Polonia Salavarrieta y Rios o Policarpia Salavarrieta, como es conocida; pero todos la llamaban la Pola; nació en Guaduas Cundinamarca. Su padre era de ascendencia vasca; mientras que su mama era del Socorro. Tuvo ocho hermanos. Siendo niña una epidemia acabo con parte de la población de la capital; entre sus deudos murieron dos de sus hermanos y sus padres; para librarla de este contagio fue llevada a Guaduas a casa de su madrina Margarita Beltrán.
Allí vivió hasta los 18 años, junto con su madrina y dos de sus hermanos: Catarina y Bibiano; pues Manuel y José María habían ingresado al seminario Agustino y Ramón y Francisco se habían dedicado a las faenas del campo. En medio de la rusticidad del ambiente estuvo siempre enterada de las luchas que se libraban en pro de la independencia; bien por la vía de los comentarios que se suscitaban en el pueblo. Ya a esta edad primaveral de los 18 años es una joven esbelta, dueña de una generosa sonrisa que atraía a sus admiradores y a quienes la rodeaban. Es allí en la capital santafereña que abraza la causa patriótica con pasión desenfrenada, es detenida y sin una formula de juicio es fusilada el 14 de noviembre de 1817; convirtiéndose en una mártir. En 1823 una revista londinense la internacionalizo a través de Don Andres Bello; en 1825 un periódico de la época hace mención del martirio de la Pola; asi como otros periódicos como el El Fonógrafo (Maracaibo); Voz Publica (Valencia) y el diario de la Guaira: mientras que heroínas nuestras fueron fusiladas como la yaracuyana Celia Mujica, asi como Eulalia Sanchez de Chamberlain (1814). Consuelo Fernández de solo 17 años era fusilada en la Victoria y otras heroínas de la independencia, han sido ignoradas por la historia.
En 1815 regresa a Guaduas, no se sabe si fue una visita fortuita o como ya estaba en contacto con células donde asistían el prócer Antonio Nariño y revolucionarios y revolucionarias de temple logro conocer al Libertador que en visita a la población le arengo al pueblo de la necesidad de vincularse al ejercito. Para 1816 arriba a Santa Fe Pablo Morillo; es así como se inicia una tenebrosa persecución a todo lo que le oliera a patriota. El miedo, el temor y el terror se apodero de aquella ciudad. Es en este ambiente de miedo donde las fuerzas revolucionaria se organizan y aparece en Guaduas el coronel José I. Rodríguez apodado "el Mosco"; quien venía de parte de Alejo Sabarain , a que le pidiera a Polonia para que viajara a Santa Fe y le sirviera de enlace o espía, entre los patriotas citadinos y el ejercito del llano adentro; dentro de este actividad se desenvolvía su hermano Bibiano. Que era por las circunstancias y el ambiente que se respiraba en Santa Fe; altamente riesgosa.
Habría que desentrañar quien era Alejo Sabarain. Un activo, organizador, enamoradizo, un galán en el sentido estricto de la palabra; que logro cautivar a la Pola siendo su enamorado y muriendo con ella en el patíbulo. También mantenía relaciones sentimentales con otra joven de nombre Maria Ignacia Valencia, vinculada a los sectores de la burguesía para esa época en la capital; esta joven producto del impacto que le ocasiono el fusilamiento de su amado se inmola de pena moral tres meses después. Alejo además de ser un hábil comerciante era un organizador de la guerrilla con fuertes nexos con Antonio Nariño.
La Pola y Alejo tuvieron un tórrido romance al calor de la lucha clandestina que se fundían en sus cercanías de sus caracteres y sus correrías por la lucha independentista. Ya para comienzos del año 1817 Santa Fe es una ciudad eminentemente peligrosa para aquellos que desesperadamente conspiraban para salir de aquel régimen de terror; como para quienes miraban los acontecimientos desde la barrera sin tomar parte en nada; estos cerraban las puertas de sus casas y hacían caso omiso a todo aquello que turbaba el ambiente. Los artículos de primera necesidad escaseaban. Las casa les tocaba que albergar a tropas realistas porque las los cuarteles eran insuficientes. Los fusilamientos, los allanamientos, las detenciones se presentaban a diario.
Un 9 de enero de 1817 llega a Santa Fe de Bogota una joven llamada Gregoria Apolinaria, según se señalaba en su salvoconducto,. Era la misma Pola que en compañía de su hermano Bibiano y con documentos falsificados suministrados por el Coronel Rodríguez "el mosco". SE alojo en casa de la señora Andrea Ricaurte de Lozano; sin perder tiempo aquel torbellino de mujer entra en acción en la actividad clandestina, como costurera. Este oficio le permite entrar en los hogares de las familias más encumbrados; donde le prestaría oídos a todas las conversaciones que le pudiera servir para su oculta actividad.
