En síntesis

El lado oculto de esa frágil paz colombiana

En política todo diálogo realizado en el limbo, necesariamente termina en una de esas conversaciones ilusas de Don Quijote y Sancho Panza. A propósito del cacareado acuerdo de paz suscrito entre el Estado colombiano y la FALC, se abre un amplio abanico de dudas, iniciándose así una experiencia inédita que incluye además: al Ejército de Liberación Nacional (ELN), y el M-19 surgido del presunto fraude en las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970 que dieron como ganador a Misael Pastrana Borrero sobre el general Gustavo Rojas Pinilla. Militar, ingeniero civil y político, a Rojas Pinilla lo recuerdan por sus importantes obras de infraestructuras realizadas durante el ejercicio de la Presidencia (1953 a 1957), tras el golpe de Estado a Laureano Gómez. Por cierto, algunos han llegado a considerar que su gestión guarda cierta relación con la del general Marco Pérez Jiménez durante su dictadura de 1953 a 1958.

Dadas las circunstancias de lugar, tiempo y modo en que se concretó el acuerdo, cualquier observador tendría razones para sospechar que hay un lado oculto en esa frágil paz colombiana, pues detrás de la simbólica paloma blanca de la paz, también se mueven oscuros intereses que podrán ocasionar que el remedio sea peor que la enfermedad. Y porque sabemos que la paz no se decreta ni se compra en botica, recomendamos no caer en eufemismo ni contar pollos antes de nacer, porque todavía están en el ambiente muchas de esas interrogantes que aún no encuentran respuestas. ¿Estarán dispuestos todos los narcotraficantes y perros de la guerra a renunciar a jugosos negocios en el mercado negro? ¿Cómo y quienes están llamados a garantizar la integridad física de las parte involucradas en dicho acuerdo, a sabiendas que andan suelto los paramilitares del ex Presidente Álvaro Uribe, quien recargado de odio y ansias revanchistas, jamás perdonara la traición de Juan Manuel Santos, ex Ministro de Defensa en la administración de Uribe y su sucesor cuando la Corte Constitucional negó la tercera reelección presidencial al disidente del Partido Liberal.

Y porque todavía queda mucha tela donde cortar, también habrá que preguntarse: ¿Qué se trae entre manos el Fondo Monetario Internacional, cuando sin nadie pedírselo ofrece la bicoca de once mil millones de dólares para reactivar una economía que destino una importante parte del PIB para financiar gastos de la guerra fratricida durante 52 sangrientos años? Y porque sabemos de las debilidades de la oligarquía colombiana que es más falsa que saludo de alcabala, no debe extrañarnos que sintiéndose apoyada por siete bases militares gringas, y también aprovechando nuestro enrarecido clima político, esta vez esa oligarquía rapaz quiera echarnos un vainon con el territorio en reclamación. De modo que con esa engañosa paloma blanca de la paz colombiana, ahora hay que estar bien mosca, pues Estados Unidos insiste en buscar los votos en la OEA para conseguir aprobar la Carta Democrática y declararnos Estado forajido. Y como dicen que en rio revuelto ganancia de pescadores, no sabemos si a la rapaz oligarquía bogotana se le abre más el apetito y decide amputarnos el territorio en reclamación. Amanecerá y veremos.



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Freddy Elías Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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