La vestimenta islámica esta siendo monitoreada por la comunidad italiana y francesa y, un lema de las críticas es que rompe con las normas jurídicas y modelos de integración que llevarían a identificar los grupos sociales en dichas naciones. Esta escena se repite de una manera cotidiana, porque refleja un nivel de status. Los occidentales explican que la burka pertenece a los años del oscurantismo y una mujer no podía salir a la calle sin el acompañamiento de un hombre, ni ser atendidas por un médico varón y, muchos profesionales tuvieron que mendigar e incluso prostituirse para ganarse la vida. El Talibán obligó a las mujeres usar la burka para impedir que sus rostros y cuerpos crearan tentaciones en los varones, que, los alejaban de la devoción religiosa. También obligo al abandono de sus empleos, la minoría chiíta hace esfuerzos para defender algunos derechos y sacar a la población de una posición de atraso.

Los diputados franceses aprobaron un proyecto de ley que prohíbe el uso del velo islámico integral en la administración pública, tiendas, cines, restaurantes y mercados a partir de la primavera boreal de 2011. En Europa, existe un traumatismo ideológico que se debate entre la rebeldía y la historiografía franquista que guarda en sus secretos, principios de la reforma política y el discurso transversal de quienes desean llevar una secuencia política de los hechos que allí se suscitan.

Tanto el mundo árabe como el judío se abaten en el cinturón de la muerte, porque, las victimas se encuentran allí, sobre el desierto del Sahara y la Tierra Santa. Estoy seguro que las reformas económicas implementadas en la vieja Europa no darán resultado alguno y, el impacto será muy cruel por la devastación de Norafrica y que los insulsos rebeldes no asumen sus opciones de poder, que, nunca la tendrán en sus manos porque son unos desalmados.

La historia procede con una velocidad tal, que, en un parpadeo integró a los británicos con Suecia y Grecia. Pero, estamos empecinados a rastrear todo lo que es maligno y, los cambios ofrecidos en materia laboral, financiero y de pensiones no se han cumplido. A Europa le faltan líderes y a los árabes integridad en sus concepciones éticas. El nuevo eje EEUU, China y Brasil permitirá un foco de atención a la comunidad latinoamericana y los nuevos programas electorales contemplarán articulados sobre el petróleo, gas, agua y armamentos móviles para instalar cerca de las refinerías y balancines.

El lema, es salir del foso de una economía sumergida que preconice considerablemente los liderazgos de partidos y no del USAID y organismos colaterales de espionaje civil como electrónico. Hay que controlar el gasto público en todas sus vertientes y, solo un grupo menor serían los beneficiarios. Mientras, la predicación sobre el socialismo religioso fecunda muchas almas, como, una manera de control subjetivo. No olvidemos que el liderazgo estadounidense es netamente protestante y vive para ser efectiva en los países subdesarrollados.

Los sistemas de empleo europeos se hacen más rígidos y los aumentos salariales solo llegaron a ocupar una medida de 1.9%. Lo que indica una baja en los niveles de mejoras en la estabilidad laboral en el Continente y, solo cuentan con el dinero libio, cuando finalice la campaña contra este pujante Estado de la costa mediterránea.

El discurso político, esta muy deteriorado y la paz es símbolo de guerra y, el castillo de naipes se derrumba para los árabes, para darle acceso a los terroristas de derecha de Al Qaeda en tierras de un fuerte arraigamiento espiritual, donde la hipocresía es el factor de distorsión entre países hermanos unidos por la burka y la vestimenta islámica.


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