La llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos ha supuesto un sobresalto global que ha generado un escenario de incertidumbre a la espera de sus primeros movimientos internacionales. Mariano Rajoy, viene manejando muy bien la causa diplomática para acercar más, el palacio de Moncloa con Washington y, los intereses generales de ambos países privan para mantener un dialogo que los lleve a múltiples intereses que, tienen una sola razón de participación, el transito diplomático para transitar ambos pueblos hacia unas relaciones exteriores que, resulten claves en la vanguardia política hacia Latinoamérica y Europa.
El Rey Felipe VI, busca articular varias estrategias con el fin de reestablecer el interés y bienestar de cada ciudadano y, en este sentido, dar responsabilidades sociales a quienes se mantienen económicamente a cuestas del Estado.
Por ello, el Rey subrayó que "en el ámbito de la prensa económica es más necesaria que nunca una información que contribuya a reforzar o consolidar una economía que sea capaz de crear y distribuir riqueza, al tiempo que generar empleo, particularmente para nuestros jóvenes
En este momento de incertidumbre internacional, los empresarios españoles exigen al Rey los derechos para comunicar mejor y difundir libremente los pensamientos, porque constituye la base imprescindible para ligar la venta de productos hacia Iberoamérica y el resto del mundo.
Hay que buscar un modelo "que sea sólido, sostenible, eficiente y rentable, porque su rentabilidad es fundamental para mantener la calidad de la información".
La directora de Expansión, Ana I. Pereda destacó los valores liberales que inspiran la línea editorial del diario, que actualmente se ven amenazados por el populismo: "Defendemos la libertad económica y el libre comercio, principios que quiero destacar frente a las amenazas del proteccionismo".
Pereda incidió en que "el libre mercado ha hecho avanzar a la economía española, que crece holgadamente más del 3%" y se adentra "en un horizonte de cinco años de crecimiento ininterrumpido.
Mientras que el mercado estadounidense ha conseguido romper sucesivamente sus máximos históricos, el Eurostoxx 50 ha frenado en seco su progresión. Su rentabilidad en un año es prácticamente cero, mientras el S&P 500 acumula casi un 14%.
Si bien se mantiene el buen tono de los datos macroeconómicos a nivel global y la presentación de resultados no está defraudando, puede que los mercados estén vulnerables a un incremento del riesgo geopolítico, por lo menos a corto plazo.
En general, el mercado ha apostado por dar una lectura positiva al plan económico esbozado por el presidente Trump, pero en los últimos días ha anunciado algunas decisiones de carácter internacional que afectan al equilibrio geopolítico.
Su decisión de vetar la inmigración de ciudadanos con origen en siete países árabes ya ha provocado reacciones significativas tanto dentro de EEUU como en los países afectados por la medida. La situación más tensa afecta a las relaciones con Irán y Siria, que habían mejorado con la administración Obama. Resulta complejo intuir cual es el objetivo de esta nueva actitud de presión hacia Irán, que podría desembocar en un nuevo conflicto diplomático en una zona del planeta donde el terrorismo y la lucha entre diferentes grupos religiosos amenaza la seguridad de toda la región.
Tampoco es muy alentador el choque frontal con el Gobierno mexicano, socio comercial y vecino de EEUU que había mantenido una relación cordial y provechosa en las últimas décadas. La beligerancia hacia México podría trasladarse hacia otros países de Latinoamérica a causa del flujo migratorio, legal o ilegal, que Trump pretende eliminar.
Las relaciones con Europa tampoco están en su mejor momento y, aunque con cierta tibieza, los líderes europeos han expresado su malestar por las decisiones tanto migratorias como económicas anunciadas desde la nueva Administración.
El caso es que Trump ha dejado patente el nuevo carácter que desea imprimir a las relaciones internacionales con el nombramiento de altos cargos que no destacan precisamente por su diplomacia y su tendencia a los acuerdos.
Aunque los mercados parecen haber absorbido con cierta calma los crecientes focos de tensión, puede que en el momento en que se produzca alguna reacción más beligerante por parte de algún país afectado los inversores decidan tomar una posición más cautelosa.
Las condiciones económicas globales y la evolución de los resultados aconsejan mantener una visión constructiva, con un sesgo alcista para el conjunto del año. Sin embargo, puede que a corto plazo sea más prudente reducir el riesgo ante una posible escalada de tensión entre EEUU y alguno de los países afectados por la política internacional de Trump.
Se puede decir que no se les advirtió. Donald Trump prometió no conceder visados a los musulmanes, poner a "Estados Unidos primero" en el comercio y nominar a jueces conservadores para el Tribunal Supremo.
Es lo que está haciendo. También dijo que iba a "acabar con el Estado Islámico" y que iba a construir un muro en la frontera con México. Cabe esperar que haga declaraciones sobre todos estos temas en un futuro cercano, así como sobre sus promesas de grandes reducciones de impuestos y una gran cantidad de desregulación.
En Trump no hay nada oculto. Aunque puede que nunca haya leído un libro, ha sido siempre un libro abierto. Si desea prepararse para los próximos cuatro años, debería aprenderse el manual de Trump.
La clave principal es su filosofía de gestión. En su octava década de vida, Trump no va a cambiar la forma en que hace negocios.
La carta prosigue señalando que la participación en foros internacionales como el Consejo de Estabilidad Financiera, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea o la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros debe basarse en conseguir "los objetivos fijados por la nueva Administración" y que ello probablemente "requiera una revisión exhaustiva de pasados acuerdos que penalizaron injustamente al sistema financiero estadounidense en áreas tan diversas como el capital bancario, los seguros, los derivados, el riesgo sistémico y la gestión de activos
Los líderes extranjeros, entre ellos Angela Merkel, deberían ser precavidos. Trump no dudará en responder con fuerza cuando le desafíen. Su administración ya ha acusado a Alemania de una supuesta manipulación de divisas y ha arremetido contra la decisión de Merkel de acoger a los refugiados sirios. Con razón, Merkel se está moviendo con mucho cuidado.
La carta es un documento, oficializado por Donald Trump para manifestar criterios comunes, y esto, lo viene haciendo con Rajoy.
Su primera regla es no admitir nunca que ha cometido un error. Hará cualquier cosa menos disculparse. Incluso los errores casuales se convertirán accidentalmente en políticas oficiales. Por ejemplo, no está claro si Trump evitó deliberadamente mencionar a los judíos en el discurso que pronunció el día de la conmemoración del holocausto. Sin embargo, ahora se ha comprometido a no mencionarlos.
Su segunda regla es hacer que los críticos paguen por lo que han hecho. Si alguien critica a Trump y le hace enfadar, él devolverá el golpe de forma diez veces más dura. Dado que ahora ocupa el púlpito político más importante del mundo, esto tiene consecuencias, como están descubriendo altos cargos del gobierno de su país. El portavoz de Trump ha recomendado encarecidamente a los diplomáticos de Estados Unidos que dimitan en lugar de que expresen sus diferencias de opinión con el presidente a través del "canal de la disidencia" del Departamento de Estado. Al señalar que la debilidad de una política es un derecho fundamental del trabajo de cualquier gobierno serio, Trump ha dejado claro que lo que quiere son animadoras, no críticos.
Trump ha dejado claro que comparte la opinión de Richard Nixon de que el presidente puede escoger y elegir las leyes aplicables a él. Desde las auditorías fiscales hasta las escuchas, los medios que tiene Trump a su disposición para tomar represalias son muy amplios. El valor de los delatores rara vez ha sido más alto.
En Venezuela, cuenta con un buen grupo de delatores.