Al poco tiempo manejaba información importante sobre despacho de pertrechos, movimientos de tropas, órdenes oficiales, todo esto era comunicada en papelitos hábilmente escondidos en el interior de las naranjas. Otras de las actividades asumidas por la Pola era los desertores de las filas realistas y de los criollos que jamás habían empuñado un arma, pudiesen dirigirse donde estaban los patriotas en los Llanos.
En la calle se mimetizaba con el pueblo que le pudiesen aportar algo o en sitios que eran frecuentados por los soldados que muchas veces soltaban la lengua demás y proporcionaban información veraz que era de alta utilidad para los patriotas. Otras de los sitios que frecuentaban y que eran de alta peligrosidad eran las cárceles donde estaban aquellos prisioneros próximos a ser pasados por las armas, En una de esas visitan se encontró con algo inesperado; allí estaba Alejo Sabarain, el encuentro fue rápido; pero tuvo que contener sus emociones y aparentar un inusual control para no despertar sospechas. Esto fue más que suficiente para que la Pola acrecentara su actividad; jurando venganza y más cuando se dio cuenta que el hombre que amaba estaba a la espera de ser fusilado en cualquier momento. Ya a estas alturas su atrevimiento era mayor. Rondaba los cuarteles para ver su movimiento, visitaba las cantinas y hacia las mas atrevidas preguntas a los soldados.
En una de las visitas que le hizo al barbero del Virreinato de nombre Hilarion Cifuentes que era un colaborador de la lucha patriótica, la llamo y le paso una confidencia que le hielo el pellejo; en una de las naranjas encontradas en una celda habían localizado un papelito con unas notas y estaba firmado con las iníciales "Pola S".
Ante esta situación, en lugar de partir de la ciudad; decide cambiar de domicilio y se muda a la casa de la señora Andrea Ricaurte de Lozano.
Samano que estaba al frente del Virreinato, al encontrar el papelito con tales iníciales, llama al sargento Anselmo Iglesias y le encomienda que dé con la desconocida "Pola S" y de lograrlo sería ascendido.
El sargento Iglesias puso en práctica el mismo modus operandi que llevo a cabo La Pola, se puso a visitar las tiendas, las barberías, los sitios de reunión de los vecinos y prestarle oídos a todo cuanto conversaban, un día llego casualmente a una tienda de mala muerte y entro en conversación con la dueña y de sopetón le pregunto por la Pola; la señora le dijo que si la conocía a veces pasa por aquí con un hermano; prometiéndole que le diría quien era.
El sargento Iglesias pensando que su ascenso estaba cerca se convirtió en un asiduo visitante de aquella tienda de mala muerte; un dia paso por allí Bibiano y la mujer le señalo allá va su hermano. Iglesias acompañado de un soldado lo siguió a cierta distancia hasta que llego a casa de la Sra. Andrea Ricaurte; quien en sus memorias relata lo que paso…." Entra Iglesias dirigiendo insultos y amenazas. Policarpa le contesta con energía, yo permanecí sentada junto a ella, callada; me toca con un pie uno de los míos, le comprendo, entro a la alcoba, levanto el colchón de la cama de Policarpa, recojo los papeles que había, salgo por la puerta del cuarto que estaba por el lado opuesto de la sala al patio, por entre los centinelas a quienes di plata, entre a la cocina, el fogón estaba con mucho fuego porque se estaba cocinando una olla de maíz, hago que atizo el fuego y arrojo los papeles que se volverían ceniza. Como todo lo hice con rapidez, no se apercibió Iglesias que yo hubiera salido a la cocina y menos que `él no conocía la casa"
Doña Andrea que si sabia en el berenjenal que estaba metida, supo superar aquella arremetida con mucha serenidad, cuenta luego que fue sometida a interrogatorios; logro despistar a los realistas dando informaciones falsas y de esa forma evito ser detenida ella y quienes habitaban la vivienda. Más adelante relataba:
" los papeles quemados contenían nombres de muchos patriotas, la lista de quienes daban recursos para auxiliar a quienes iban a las guerrillas, comunicaciones a los jefes de estas y el borrador del estado de las fuerzas españolas".
