¿Quién no sabe que después del vil asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en una calle de Bogotá, el 9 de abril de 1948, en Colombia se prendió una guerra intestina que lleva más de medio siglo?. Juan Manuel Santos debería repasar los libros de historia, pues cuando habla de pacificación pasa por alto que liberales y conservadores han fracasado en el intento de resolver el conflicto armado, guerra civil que ya superó con creces el enfrentamiento que por meras ambiciones de poder existió entre federalistas y centralistas de 1812 a 1815, y que la historia tradicional también define como período de la “Patria Boba”.
En reiteradas oportunidades hemos dicho que los políticos colombianos la ponen a la entrada o a la salida, pero siempre terminan poniendo la plasta. ¿Con qué autoridad moral Juan Manuel Santos nos receta soluciones, en un conflicto provocado artificialmente por lacayos de EEUU, narcotraficantes, perros de la guerra, contrabandistas de extracción, y los propios politiqueros bogotanos que llevan años intentando derrocar la revolución que ahora dirige Nicolás Maduro?. Las instrucciones de esas transnacionales que mueven los hilos a sus títeres, son muy precisas: adueñarse de nuestras reservas probadas de petróleo que son la más grande del mundo. ¿Entonces, no es demasiada desfachatez que el mandatario colombiano, en vez de resolver su guerra a muerte, ahora de manera impertinente metas sus manos sin tener velas en ese entierro?
Pero no todo queda allí. El colmo del cinismo se ha puesto de manifiesto cuando quien colaboró con el narcotraficante y asesino Álvaro Uribe, también se atreva a declarar exigiendo seguridad para los cinco millones de neogranadinos, que evadiendo el conflicto armado, se vieron obligados a desplazarse a territorio venezolano. Por lo visto, Juan Manuel poco aprendió de sus ancestros políticos, porque su pariente y ex Presidente colombiano Eduardo Santos Montejo, jamás habría mordido la mano que da de comer a millares de familias que abandonaron su patria, por culpa de una cáfila de incompetentes gobernantes que siguen haciendo negocios con el viejo enfrentamiento armado.
Que falso nos ha resultado este Juan Manuel Santos, pues con tan buena voz y mandando a cantar. ¿Será por eso que cachicamo le dice a morrocoy conchudo?
