La carencia de formación política en muchos ciudadanos, viene destruyendo la construcción del Estado hacia una nueva visión ideológica, dando lugar a un fundamentalismo religioso con una grave desviación hacia el dogmatismo, pero, sus integrantes tomaron de la cárcel pública, el sectarismo que integra en su fuero interno la impunidad y la ausencia de liderazgo, dándole un desprecio a la conformación de una sociedad estable. De allí, la carencia gestional de las alianzas, originando un gobierno donde sus funcionarios institucionales no encuentran la manera de reflejar la verdad, por no cumplir con lo expresado por el presidente de ésta República Bolivariana, Hugo Chávez Frías.
Necesitamos espacios de multiplicidad teórica para lograr abortar las ideas que propaga esta nueva tendencia del sectarismo. Los esposos Clinton, vienen afirmando las limitaciones de la religión en Latinoamérica, por parte de los gobiernos democráticos liberados por el Libertador Simón Bolívar en antaño, sobretodo, se le ha coartado la acción de los protestantes. Quienes, bajo el mito de la salvación eterna, desean manejar un discurso guerrerista. La lucha por el poder adquiere un nuevo vestigio, la historia, documentos, del sentir espiritual bien guardado en los depósitos ecuménicos y la asimetría del poder. Estos tres elementos, tienen un carácter divino para acabar con los cautivos y darle fuerza a las naciones desarrolladas y con poder de armas y energético. Así que, Hilary Clinton busca afanosamente darle al sentimiento norteamericano un mensaje que verbaliza el registro a una religión, donde la fe es una construcción discursiva y posicional apegada a una verdad racional. Nos tratan de dar un mensaje, donde el presidente Obama cumple un mandato externo, señalado por su accionar baptista y, nos revela una verdad inspirada más allá del bien y mal, controlar los recursos energéticos de los países en vías de desarrollo.
Buscan privatizar el sentir religioso hacia un compromiso con el Estado y, conceptualizar el concepto espiritual como liberación. Estados Unidos viene formando un nuevo personal élite de carácter protestante con estudios de videncia y parasicología. Por esto, en la época moderna como contemporánea, la reforma protestante viene defendiendo un criterio único de poder, representado por las Escrituras y el libre arbitrio, pero, los creyentes se encuentran obligados a aupar la figura del presidente norteamericano, lo grave es que ésta idea confusa de la fe, viene mezclada por un espiritualismo intimista que solo piensa en dios, como un objeto. Indudablemente, la vocación cristiana nos lleva a un lineamiento procesal de manera ecuménica y, un diálogo con una variedad de culturas y religión, como defender la naturaleza y las artes. Existe un horizonte estratégico para quienes se encuentra en el ejercicio pleno del poder. Las argumentaciones reflejan dos vertientes, una civil y la otra militar. En consecuencia, nos encontramos obligados a conocer los sectores democráticos que conviven en el Continente Sureño y, avanzar hacia una idea de compromiso histórico con el Estado, donde la fe determina un lugar primigenio para asumir el arropaje de los sectores convencionales de la civilidad. Estamos comprometidos de neutralizar la contradicción cívica- militar para lograr inclusivar todos los sectores que hacen vida comunitaria en nuestra sociedad venezolana y coadyuvante con los habitantes de países latinos.
Algunos diputados de la Asamblea Nacional como regional buscan a través de una campaña mediatizada jugar con los sentimientos, aún fieles de un pueblo que busca sin atajos su propio caminar y ritmo, desean seguir con la perversión del pasado, como los combos en que se integran para forjarse como líderes de un movimiento local. Hay que revisar a las toldas políticas del país y obligar a los partidos políticos el fortalecimiento y revisión de sus estatutos y, de esta manera fortalecer las agrupaciones consolidadas. Es necesario, debatir con los consejos comunales, la nueva orientación del Estado, creando una diversidad de opiniones que nos lleve hacia la descripción de una sola fuente de poder y avirozar hacia una opción transformadora del Estado, con una militancia que encierre en sus fueros una fe consolidada en la praxis ideológica.
El escapulario, La Biblia y la fe, constituyen tres elementos históricos y antropológicos que se mueven en la unidad de los colectivos para aupar el carácter político y energético de nuestro país y, constituye una expresión cotidiana, sincera como honesta hacia Jesús, motivando a la oración por nuestro presidente Hugo Chávez Frías, los grupos tribales y colectivos que se organizan según sus propias leyes.
En este sentido, la Organización de Naciones Unidas, no viene cumpliendo con su accionar político y viene originando situaciones incomodas en el Medio Oriente e inquietud hacia Latinoamérica. La primera instancia universal es atacar a los pueblos empobrecidos y aquellos que poseen riquezas energéticas en el subsuelo. Otra situación de éste organismo internacional es aceptar la mentira como verdad. El capitalismo revela una crisis y tras sus mentiras, Libia evidencia la acción de su desgaste. Busca fuentes de recursos en un mundo globalizado, donde cualquier tarima puede jugar con la salud de los pueblos. La muerte de africanos negros, dedicados a la industria de la construcción, nos indica el racismo impuesto por aquellos que insurpan la verdad y que utilizan bombas de ensayo y químicos que detonan la genética humana.A pesar de los criterios religiosos, tanto Occidente como Oriente reflejan un acontecer histórico autónomo, vislumbrándose movimientos que aupan por la democracia y reflejan una visión autóctona por los valores democráticos y que solo la libertad inspira esa lucha por la justicia social. Las grandes potencias mundiales usurpan el derecho a la vida de los pueblos y destruyen sus bases políticas tribales, con el solo fin de controlar sus fuentes de energía, es lamentable que líderes nacionales de nuestra democracia se presten a una falsa interpretación de una realidad geopolítica y surjan criterios sobre una posible invasión a Latinoamérica de fuerzas foráneas hacia el macizo guayanés y el corazón amazónico. De verdad, es una irresponsabilidad, aunque no sea afín a nuestro presidente de esta República Bolivariana de Venezuela.
La violencia guerrerista y urbana en el orbe, refleja un componente político y por eso, no debe existir una solución esquemática al problema de los colectivos, sino, debemos avanzar a una esencia de diagnostico para lograr un poder estatal consono que, desempeñe cabalmente sus funciones de regulación del poder urbano, darle entrada al extraño, es desplomar el país.
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