La democracia, tiene un criterio oportunista que nosotros reglamentamos con votos en las Asambleas Legislativas y Congresos a nivel internacional. Al margen de su régimen político hay una evidente discrecionalidad para establecer un camino de lucha y dar valores o respuestas políticas para lograr la legitimidad de de un gobierno que refleja sus circunstancias en un lugar con tiempo y espacio de confrontación.
Cualquier presidente tiene una fuente de legitimidad democrática y esta abierto al debate, por eso, ya la OEA y la ONU cumplieron con su perfil de trabajo y, solo existe una plataforma para inducir valores, repuestas políticas y soluciones legales diferentes, porque, precisamente existe una antropología cultural.
Lo cierto es que las empresas multinacionales desean con sus argumentaciones mantener el poder económico y no importarles la pobreza y la exclusión social. Para ellos, no existen fronteras, siendo sus programas muy operativos con una buena inversión de dólares para la ciencia y tecnología, nunca han deseado sus directivos que los países controlen su propia capacidad organizativa y científica.
La democracia moderna, esta enmarcada dentro de un proyecto socialista y apuntala hacia medidas económicas mínimas que buscan reducir ingresos mayoritarios hacia los centros de poder. Ya el éxtasis por el control absoluto del poder es una quimera para algunos agentes de dichas empresas multinacionales, desean participar de coutas laborales, bajo un sistema de convivencia con el fin único en fortalecer esos paraísos fiscales.
El mundo convive con una racionalidad oscurantista, donde florece una lucha férrea entre los latinos y los afroamericanos que residen en los guetos norteños tras la búsqueda de un puesto laboral, hay indicios de debilidad en el universo académico, donde la ambigüedad e ironía permiten conseguir un empleo como ayudante de cocina. Son los antagonismos del historial contemporáneo.
Martín Luther King le indica a su pueblo que no estuviese afligido y que luchara contra la cobardía e indiferencia, solo la voluntad y la disposición por lograr un equilibrio político, permitiría que las ideas fluyeran y conformaran un solo propósito ideológico: Lograr la libertad. Obama, es el resultado de la trivialidad americana, detrás se mueven los grandes pulpos del poder financiero para generar conflictos a nivel internacional y buscar la alternativa de controlar la energía con firmeza, sin importar la pobreza de los pueblos.
Toronto- Canadá- es la gran ciudad para financiar los proyectos petroleros y las transacciones de minería. Estados Unidos y la coalición son las fuerzas para introducir bases políticas y de sustentación para ese gran esfuerzo de controlar las fuentes energéticas desde la banca internacional.
Latinoamérica es la próxima mira del proyecto norteamericano, ya Brasil lo comprendió así y busca aliarse con China en un gran eje con Estados Unidos, buscan aislar a la OPEP y el ALBA. Santos, desde Colombia jugará un doble papel. Quedó demostrado con Joaquín Becerra, los artificios de la diplomacia mostrarán sus gazapos para lograr un control político en la Región de Bolivár.
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