Los países que conforman La Alianza del Triángulo Norte de Centroamérica buscan afanosamente un punto comercial con La Isla del Caribe, Cuba, para desarrollar programas de crecimiento cautelar en este momento que un pequeño universo de embajadas que representan estos países ataca a Donald Trump, un presidente estadounidense del protestantismo mundial que con su prédica fue llamado por los republicanos a reorganizar la economía mundial. Ahora, ya no es el mundo político que prevalece, sino el económico en sus diversas fases de desarrollo y, existe un lobby para tratar esos asuntos con la Alianza que, una buena parte es asesorada, supervisada y organizada por los Estados Unidos de Norteamérica que se destaca por su prédica hacia los gobiernos progresistas que, incluye en particular a Venezuela, a través de sus transnacionales y, que el presidente Nicolás Maduro Moros tiene en su gabinete dos representantes de ese consorcio de una manera directa y, éstos organismos hemisféricos que una vez atacaron a Trump por su impulsividad republicana, ahora busca sus consejos, que, incluye a Rusia que ayudo a su fortalecimiento presidencial por los juegos de guerra de Hillary Clinton, que, la llevo a perder la candidatura presidencial en los colegios electorales, teniendo una mayoría parcial en el pueblo, recordemos de nuevo, el mundo hoy, lo mueve la economía, jamás lo político y, el presidente y sindicalista venezolano del Metro de Caracas, Maduro Moros, fue a La Habana a una consulta globalizada para los aranceles aduanales y de dirección organizativa de los mecanismos de defensa monetaria para nuestra nación, Venezuela.
El gran problema estructural hacia América Latina, son los agentes de doble juego. La mayoría son de origen cubano- americano. Un ejemplo de ellos es Freddy Balcera quién, trabajaba con factorías a nivel empresarial y fue descubierto que era ejecutor de unos programas de reunir fondos para la campaña de Hillary Clinton, siendo un constante orador, pero a la vez, trabajaba con Trump, El tema de los presos políticos en nuestro país es delicado y los procedimientos judiciales se han revertido, estos hombres detenidos son causales de un gravísimo mal para el país y son una amenaza, incluso para sus propios partidos políticos como Voluntad Popular, Primero Justicia y COPEI, por eso, Eduardo Fernández y su hijo asumieron el rol de baja intensidad y se alejaron de éstos dirigentes que le han ocasionado mucho malestar económico al Estado Bolivariano de Venezuela, los nombres ya son conocidos y aparecen en la palestra pública, lo más lamentable, es los jóvenes caídos en lucha popular callejera – guarimbas- desde el período 2014- 17.
México, siempre ha sido un país títere y, se encuentra al borde del caos. Está atrapado por la violencia que sus dirigentes buscaron y llevaron al peso mexicano a una constante devaluación, igual que en Venezuela que ensayaron con la moneda en un doble control hacia el dólar para beneficiar a grupos financistas que fomentaron sus propias batallas con empresarios de la ultraderecha que han originado inflación, gasolinazos y creado burbujas de bachaqueros que se infiltran en la estructura financiera venezolana, de allí, la presencia de Moros en La Habana en estos días.
El Mercosur, podría ser una solución, pero, les recuerdo es la combinación de diferentes gobiernos y, esos mismos gobiernos se enfrentan a los avatares de las elecciones legislativas y presidenciales. Nadie quiere mantener el rumbo trazado por el presidente Chávez y fortalecer el bloque económico del Sur, la única voz válida en estos momentos es la de Cristina Fernández de Criskner, quién se ha alejado de La Habana momentáneamente y guarda silencio. Es el único rumbo que le queda a Los Castro, porque tuvieron que negociar con la FARC para resguardar las vías de comercialización de especies y productos fabricados en factorías de mercados emergentes, pero antes tuvieron que aislar y llevarlos a batalla a campo abierto a tres de sus ex comandantes, como Reyes y el Mono Jojoy y sus mandos regionales.
El presidente Nicolás Maduro Moros, de Venezuela, se descuidó excesivamente se encuentra en el ojo del huracán, el pueblo quedo atrás y los grandes oligopolios facturan a su favor y ya dominan las industrias del petróleo, gas y agua. Este vital liquido ya es privatizado y en cualquier urbanización encontramos una tienda de embotellamiento y, las represas no son atendidas, ni las plantas de potabilización. Las grandes transnacionales con sus corporaciones enlodan el dinamismo político mundial, la población debe cancelar grandes sumas para sobrevivir y adquieren productos ya procesados, algunas veces transgénicos.
Existe un equipo social insertado en cada gobierno local que verdaderamente desea trabajar junto al pueblo, pero, los grupos de facinerosos y delincuentes alrededor de las instituciones del Estado siempre han existido.
