La Tecla Fértil

España y Venezuela, diagraman sus torbellinos por la energía petrolera

Estas elecciones en Venezuela, constituye la más trampera de nuestra historia política y, resulta que todos son fascistas, porque, el pueblo esta indignado y cada quien mota su chinguirito para ser aclamado en cualquier junta vecinal para luego irse a Europa y decir que es un fiel representante de la voluntad política del pueblo venezolano. Resulta ser que, en España, Quim Torra, Puigdemont, como en Venezuela, Falcón Bertucci resultan ser unos peleles que acusan a Nicolás de dictados, cuando ellos son unos divisionistas del movimiento popular. Son las figuras del propio nazismo alemán y del fascismo italiano que vivieron muchos años del franquismo, mediante la matraca.

Es más de lo mismo. Pero, preocupa la fractura social, ocupan su oficio para dividir al pueblo y engañarlos. Por eso, las heridas cuestan cerrarlas. Están abiertas.

Que Dios, nos agarre confesados. Los sondeos ya avistan al próximo presidente de nuestra República Bolivariana. Los oráculos ya hablaron y, es lógico el estado de tensión y desamor para algunos, simplemente, mi sillón de mimbre escucha mis palabras.

Hoy no he querido entrar en los aspavientos y alharacas propios del universo en que tiene lugar el desarrollo político de nuestra Capital y pueblos que la bordean, porque, la verdad, hoy no tengo yo el cuerpo para más tristezas..

El hambre nos arropa y los productos cuestan un millón de bolivares y dele. Caray, el presidente Nicolás Maduro Moros, como que no se da cuenta que fallecemos de hambre.

Tal para cual. El aspaviento y la alharaca más que simples sinónimos son palabras gemelas, univitelinas, que, además, dan fe de la igualdad de género. Donde cabe un aspaviento cabe una alharaca, sin desmérito ni distinción, sin diferencia ni menoscabo, sin supremacía. Nadie sabe, ni sabrá nunca, de un aspaviento que alguna vez abusara o violara a una alharaca, ni de una manada de ellos que alguna vez lo intentaran. Del aspaviento a la alharaca nunca hubo repudio, ni desprecio, ni maltrato en modo alguno. Los aspavientos, respecto de las alharacas, son la hipóstasis de la caballerosidad y del respeto. Aspavientos y alharacas son un modelo permanente de convivencia, de colaboración y de intercambio, y de versatilidad en grado sumo.

Mi amigo Yumar, fallecido en España, decía un enamorado aprendiz de las letras al que conozco desde que nació, un lustro después que yo, aproximadamente, me cuenta cómo en sus cuitas con los desafiantes folios en blanco a lo largo de su vida, miles de veces convocó con urgencia a la alharaca y al aspaviento para que uno y otra intervinieran motu proprio en la rima y la compusieran, sin participación ninguna por su parte. De la métrica no hay que ocuparse, me dice, porque la condición univitelina de ambas palabras las ampara hasta el punto de que donde cabe un cabe la otra. Distinto es, añade, cuando intervenimos nosotros, los resabidos sapiens ignorantes, y enredamos con pamplinosas disquisiciones metafísicas pretendiendo demostrar que no es lo mismo ser aspaventero que alharaquiento, porque siempre hubo clases... Una supina estupidez de las del quintal largo de ellas que nos corresponden a cada sapiens cada día.

Hablar de Nicolás, Falcón y Bertucci, resulta lo mismo.

Para comprender la afirmación de mi amigo basta meditar sobre los aspavientos de don Mariano y/o sobre las alharacas de doña Susana, y sus respectivos viceversas, por ejemplo, y observar cómo la razón y la realidad no tienen nada que ver con el oportunismo de los aspaventeros y las alharaquientas, que las más de las veces responde a la querencia viciada de esconder sus propias vergüenzas partidistas tras las vergüenzas del otro. Cuando alharaquientos y aspaventeros intervenimos alharaqueando y aspaventando interesadamente, los aspavientos y las alharacas pierden su condición univitelina y su sustancialidad natural y se convierten en vulgares fictum o constructos partidistas desprovistos de todo carácter universal y de grandeza, cuyo único objetivo es el indeseable travestismo de la posverdad prêt-á-porter.