Fue traslada a la Carcel Chiquita y sometida a interrogatorios; con habioidad evadía todo; solo se ceñía a que su trabajo era de costurera y que no sabia nada de lo que le preguntaban. Por otro lado su hermano Bilbiano era sometido a torturas buscando alguna confesión; llega un momento en que se desmalla y apela al ardid de hacerse pasar por tonto; situación esta que surtió efecto, lo dejaron tranquilo y de paso le dieron libertad.
Sus dos hermanos Manuel y José Maria; sacerdotes agustinos buscaron amigos para que intercediera ante Samaro a favor de su hermana; pero la solicitud fue denegada, pretextando que la Real Audiencia no tenia jurisdicción, Que Samaro tenía poderes absolutorios y que la prisionera era acusada de alta traición.
La Pola fue llevada ante el Virrey para ser interrogada; sin lograr quebrantar la fortaleza y la firmeza de aquella mujer.
Samaro que se la sabía todas le dice en uno de aquellos interrogatorios que a Alejo Sabarain había sido condenado a muerte. Esta confesión la conmovió y le dio en lo mas profundo de su ser en el amor y perturbo aquella fortaleza de mujer.
Buscando fuerzas de donde no tenia le grito al Virrey:
Mate usted al que le dé la gana, pero tenga la seguridad de que algún día los patriotas venceremos, y entonces usted y su gente serán los muertos.
A partir de estos momentos se declaro una batalla verbal, entre Samaro y la Pola; ni un cachetada que recibió la Pola y le hincho la cara logro callarla. Ella se desahogo con todas sus fuerzas lo que sentía por los tiranos de su patria.
El juicio si es que le puede llamar así fue breve, como todos los que se hicieron para llevar al patíbulo a los patriotas. Se inicio el 10 de noviembre, en casa del coronel Carlos Tolrá, presidente del Tribunal.
Su paso por las calles eran lagrimas e impotencia de parte de un pueblo que no podía hacer nada ante aquel régimen de terror.
Recibió la confesión y la confortación espiritual de parte de sus hermanos. Como cosa curiosa, un joven soldado que había sido enrolado por la fuerza en las filas realistas; llamado José Hilario López que a la postre fue presidente de Colombia; escribió en sus memorias estas expresiones de la Pola …"Saciaos con mi sangre y con la de los criollos patriotas, pero sabed que no llevo a la tumba otro pesar que la destrucción de la tiranía".
Ese 14 de noviembre de 1817 fue La fecha infausta del desfile por las calles de rostros cabizbajos, tristes y llorosos de aquel pueblo que veía partir hacia el suplicio a una joven valerosa; entre ellos Alejo Sabarain y otros siete reos, bajo el repicar de las campanas.
Un anodino sacerdote de nombre Brillabrille, que además era un soplón que se encargaba de delatar a los sacerdotes rebeldes que simpatizaban con los patriotas, visito a la condenada para notificarle la sentencia. La Pola que sabía de sus andanzas rechazo las frases artificiosas que pretendían el arrepentimiento de la acusada.
Habíamos dicho inicialmente que Alejo Sabarain algunos historiadores lo colocan como enamorado de La Pola; pero otros ponen a Alejo como novio de una joven llamada Maria Ignacia Valencia; hija de Doña Eusebia Caycedo Santamaria; que se encargaba de llevar medicinas y provisiones a los patriotas prisioneros en Popayan. Allí se conocieron. Un indulto de 01/07/1817 de Fernando VII libera a los prisioneros republicanos. Alejo sale de allí a integrarse a las guerrillas de Santa Fe. El plan era `promover el levantamiento que permita la salida de Samaro. Es aquí donde la Pola entra de lleno a la lucha; pero en lugar de dirigirse a los llanos de Casanare donde correría menos peligro; mientras que Alejo decide dirigirse a los llanos obedeciendo órdenes del prócer Antonio Nariño; es hecho prisionero.
El día 11/11/1817 María Ignacia Valencia observa desde el balcón el paso de los condenados; bañada en lagrimas se inclina ante el crucifijo pidiendo clemencia. El día 14/11/1817 las campanas tañen de ruido a los vecinos y el ruido atronador del tambor hace compañía. Las descargas son oídas por María Ignacia invadida por el dolor muere tres meses después.
Estando en la plaza Mayor, la Pola fue trasladada al cadalso; con ella iba Alejo Sabarain; el poeta Jose Maria Arcos que sentía una estima muy particular por la Pola y otros seis reos mas.
José Hilario López fue escogido para el pelotón de fusilamiento; narra en sus memorias como hizo para no dispararle. Ya al atardecer los hermanos agustinos de la Pola recogen su cuerpo para darle cristiana sepultura.
Luis Roa