La historia, poco puede ser estática y, los tiempos no alcanzan y para poder existir un gobierno progresista, siempre tendremos un desafío y lo que está pasando, en el caso venezolano, es una verdadera burla al pueblo soberano. Los poderes ejecutivo, judicial y legislativo se han puesto de espalda al pueblo y ya, sabemos la respuesta.
A la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (Celac) y a sus miembros les corresponde apersonarse del asunto, revivir los acuerdos que hablan de fronteras solidarias, inclusión y derechos de migrantes, y defender a los miles de seres humanos que huyen de miserias, catástrofes y persecuciones, y que ahora son señalados como criminales.
La respuesta no será eficaz si no hay concertación entre los países de origen y destino (que hasta ahora se desentienden de su responsabilidad) y de tránsito (que militarizan fronteras y deportan o dejan a los migrantes en manos de los traficantes).
Una vez que Obama puso fin a la política de “pies secos, pies mojados” que otorgaba residencia a los cubanos que habían ingresado ilegalmente a Estados Unidos o a médicos que desertaban, centenares de cubanos quedaron atrapados en mitad de camino. Esta situación exige un acuerdo prontamente. La decisión de Obama puede ser parcialmente modificada por Trump para satisfacer a un sector de sus electores mientras mantiene la otra con su discurso anti-inmigración. Y Trump ya es presidente y es un protestante radical, no un tonto.
Trump, viene a reorganizar el sistema financiero mundial y acusó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, (TLCAN), de la pérdida de millones de empleo y, esta obligando a las empresas a activarse o deben cancelar sus proyectos, sí se encuentran ahora en México Además amenazó con abandonar el TLCAN si no logra una renegociación que le sea favorable. México, que envía casi 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos, ya siente los efectos de estas presiones y los sentirá la región en la moneda, la inversión extranjera, las exportaciones y el crecimiento.
Si Trump entierra el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) –donde participan México, Chile y Perú- China podría concretar el Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP) e incluir en él a los países latinoamericanos de los que ya es el primer o segundo socio comercial. Trump rechaza los tratados multinacionales y puede exigir la revisión de TLC bilaterales. en casos como el de Colombia, aunque la balanza es favorable a estados unidos, Washington percibe señales de incumplimiento. sin embargo, no le será fácil replantear todos los TLC pues han sido aprobados por el congreso, su propio partido los ha promovido y muchas empresas son multinacionales que no puede controlar.
China, viene aceptando convenios con Venezuela, pero, sabe de sus compromisos con los Estados Unidos de Norteamérica.
América Latina y el Caribe podrían aprovechar la coyuntura si tuvieran poder de negociación, pero se encuentran atravesadas por realidades y posiciones distintas sobre el tema comercial y de inserción internacional. Ni siquiera han sometido a examen la relación regional con Estados Unidos o con China porque estas relaciones se reducen a intercambios bilaterales.
Colombia e Israel son aliados cercanos con múltiples puentes de comunicación e intereses compartidos. Por eso la visita del primer ministro Benjamín Netanyahu fue y es un acontecimiento importante y, que además puede ser considerado como el más reciente y mejor ejemplo de esta sólida relación diplomática.
Aunque Netanyahu admitió que esta es la segunda vez que visita Colombia pues hace treinta años, cuando era embajador de Israel en la ONU, estuvo durante unas pocas horas en territorio nacional–, nunca antes un primer ministro israelí había visitado Latinoamérica siendo jefe de Estado. El hecho de que Colombia haya sido uno de los destinos escogidos en este primer recorrido oficial de un mandatario de Israel en la región demuestra y consolida la alianza entre ambos países.
La relación entre Colombia e Israel debe comprenderse a partir de su historia compartida. Si bien es cierto que sus conflictos son muy diferentes entre sí, comparten la característica de ser conflictos crónicos, es decir, que tienen varias décadas de existencia. Tal vez esta característica común, sumada a la nutrida actividad ecoturística que año tras año atrae a miles de israelíes a las ciudades y parques naturales colombianos, permita comprender por qué en Israel los colombianos son tan bien recibidos.
Israel es uno de los pocos países que siempre mostraron una cara amable a los ciudadanos de Colombia, un país que durante mucho tiempo fue considerado un paria en la comunidad internacional. Durante décadas, mientras en la mayoría de países al colombiano se le estigmatizaba y se le restringía cada vez más la entrada, Israel permitió –y todavía permite– el acceso de los compatriotas santanderinos a su territorio sin requisito previo de visa.
Así que el presidente, Nicolás Maduro Moros, debe de dejar el teñoqueo con China, porque sus relaciones son específicamente comerciales.
