La ex candidata e ingeniera, María Corina Machado, nos ha colocado en un problema de identidad nacional al exponernos al espurio del mundo exterior y campo diplomático, quizás ella desconozca nuestra historia y piensa que somos una colonia extranjera y estemos desoyendo a nuestros genes. Pero, somos venezolanos. Hemos tenido razones históricas para desbordar nuestra identidad. Su anterior entrevista con el ex presidente George Bush, no tenía otra aplicación, sino entregar nuestra identificación como lo éramos de los españoles, ahora con una nueva partida de nacimiento de los norteamericanos. Eso, lo demostró en su reciente entrevista en Europa. Algún país mesiánico debería comprar nuestra libertad.
La imaginación es necesario utilizarla, ante la carencia ideológica de algunos osados filósofos que desean interpretar la historia por un solo camino y donde se hace obligante preservar el orden constitucional. Muchos conspiran desde el mismo gobierno y ven con buenos ojos a un segundo candidato. Yo lo observo en los mercales, gente pobre y profesional les veo pasar y me expresa, profe, mira una larga cola para comprar arroz, aceite y margarina y que ver por un cambio. Tengo una repuesta para ello, en las comunidades no se le enseña a la dirigencia, líderes locales y pueblo en sí, que es ideología, democracia y socialismo. En Carabobo, tenemos casas comunales que se les da otro uso y no centros de diversificación histórica.
Tenemos zombies que acosados por sus propios fantasmas no procuran trabajar a favor de la patria y la labor del presidente, Hugo Chávez Frías, solo sobreviven a restos del pasado al igual que la María Corina. La actitud de ésta persona y la de un grupo que alaba al presidente distorsiona la historia y quebrantan los proyectos de proselitismo de cada uno de ellos.
La visión energética y humanística hacia nuestro país -Venezuela- no debe ser dogmática, sino flexible porque aborda las ideas para un conocimiento critico de ellas y, luego de abordarlas asumir un criterio único porque esta revestida de una dualidad de pensamientos, el mismo es de carácter universal y rebasa un vinculación e identificación con nuestras costumbres y hábitos para llevarnos a un reencuentro con la realidad latinoamericana y oriental, es un acercamiento al verdadero marxismo, base del socialismo y la vieja doctrina socialdemócrata, porque, la nueva es un absurdo por la operatividad del capitalismo en sus estructuras de poder.
Las incomprensiones históricas debemos canalizarlas y solo dos presidentes venezolanos asumieron ese riesgo, uno ya fallecido y el Ttte Coronel Hugo Chávez Frías, quien asumió las riendas y riesgos ante una izquierda demócrata totalmente desvanecida por sus continuas contradicciones. Hay que saber interpretar este nuevo paso que busca la transformación de la sociedad.
Los países progresistas buscan controlar sus propios proyectos y avanzar en un solo espíritu de lucha para armar una sola América Latina libre y democrática, donde todos participemos de un solo camino de bienestar social y religioso, sin dogmatismos que atrincheren nuestras esperanzas, estamos frente a un nuevo campo filosófico, cuyas teorías conllevan un hálito de libertad universal.