Angela Merkel, para mantenerse en el poder, tuvo que realizar concesiones entre conservadores y socialistas de Alemania y, pierde en parte el control fuerte y férreo de la zona euro. La idea es poner en práctica el proyecto comunitario y percibir fondos de Bruselas que conlleven a una coalición entre los votantes locales.
La declaración expresa del acuerdo a favor de que Alemania aumente su aportación al presupuesto europeo, una concesión arrancada por los socialistas a una canciller que siempre se ha resistido a los trasvases de fondos hacia Bruselas.
El mundo latino y europeo, refleja un debilitamiento en sus números y, la economía es la gran perdedora, porque ha erosionado la administración pública, dándole paso al universo del narcotráfico y, los errores cometidos en la predicción, diagnóstico y tratamiento de lo que algunos aducen llamar crisis han llevado a la opinión pública darles la espalda. De modo que las voces críticas han sido relevantes y en gran medida existen un consenso en torno a los principios básicos de una mejor negociación económica y los charlatanes dejaron oir su voz y Europa se maneja al filo de la espada.
De modo, que no hay nada extraño en esos acuerdos, viene desde la crisis griega y, es lo que lleva el dialogo. Lo más importante es que debemos ir al cauce de la legalidad política, de allí saltar a una verdadera cultura de mercado para acabar con la corrupción e impunidad. Los juristas, deben trabajar más para lograr una gran conciliación entre Europa y Latinoamérica, pero, todos esperan por Francia, Macron no va a cometer los excesos y errores de su antecesor.
Solo, la habilidad política puede salvar a Merkel, tiene la formación jurídica, pero, se debe ir a una conciliación jurídica, pero, el problema es el grupo yihadista migratorio aceptado por Zapatero, ex premier español y asentado en Cataluña y, cuenta con el apoyo de los jóvenes de Podemos. El asunto, es llevarse bien con los partidos políticos.
Lo importante es avanzar, llamar a los auditores y cronometrar cada despacho, por ejemplo, Bélgica e Italia necesitan del Coltán venezolano, se debe ver como instrumentar los recursos para su envío, mar abierto. Es necesario, avanzar.
Hay sed de justicia social y económica de redistribución de la riqueza y los ingresos. Esa sed de justicia también es muy importante, no solamente la sed de justicia que imparten los tribunales. En el campo administrativo, se debe hacer bien, todos los trabajos, es cuestión de conciencia. Se debe insistir en hacer las reformas de una manera adecuada.
Hay que acabar con el fascismo psicológico, ese bombardeo falso de ideas malsanas, viene quebrantando los niveles agropecuarios de ambas regiones y Merkel, tuvo que ceder ante el férreo asedio de los izquierdistas.
Los típicos recursos de las actitudes racistas y fascistas (no exclusivas de la derecha) son el miedo, la visceralidad y el sarcasmo (los tres, negadores de un análisis riguroso). Se trata de emociones o inclinaciones humanas que, en función de las circunstancias, pueden aflorar en personas de cualquier ideología. Las situaciones límite, como los atentados terroristas u otras tragedias colectivas, favorecen especialmente tales emociones y actitudes. Y acaban con la ideología.
Solo personas altamente críticas y autocríticas, y con una sana concepción de la dignidad humana, están preparadas para evitarlas. No hará falta añadir que el amor incondicional al prójimo es la mejor vacuna para prevenir esa caída y responder como es debido. Esta coletilla, abraza a nuestro presidente, Nicolás Maduro Moros.
De esta manera y por lo expresado, no puedo hablar de un parlamento patrio, La Asamblea Nacional no hizo el trabajo dado por los electores y la nueva Asamblea Nacional Constituyente tiene un cuerpo de legisladores mediocres, porque no tienen carrera administrativa o política y, algunos reflejan una conducta anti ética. El precio es una economía amorfa.
El elemento del cambio sería la inflación, que todavía no se ha despertado, aunque cuando lo haga puede hacerlo muy deprisa. Muchos de los elementos que favorecen las presiones inflacionistas están presentes en EE.UU.: empleo, salarios, parte final del ciclo, aumento de la emisión de deuda pública para alargarlo bajando impuestos e incluso aumentando la inversión en infraestructuras.
