Los enemigos históricos de nuestra independencia, por lo visto no acaban de entender que les será imposible torcer el rumbo de un Estado nación que decidió ser libre y soberano. De modo que con o sin OEA, nadie ni nada impedirá que el Poder Constituyente Originario blinde nuestra Carta Magna contra cualquier pretensión injerencista. Por esta razón, decimos parafraseando al Don Quijote: "No importa que los perros ladren, mientras pasa la caravana".
A leguas se observa que está en camino una profunda transformación del texto constitucional, atendiendo a las exigencias que plantea la actual realidad. Esta vez, el constituyente deberá subsanar algunas lagunas legales con el fin de hacer más eficiente la Ley Fundamental. ¿Acaso no sería soberana bolsería cruzarnos de brazo, mientras una minoría apátrida y corrupta pretende asaltar el poder por la vía del terrorismo? Si fue el propio Chávez quien propuso reformar el texto para mejorar su eficacia, entonces ¿por qué oponerse con hipócritas argumentaciones a la pertinente propuesta que hizo el Presidente Maduro para tratar de recomponer nuestra maltratada paz nacional? ¿O es que acaso a estos trasnochados críticos les pagan por escribir babosadas para hacerle el juego a la derecha fascista que cumple ordenes de Washington?
Desde ya advertimos que se van a quedar viendo bien lejos, aquellos que disfrazándose de izquierdistas, se parecen cada vez más a la rata inmunda de cañería Luis Almagro, ahora super campeón en derrotas consecutivas.
