AMLO el malo

Por si no fuera suficiente el caudal de motivos por los que me manifiesto en apoyo a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, el arsenal de trampas y calumnias con las que es atacado por los personajes más identificados por el mantenimiento del estatus quo vigente, me sería suficiente para entender que el sujeto es el bueno de la película.

Toca ahora a una burda maniobra, concebida como de gran calado, la ocasión para corroborar lo que escribo. En video aparece una candidata de MORENA a ser presidenta municipal de Las Choapas en Veracruz, recibiendo medio millón de pesos o, lo que es lo mismo pero menos dramático, quinientos mil pesos para apoyar al partido que dirige AMLO. ¡Vaya! Al menos no se trata de la maleta de billetes aquella con que fue malevosamente pillado René Bejarano, pero el objetivo es el mismo: destruir la imagen de honorabilidad de López Obrador.

El video de marras no ofrece la más mínima información de que tal carretonada de billetes fuese destinado al fin inferido, ni mucho menos ofrece una suficiente calidad técnica que lo salve de la posible edición malévola. Sin embargo, la pifia ha sido bastante para que los impolutos presidentes del PRI y el PAN se lancen a la yugular de Andrés Manuel para acusarlo de corrupto y mentiroso. La verdad es que los diseñadores del desaguisado, entre ellos el inefable Yunes Linares -históricamente identificado con lo peor de la corrupción institucional- erraron en la selección de los lanzadores de los dardos envenenados. Por un lado el dirigente del PRI, creo que de apellido Rocha pero que nadie conocía antes de ser impuesto como "líder" del PRI, quien manifiesta ser tenedor de una flotilla de 100 taxis y que recibió una multimillonaria liquidación de la Comisión Federal de Electricidad, exige la renuncia de AMLO para ser procesado, como si tuviera fuero y fuese intocable por la mano de la justicia. La verdad es que el antes dicho malandrín a su paso por la CFE sólo aprendió a dar toques y a ser muy corriente, además de verse también involucrado en investigaciones sobre los casos de Odebrecht y de OHL, sobre contrataciones oscuras.

Del otro lado, el llamado por AMLO aprendiz de mafioso, el señor Anaya que, entre otras linduras manifiesta su desaforado amor a México teniendo a su familia viviendo en los Estados Unidos con el declarado fin de que aprendan el estilo de vida de ese país; sin desconocer que no ha podido demostrar cómo le hace para gastar mucho más de lo que puede demostrar como ingresos.

No acuso a ninguno de los dos de ser rateros ni mucho menos, no tengo información que me permitiera asegurarlo, pero lo que es imposible de eliminar es el tufo de la corrupción que distingue a la clase política en el poder, de la cual son dignos representantes.

La jugada es más que clara: destrozar a López Obrador desde antes de las elecciones del 2018 y salvar al país de su irredenta peligrosidad. Es de reconocerse la tozudez de las varias generaciones de adversarios que lo han intentado, sin haber cortado una sola pluma de ese gallo. Al sujeto no le han podido comprobar nada porque no hay nada; Andrés Manuel es un caso para Ripley en cuanto al cúmulo de ataques de que ha sido objeto y sigue tan campante en su lucha por hacer de México un país digno donde valga la pena vivir. Por eso me declaro lopezobradorista.

 

 



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Gerardo Fernández Casanova


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