En Venezuela, nos encontramos en una hiperinflación.
Aun así, no es probable una subida desbocada de los precios. Les recuerdo que nuestro bolívar este superacabado. Me refiero al precio por dólar.
Desde hace ya más de un año, todos nos hemos dado cuenta de que la nueva Administración de Estados Unidos no va a dejar fácilmente que el ciclo alcista se acabe. La inyección de dinero para empresas y familias de más de 1,3 billones de dólares, a través de la reforma fiscal aprobada el pasado diciembre, lo atestigua. Aunque muchos creen que eso solo retrasará un tiempo el comienzo de la desaceleración, añadiendo sin embargo leña al fuego de los tipos ante una mayor emisión de deuda pública ¿Como vemos estos días, por desgracia, en EE.UU. la batalla política sobre el russiangate puede llevarse por delante el prestigio del FBI, lo que indica un creciente ambiente político de "vale todo"? La FED va a tener que tomar decisiones con repercusiones políticas tanto en 2018, con elecciones de mitad de mandato, como en 2019 y 2020 con elecciones presidenciales. ¿Están los mercados financieros probando el carácter del nuevo presidente de la FED? De momento se mantiene el supuesto de que Powell subirá tipos en marzo.
Esto, repercute en Europa. Y Merkel, lo sabe.
Hay desde luego una forma optimista de tomarse lo que acaba de suceder en los mercados. Si la volatilidad surge por la vuelta a la normalidad en las políticas monetarias, por el miedo a inflaciones moderadas del 2%, nadie puede quejarse demasiado. Lejos estamos de los miedos a una deflación destructora extendida por todos los países industriales, como se temía en plena crisis. La vuelta a la ortodoxia monetaria supone el final de la llamada represión financiera a costa de los ahorradores, también a que los bancos centrales recuperen margen de maniobra antes de la próxima
desaceleración, ya que con tipos negativos poco se puede hacer para reactivar una economía. La pendiente de la curva de tipos está haciéndose más empinada. Es lo natural: pagar más por las deudas a más largo plazo. La innegable recuperación económica en todo el mundo, con inflaciones bajas en casi todos los países, materias primas recuperadas, pero no en exceso, tasas de paro cayendo y con el comercio mundial creciendo son una magnífica base para el futuro. Una situación que hacía más de diez años que no se producía. Si las Bolsas reflejan más la realidad y menos la ingeniería financiera, serán más sostenibles, sin olvidarse de que son negocios con un alto componente especulativo: adivinar el futuro.
El mundo circundante no había cambiado, ni política ni económicamente. Seguimos en una intensa recuperación mundial, que alcanza a la mayor parte de los países, muchos de los cuales están superando los niveles de renta o de empleo anteriores a la crisis financiera de 2008. Los índices bursátiles empezaron a recuperarse al día siguiente en Estados Unidos, dos días más tarde en Europa y Japón. Pero lo primero que vemos es la sincronización mundial de las Bolsas, poco importa que los ciclos económicos, la inflación, los tipos de interés no tengan la misma dinámica. La economía estadounidense lo arrastra todo, buen recuerdo para aquellos que esperan el final de su imperio a la vuelta de la esquina. También un dato más de que la diversificación ha variado con la globalización.
Añadamos que una gran parte de las ventas, de las perdidas, están en las posiciones que apostaban contra la vuelta de la volatilidad a los mercados quienes se habían enriquecido durante 2017 ante su ausencia. Algunas veces nos dicen que la vuelta de la volatilidad antecede a la crisis, aunque la ausencia total de la misma era claramente una anomalía más en el funcionamiento de los mercados, como consecuencia de la intervención de los bancos centrales. Las caídas bursátiles de esta semana no parecen estar basadas en los datos fundamentales corporativos o nacionales. No olvidemos que el mismo índice DOW Jones está hoy un 20% por encima de hace un año.
Es obvio que los mercados financieros quieren saber cómo afectará a las cotizaciones el hecho de que los bancos centrales dejen de comprar bonos e incluso acciones.
En Venezuela, nos quedamos sin efectivo y un colapso inflacionario alto, esperemos que Merkel reaccione y no caiga en los predios del grupo Podemos.