bosques vírgenes existentes en nuestro globo, hasta hoy.
Es una lástima, nosotros no cultivamos la ideología como método científico y, ahora somos pasto de las llamas, simplemente fuimos un instrumento de la cuarta república para albergar en nuestro seno un personal no calificado para la industrialización del país y el crecimiento de nuestras factorías agroalimentarias. El presidente Santos desea aplicar el Tratado de Libre Comercio con Venezuela de una manera diferida, respetando algunas diferencias. Es el marcaje de una producción más controlada donde las dificultades económicas siempre existirán y habrá un punto cero para comenzar.
La frontera no es el problema, todo es competencia y el desafío de los contrabandistas con los puntos de control, donde solo se agrede al transportista local y las familias venezolanas que se trasladan a Colombia para adquirir menudencias. Ya empezaron con las avionetas, luego los bancos y crear un clima de inseguridad de alto nivel, se debe investigar los orígenes en todas las instancias civiles y jurídicas, Santos no es Uribe. Por eso, Obama y el presidente ruso manejan muy bien el campo diplomático, ya no existen las figuras imberbes.
Ya no hay cambios de luna, ella se restringe en el tiempo solar. Lo que indica la conveniencia que los venezolanos asumamos los cambios por venir, preparándonos en el campo ideológico y vigorizar nuestros mecanismos de defensa para desarticular los improperios contra nuestro territorio nacional originado por la inestabilidad política de algunas naciones, cuyos habitantes ven a Venezuela como refugio, mientras ellas se fortalecen económicamente.
Hay que controlar la migración interna y externa en nuestro país. Solamente basta ir a las estadísticas para verificar la realidad existencial en éste terruño, allí no hay engaños. Es sorprendente la cantidad de extranjeros en nuestro país.
Viene la gran guerra ética del populismo contra el fascismo. El segundo, tiene ideología porque sus seguidores han sido preparados en lo moral y valores, en las escuelas salesianas y jesuitas. Los primeros vagan sin rumbo porque no analizan los criterios del Estado formador de una nueva imagen de cambio sociopolítico. Solo resta el tiempo para observar en el medio de estas dos rutas, la idea de comercio que incluye nuestras fronteras y el aval de llevar y traer encomiendas sin control o facturación. Es un juego que se deja ver como el lavado de dólares en Cúcuta por algunos inescrupulosos. Aunque, siempre ha existido bajo diferentes modalidades. Debemos abandonar la idea de un bolívar consumista y no para la inversión. Hay que ajustarse en todo y dejar el consumismo letal.
(*)filósofo.
Valencia-Edo Carabobo