Israel tiene al menos 9.000 presos políticos palestinos, incluyendo 335 niños y varios cientos de mujeres, la mayoría de los cuales están sin cargos, prácticamente todos han sido torturados y la gran mayoría de ellos son civiles que han sido capturados en sus casas o en las calles. En una palabra, la mayoría de los civiles son victimas secuestradas por las Fuerzas de Seguridad (sic) Israelíes [ejército] y no combatientes capturados como en el caso del único soldado israelí. Los palestinos han hecho reiterados llamamientos a los israelíes para que liberen a los quinientos niños palestinos secuestrados y mujeres palestinas rehenes a cambio de su soldado capturado. Israel ha respondido intensificando los ataques militares y ampliando la red para incluir en estos a todos los palestinos.
El párrafo anterior es un extracto del un articulo escrito por el estadounidense James Petras, publicado en la pagina web Rebelión.org. El titulo del trabajo de Petras es La solución final del Estado judío: el asalto a Gaza, quien en cerca de 45 mil caracteres relata la impunidad con que los israelíes han violado todos los derechos humanos desconocidos o conocidos, de un millón cuatrocientos mil palestinos que viven en la Franja de Gaza. El último intertítulo del articulo de Petras reza: Propaganda en los Medios de Comunicación al Servicio de la Limpieza Étnica. Verdad espeluznante que nos recuerda los sufrimientos de millones de judíos a manos de los delirios “arios” del asesino Hitler. ¿Cuál razonamiento tendrán las autoridades judías para justificar el exterminio étnico que adelantan contra cerca de millón y medio de palestinos? ¿Seis millones de judíos exterminados, pelo a pelo, contra un millón y medio de palestinos? ¿Cuántos palestinos tienen que morir para “pagar” por la captura del soldado israelí? ¿El exterminio étnico que adelantan contra los palestinos no les trae ningún recuerdo?
Mientras eso pasa en el Medio Oriente, aquí mismo, en la capital de Venezuela hay un Poder, el Electoral, que resiste una brutal campaña de descrédito, destinada a menguar la participación a través del voto. El último mes ha sido prolífico, aunque vale destacar que la campaña sólo es de descrédito, y no tenemos que ver a niños mutilados por las bombas israelíes.
Con diversos argumentos algunas organizaciones político partidistas han desatado una fuerte andanada de “denuncias” contra el Registro Electoral. La mayoría de estas denuncias mueven a la hilaridad, pero son repetidas sin clemencia por las voces de periodistas, narradores, televidentes, radioyentes, boyscouts, loros reales y cuanto ser viviente pueda reproducir fonemas. Hay para todos los gustos, desde la curiosidad que significa que un centenario vote, hasta la insensatez de la supuesta existencia de una sola dirección para casi dos millones de personas.
La realidad mediática, igual que en Palestina, es diferente a la realidad terrenal. Las “inconsistencias” denunciadas no llegan a afectar ni el 0,1% del Registro Electoral. Pero hay muy pocos periodistas que se detengan a analizar este detalle. La idea es engordar la denuncia, que de tanto repetirla seguro engordará el porcentaje, por obra y arte de Gooebels.
Igual que para la BBC, al decir de Petras, un soldado israelí vale un millón cuatrocientos mil palestinos. Veintiséis mil ciudadanos venezolanos con cien años, son más importantes que 15 millones de votantes. Y que me perdonen los palestinos, por hacer un símil de aquella tragedia y esta nimiedad. Y es que si se fijan bien es cuestión de números. De muertos y de votantes.
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