Alemania, busca imponer un nuevo estilo político, porque desea regresar al pasado y aplicar una férrea política de mercado, donde va a prevalecer los mensajes populistas para invocar a una disciplina fiscal, con recortes financieros y austeridad y, así encarnar un fin común, asentar en la Unión Europea, el símbolo nostálgico de la socialdemocracia y, distanciarse un poco de la vieja aristocracia. Este ideario, representa a la derecha y los cambios que se avizoran en el pragmatismo latente dirigentes políticos, es que, las bases, son el fundamento de los programas e ideas para tener la oportunidad de sobrevivir en Europa. Lo importante, es que la identidad alcanzada desde Willy Brand se afiance y no siga divagando entre sectores politizados, que, en la práctica, le tienen miedo al voto. Porque, el trabajo ideológico no se hizo. Lo cierto, ya no hay tiempo para tomar los asuntos del Estado con fogosidad, una persona que desea cumplir funciones públicas, tiene que prepararse como político y ciudadano.
Es necesario, que los antiguos votantes europeos regresen a las urnas electorales. Y, tomen en serio el camino trazado por lo socialdemocracia en años anteriores para hacer de Alemania, un país verdaderamente europeo. Así que, estamos ante el resurgimiento de la antigua partidocracia sistemática alemana, con sus viejas heridas de lucha popular. Hay reuniones, para combatir a los autodidactas en política, por el discurso que presentan ante los cargos públicos que representan.
Obama, no fue un baladí, trató de periodizar a Europa a los intereses norteamericanos y conceptualizar un relato propio para estar más cerca del Medio Oriente y romper con las urnas electorales, pero, Hillary Clinton, se adelantó a los acontecimientos y cometió un gran error, asesorar y alimentar a los terroristas, darles armas y financiamiento, buscando devastar Siria y no pudieron. La experiencia con Libia, (Muhammad Gadafi), fue muy desastrosa por la intromisión abrupta de Francia.
En estos instantes, jamás se puede confundir capitalismo con el liberalismo. Es un tema delicado en los vientres y conciencia de muchos derechistas, vientres porque desean dólares para manejar su marketing y conciencia, porque es una argumentación valida que deben tomar, sea acertada o falsificada. Algunos se declaran como diputados progresistas, pero, su afán por dinero, los ha llevado a crear empresas y corporaciones falsas, que han quebrantado el ánimo del pueblo.
En este caso, España, hace mucho ruido en estos últimos días, porque la corrupción mello a muchos hombres que defendían las acciones kafkianas de la administración pública. Pero, nunca asumieron una posición ideológica, ante el problema europeo.
La historia de Francia, Alemania y España se escriben noticias, como en opiniones personalizadas, que dan la sensación de un masaje cerebral. Hay inmoralidad, ante la persuasión y las reuniones periódicas de los organismos consultivos, ambos, constituyen un amanecer mágico, porque las estrategias políticas, tienen un marcaje comercial y no proselitista.
Lo que implica que la personalización de criterios, es tomada a la intemperie noticiosa y, el hombre europeo independiente se desvanece, por una parte, por los precios de los comestibles y electrodomésticos y por la otra, ya no es un independentista, sigue ciego un camino. Manifestado por los medios publicitarios.
Los diarios europeos, reflejan una acumulación de conocimientos, para mostrar a los usuarios y lectores inserciones publicitarias diferentes, la idea es ocasionar un gran impacto en el rendimiento publicitario para captar votos, mediante servicios ofrecidos en la banca, supermercados y locales comerciales, que, personalizan el interés de cada organización política de la región.
Están aplicando una política de seguridad para que la propaganda afecte a los niños y adultos, para que no piensen en alimentos, sino en el líder centrado en una campaña electoral y ejercicio político.
Algunos, expresan que es una condensación de un ideario político, (modernidad liquida), que va descomponiendo o fragmentando para liquidar un sistema político y espolear a la población hacia el sufrimiento. En este sentido, la sociedad se comporta de una manera suicida y desarrolla un programa mental, ( mapa) de hacer colas en mercados y tarantines, sin darse cuenta que ésta actitud, crea una crisis de precios que se traduce en estrés, angustia y colapsa el bienestar de cualquier grupo familiar.
Este es el interés de la Derecha Internacional. Y que, busca implantarlo en el Continente Latinoamericano, es lo que viene ocurriendo en Gran Bretaña, jamás han aceptado el discurso de Cristina Fernández de Kirchner sobre las Islas Malvinas, por éste simple hecho, quieren verla detenida, utilizando el gobierno de Mauricio Macri y la detención de Milagros Salas. CFC es candidata a senadora y la segura presidenta de Argentina a futuro.
La Derecha Internacional, viene tomando decisiones de una manera inesperada y utilizan al electorado que una vez, voto por la izquierda y organizaciones progresistas.
Francia, busca adentrarse en América Latina y François Hollande, ya estuvo en Colombia para visualizar los terrenos entregados a células guerrilleras de la FARC, pero, supuestamente, una organización socialista con un programa de derecha en la manga, piensa montar sus gazapos y falsos positivos para engañar a dirigentes en el Sur.
Esto, ha originado una provocación entre socialistas y radicales izquierdistas. Esto, es un juego político. Pero, las versiones originales de este programa de destabilización viene de Europa y, en un tiempo lograron penetrar en Estados Unidos de Norteamérica y afectó a su masa juvenil. Muchos derechistas venezolanos, están remarcando sus movimientos, pero otros, ven en el presidente Maduro una seguridad de paz, para sentarse a dialogar.
Las medidas, para el mundo financiero globalizado deben ser concretas y, en todo caso, simbolizar lo mejor para que, toda nación europea o latinoamericana valore los principios democráticos y enfrentar sus retos hacia los organismos plurinacionales.
México, tiene que sanear su economía y, obligar a su población a trabajar en oficios descritos por el Estado y no en el narcotráfico y ventas ambulantes de comida rápida y vestimentas.
Este es el peor momento de la economía mundial. Las naciones, tienen que reducir sus presupuestos y gastos públicos. Se tiene que reorganizar el Estado y dejar atrás, repito, los programas burdos del populismo. Estamos en una especie de bisagra y de resistencia cultural, ya el mundo antiguo se ha derrumbado y, aún, no se ha comenzado de nuevo, aunque el presidente Chávez Frías, ante esa verdad europea, comenzó a renovar los programas sensibles de la tecnología de punta.
Trump, ha sido claro. Recibe orientaciones del Reino Unido y más allá del racismo y otros criterios panfletarios, tiene el deber de controlar la migración y los ciudadanos deben asumir el camino correcto y arreglar su documentación para tener derecho a un trabajo honesto y libre.
Alemania, ni Estados Unidos quieren seguir corriendo riesgos y allí, tienen la resistencia cultural haciendo el juego político. Pero, hay que dar el gran salto, con motivaciones de equidad y desarrollo social, éstas ya no son ideológicas, sino comerciales.
Las resistencias culturales son muy fuertes, por eso la importancia de respetar los Legados para fijar posiciones ante el mundo y la expansión comercial de los pueblos.