Esta estrecha relación interestatal es de vieja data y ha sido nutrida de múltiples maneras.
Por ejemplo, el 9 de mayo de 1949 Colombia votó favorablemente la resolución A/808 de la Asamblea General de Naciones Unidas respecto del ingreso de Israel como estado miembro de esta organización luego de dos intentos fallidos en mayo y diciembre de 1948. Adicionalmente, tras la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto en 1979, Colombia hizo parte de la Fuerza Multilateral de Paz desplegada en la península del Sinaí desde 1982 con el propósito de observar, verificar y reportar el alto al fuego efectivo entre las partes.
Así mismo, con respecto al conflicto palestino-israelí Colombia ha mantenido una postura que puede ser catalogada como políticamente correcta, pues en su territorio se asientan vibrantes y prósperas comunidades tanto judías como palestinas, razón por la cual el Gobierno colombiano hace frecuentes llamados a buscar la superación del conflicto mediante mecanismos de negociación y no por medio de medidas unilaterales.
Incluso, después de Lenin y Stalin, muchos rusos huyeron a Israel y se mezclaron con mujeres judías, dando origen a una genética de característica peninsular, de allí el acercamiento de Putin con Trump y el gobierno israelita.
Esta alianza estratégica se expresa también en la robusta relación comercial entre Colombia e Israel. Esta relación abarca los sectores tecnológico, agroindustrial y turístico. Esto quiere decir que la cooperación entre ambos países va mucho más allá de la tradicional cooperación en seguridad, asesoría y adquisición de equipos militares que se esperaría por la histórica de lucha de ambos Estados contra el terrorismo y el crimen organizado.
Esta relación comercial se ha intentado ampliar y fortalecer, razón por la cual, tras cinco rondas de negociaciones entre las partes, en 2013 finalmente se pudo firmar un tratado de libre comercio para facilitar el flujo de inversiones y transferencias de bienes y servicios por medio de importantes beneficios y exenciones tributarias.
Este aspecto de la relación es fundamental pues, de acuerdo con la Cámara de Comercio Latinoamérica-Israel, durante el último año el intercambio comercial entre el Estado hebreo y la región superó los 3 billones de dólares. Brasil es el país con más lazos comerciales de compra y venta de bienes y servicios, seguido por México y Argentina.
Según lo anterior, la visita de Netanyahu debe ser vista como el afianzamiento de los lazos ya existentes y como la creación de nuevas oportunidades de cooperación y comercio. En este sentido, llaman la atención sus declaraciones acerca del interés en fortalecer las capacidades colombianas en manejo de recursos hídricos y ciberdefensa, dos áreas en las cuales Israel tiene mucho que aportar gracias a la manera ingeniosa como ha sorteado los altos niveles de aridez de su suelo y las diferentes amenazas regionales.
¿Entonces, a que fue, nuestro presidente a Cuba?
Finalmente, debe resaltarse cómo a lo largo de su historia Israel y Colombia han tenido realidades muy parecidas. En algún momento el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez se refirió a Colombia como la Israel de América Latina. Pese a lo descabellado de esta afirmación, es oportuno mencionarla, pues permite mostrar que, aunque en el país la visita del mandatario israelí es una buena noticia, en la región despierta recelo e incertidumbre.
En este orden de ideas, la visita del primer ministro de Israel puede causar fuertes reacciones de rechazo en la región, aunque afortunadamente solo por parte de un sector minoritario entre los actores políticos de América Latina. No obstante, es temprano aún para cualquier reacción. La visita apenas termina, y es probable que si a aquellas voces que se carcomen con el nuevo impulso diplomático israelí en la región no han lanzado este tipo de afirmaciones pronto se les ocurra hacerlo.
Es decir, en el vecindario latinoamericano no todos ven con buenos ojos, la agenda de expansión diplomática de Israel, especialmente por los esfuerzos de aislamiento internacional a la cual el Estado hebreo ha estado sometido constantemente.
Los bloques políticos de estos países, Argentina, Brasil, Uruguay y Chile buscan consolidar su condición productiva a través de los programas neoliberales y desean avanzar en América del Sur para ejecutar programas de orden económico y abrir un espacio común para exportar carne de ganado vacuno y distribuir el trigo que venga de EEUU o de Rusia y, en nuestro mundo financiero debemos enfocar los espacios para favorecer la actuación de cada bloque en el nivel económico y no político.
Y Rusia, viene exportando trigo, no solo a Venezuela, sino a otros países del contexto geopolítico y que suman una mayor cantidad de toneladas. En estos casos, deben los dirigentes marxistas venezolanos hablarle claro al pueblo y, no lo vienen haciendo.