Si, se trata de una fuerza, creada por Estados Unidos, la UE y sus aliados de la OTAN –son padres del Monstruo de mil cabezas- antes de que ¿se revelaran? como el horror del que hoy son. El llamado "Estado Islámico" se calcula en unos 50.000 hombres mercenarios entrenados, sin defensa aérea; menos aún poder anti-aéreo; carente de fuerzas terrestres, hoy corroídas por el ataque ruso, ya tienen tanques y otros dispositivos bélicos de ataque en tierra. Sus "progenitores" se cuidaron, sin embargo, de imposibilitarlos de incursionar a "mar adentro" ya que no poseen submarinos, tan solo transporte terrestre de si acaso incursiones extremas. Ellos se atribuyen el ataque parisino (parte II del S-11) que ha sembrado de terror a la "ciudad luz". Son una pandilla de "lumpen" "corporativos", producto de laboratorios de "desarrollo" y entrenamiento psicológico-bélico, de violencia y destructividad exponencial, "capaces" de fusilar 500 niños y realizar un centenar de otras ignominiosas acciones y transmitirlas en video en "tiempo real", nos recuerda a los narco-paramilitares colombianos. Muy publicitados por noticieros, aunque ni pensar poseen portaviones, ni armas de gran potencia o arsenal nuclear; ni hablar de equipos sofisticados de guerra electrónica. ¿Son esos especímenes, sin condición humana, fugados de los cuadernillos del complejo militar industrial del Pentágono, capaces de amenazar las primeras potencias militares capitalistas? ¿Si se sabe fueron financiados en su estructura militar, entrenamiento y equipamiento en sus meses de formación, bajo máscaras de "opositores al gobierno de Siria y otros inventos perversos de la Clinton, Obama y la OTAN, que se espera para juzgarlos en la Corte Penal Internacional de La Haya, como también podrían hacerlo con Bush-Blair-Aznar por aquel cuento de las armas de "destrucción masiva" que costaron un millón de muertes? En horas se dará la realización de la Cumbre del Cambio Climático, precisamente en Paris en Diciembre 2015, en esta XXI Conferencia de las Partes, se espera un nuevo acuerdo capaz de reducir la emisión de gases productores del "efecto invernadero". Los problemas civilizatorios siguen presentes: contaminación; necesidad del cambio del modelo de vida y producción-consumo; peligro de exterminio de las capacidades de auto-regeneración del planeta. ¿Se comprometerán las potencias en reducir sus emisiones? Bajo la excusa de las "medidas de seguridad" las mismas paradójica y contradictoriamente afectarán la participación de los pueblos del mundo, sobre todo los movimientos sociales, que llevaban una posición en bloque con un manifiesto anti-bélico. Esperemos los resultados.