Ha quedado demostrado de manera tajante con lo del ex agente de la CIA, Snowden, que una gran mayoría de países (y que democráticos) no se quieren involucrar con ese caso en contra de la política de estado del gobierno imperial de los EEUU, en que casi todos con algunas excepciones de naciones de Latinoamérica y, a qué le temen tanto los demás que, han rechazado casi al unísono: la solicitud de asilo que aquél ha hecho que lo ampare de no volver a su país como un preso más sin defensa en un juicio que le violarían sus derechos humanos como un funcionario desertor peligroso, en donde el jefe de gobierno, es un premio nobel de la paz –vaya tremenda contradicción en pleno S-XXI, que ha puesto en práctica la estrategia política de utilizar a sus conciudadanos como arma y se ha valido para ello, de toda clase de presión injerencista internacional.
Y cuál ha sido la gran afrenta de ese joven ciudadano estadounidense, para con la alta esfera política o, establishment de su país que lo acosa y mantiene al margen de una cacería indiscriminada que por su inteligencia y sagacidad ha podido estar a la expectativa en un aeropuerto ruso a la espera de ver cómo salir dignamente de allí con un salvo conducto humanitario que lo lleve a hacer vida en otro país diferente al suyo que lo acoja y le dé la protección de seguridad a su persona como corresponde de acuerdo al derecho internacional vigente, sobre asilos humanitarios.
El mismo, Snowden, ha asegurado desde Moscú que los EEUU: no le teme a los informantes como él y otros, sino controlar sus actuaciones y, no permitir tener una sociedad de jóvenes adentro y afuera bien informada. Y basándose en tal premisa como un apátrida más que no tiene un destino fijo todavía, se mantiene a la espera de la acogida de quien no comparta las órdenes imperiales de sometimiento y entrega que han librado abiertamente para encarcelarlo y de ello se ha valido Obama con su mentalidad colonialista de subyugar gobiernos que no ayuda a solucionar problemas de diversos índoles, sino más bien, actúa para crearlos o incentivarlos que, él como presidente no ha sido capaz de cumplir con su promesa electoral como era cerrar la cárcel de Guantánamo.
Sobre el particular se han manifestados los presidentes, Maduro, Evo y, Daniel Ortega, quienes han puesto cada uno a su país a la orden de concederle el asilo humanitario a que tiene derecho el joven Snowden, sin ninguna condición de por medio, lo que demuestra que todavía existen en el mundo naciones fuera de la órbita imperial que toman decisiones sin consultarla con otros, por más poderosos que éstos sean y, que tengan la máquina de hacer los dólares que corren por el mundo entero en compra de conciencias y de dignatarios que se prestan a su política de estado irreverente, como ha quedado demostrado en los días que han pasado referente al caso del ex espía de la CIA.
Creo que nuestro país en particular tiene que cerrar filas con las cuatro naciones que se involucraron en la negación de su espacio aéreo y territorial al avión del presidente Evo Morales y, que todavía no se han excusado ni han pedido disculpas como tienen que hacerlo y, hacer una buena revisión de los contratos sobre las materias que compartimos y, que están en puerta y, sobre todo hacerles ver que este país se siente totalmente comprometido con la política de cooperación que desarrolla con los países de Sudamérica y, lo que los ofenda o maltrate a ellos a nosotros también. Y, lo que le hicieron a Evo como a Bolivia nos cayó bien mal y, punto.