Vestido de amarillo polluelo se hizo de la vista gorda y como un político de la derecha al garete, se puso a bailar en la cuerda floja dentro de la MUD a lo macho, sin importarle que la comparsa de PJ ande vistosa de improperios que le lanzan los chavistas que como maduristas se quedaron pintados en el aire con la buena intención de que Julio Borges sin estar borracho con güisqui Chivas Regal 25 años con el que le gusta empinar el codo de la distracción: les firmara el acuerdo sin que le temblara el pulso con todos los puntos incluidos en la agenda, sin pensar que se acercaba carnaval del que Julio Borges es un rey muy Momo que destila confianza alcohólica de la buena.
Lo cierto es que, Maduro envuelto de calor patrio estaba a reventar de contento por Zapatero, sin imaginar que la oposición se la tenía guardadita y la iba a cobrar, por lo que comenzó con su repunte de adelanto como niño esperando la nochebuena y, confiado se puso a contar los pollitos antes de nacer, y en un tris de bochorno se le vino el mundo abajo cuando, Tillerson desde Colombia con el celular de Juan Manuel Santos, llamó a la cancillería donde estaban reunidos las dos partes del encierro, y solicitó hablar con su hijo putativo made in Venezuela y, al tener a Julio Borges en la línea, desgreñado de mando, le ordenó como un paramilitar colombiano: "you do not sign anything or i order you shoot" que traducido al margariteño con tartamudeo, pudiera ser: tú no firmar nada o te mando a fusilar. ¿Y quién no, firmar: ni de vainas? Y exactamente fue lo que dijo Julio Borges, ¿firmar yo, ni loco?, que vivo del imperio y, no firmó y, la vaina de allí no pasó que quien resultó firmando en solitario un día después fue Maduro con su: Cúmplase y que siga la fiesta y, llegó carnaval.
Y lo que más molesta dentro y fuera del gobierno de Maduro es que el hombre más culto con discusión de Bayly y con todo el aval de Poleo como lo es Jorge Rodríguez, éste no pudo agarrarle la firma a Julio Borges que lo tenía frente a él y, se le escapó sin siquiera cortarle la uñas de la mala intención que el líder de PJ demostró al escaparse de la cultura de Jorge Rodríguez como negociador que con las manos vacías sin callos de viveza horas después, le llegó a Maduro, y le soltó con cautela que más pudo el gringo Tillerson desde Colombia que dicto la pauta a seguir que, para rabia nuestra que sin tener éste parte en el diálogo nos las mandó a poner enseguida con el escuálido Julio Borges que la puso en República Dominicana, que por allí anda de lo más alegre transfiriendo runrunes que acabó con el desorden de Maduro de contaminar el ambiente venezolano con lo que se sabía que ese era mucho camisón para Petra.
Como el mundo está lleno de impertinencias que ruedan por las redes y como estamos en carnaval, se comenta que Julio Borges desde que llegó de República Dominicana no ha soltado la botella que le da vida de político guasón, nada serio, que invade al pueblo de curiosidad al quedarse metido de lleno en una botella Chivas Regal 25 años, la que le regaló Tillerson desde Colombia con un pequeño letrero en inglés que dice así: Drink sowly in disguise, que pudiera ser en margariteño: bébetela sorbo a sorbo disfrazado y, él ni tonto ni perezoso, pensó, que no habrá elecciones, porque según él los gringos son muy acuciosos y cuando dicen una vaina, resulta ser otra, y sin pensarlo dos veces siguió con su disfraz de tonto útil y, metido en la carroza de PJ se la pasa con un culo de pea que no cabe en la carroza y, como PJ quedó sin tarjeta, Ramos Allup no quiere verlo disfrazado de blanco.