Con un decreto de Obama no se le para la pechada al potro llanero de Sabaneta

Chávez confió en el vigor, la virilidad revolucionaria del pueblo venezolano, construyó las bases iniciales de un proyecto a la altura de las características de ese pueblo y edificó un campo de solidaridad latinoamericana y mundial que no daba lugar a cobardías, porque con todo esto Chávez no permitió ya, que el imperialismo hiciera bailar a latigazos a los gobiernos y pueblos débiles.

Chávez como buen gobernante sabía conque elementos estaba hecho su país y su pueblo y así lo fue guiando unido y construyendo instituciones que nacían del proyecto que estaba creando.

Su alma llanera  era la expresión más transparente, la metáfora más linda y el concepto tan concreto de como concebía y ejercía la libertad. Con estas concepciones se unió a Martí y a Bolívar.

Agarró al imperialismo, como se le tenía que tratar en momentos cuando aniquilaba a cientos de miles de libios y creaba alarmantes fuerzas terroristas con las que se movería por todo el Medio Oriente.

Ahora, desde la eternidad de la historia de los pueblos que luchan, nos hace recordar que el imperialismo es el mismo de la masacre de Hi Lay en Viet Nam de hace 47 años, el mismo de la desintegración de Yugoeslavia a fuerza de bombardeos y masacre, el mismo que aniquiló más de 1 millón de hombres, mujeres y niños de Irak  para robarles el petróleo y que ha destruido muchas ciudades Sirias y mantiene en Caos Yemen.

Y que por tales razones es preferible morir con la pistola frente al enemigo que vivir humillado de por vida, pues el problema con el imperialismo no es cuestión de buena diplomacia sino de libertad.

Y reitero: ¡Con un decreto de Obama no se le para la pechada al potro llanero de Sabaneta!



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Memo Fernández


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