Es un mundo equivocado.

Tanto la alharaca como el aspaviento responden a la polaridad intrínseca de nuestros pequeños y grandes universos. Así, una y otro son sensibles tanto a la admiración como al desprecio, tanto a la dicha como a la desdicha. Hay alharacas y aspavientos en la alegría y en la pena, en el fracaso y el triunfo, en el amor y el desamor... Y esta condición da para mucho cuando rebobinamos nuestra memoria histórica: los aspavientos de nuestros actuales prohombres públicos, cuando eran simples aspirantes a ello, respondían justo a la polaridad de sus actuales alharacas. Y, ciertamente, no es imprescindible ceñir el rebobinado a la tribu política, que, por ser la más expuesta a la luz, es la que más velada queda, sino que la contradicción, expresada como polaridad en este caso, se auto demuestra como parte consustancial a los intereses particulares del ser humano y a su naturaleza sedicente. Sí, es cierto, la verdad es indignante a veces.

Tanto en Cataluña, como en Venezuela pasan asuntos políticos similares, ahora Serrano se metió en México. El Grupo Podemos es una engañita retórica. Los independentistas pueden estar satisfechos porque desde Berlín se eligió a quien les va a trazar el camino de la discordia, del enfrentamiento, de la ruptura, de la demagogia y del insulto.

Resulta, una caverna. Es la pequeña historia, desean montar una república comunista, sin consultar a los verdaderos comunistas, son marionetas de trapo de las grades mafias que extrajo las alianzas cívico- militar. Eso sí, sus dirigentes tienen una lengua tan suelta, como sus propias ideas, sin ideología.

Nada me extraña de lo que sucede en Cataluña, era cuestión de tiempo que los independentistas sacaran la patita y de ellos el más cualificado, Quin Torra, capaz de dejar a la altura de un zapato a su admirado jefe, el cínico Puigdemont. La caverna más rancia y opresora se ha apropiado del gobierno catalán gracias a un designado por el dios Puigi y que, sin sorpresa, ha merecido los parabienes, sonrisas y golpecitos en las espaldas de quienes pretenden montar una república fuera de la Constitución y del Estatuto catalán. Una engañifa retórica, demagógica que tiene, ahora, como principal paladín a quien se especializó en insultar a España y a los españoles. Quim Torra está llamado a aparecer en la pequeña historia catalana como un personaje de trapo, como una marioneta, pero, eso sí, con una lengua tan suelta como sus propias ideas. Los independentistas pueden estar satisfechos porque desde Berlín se eligió a quien les va a trazar el camino de la discordia, del enfrentamiento, de la ruptura, de la demagogia y del insulto. Para Torra no valen los paños calientes. República e independencia en el horizonte. Es una pena que, con tanta ligereza, se emplee la palabra república para definir un estado de ánimo cercano al fascismo, precisamente contra lo que la república y republicanos, aquí y fuera de España. El concepto república, por su historia y tradición, exige un respeto que estos republicanos de salón, trufados de intelectuales, han mancillado.

Para Torra no valen los paños calientes. República e independencia en el horizonte. Es una pena que, con tanta ligereza, se emplee la palabra república para definir un estado de ánimo cercano al fascismo, precisamente contra lo que la república y republicanos, aquí y fuera de España. El concepto república, por su historia y tradición, exige un respeto que estos republicanos de salón, trufados de intelectuales, han mancillado.

. España se enfrenta a este nuevo riesgo sin haber recuperado el aliento de la última crisis, con las cuentas públicas todavía en desajuste y un alto nivel de desempleo y de deuda pública, en un momento en el que las tasas de pobreza no remiten, el endeudamiento de las familias ha vuelto a crecer y los indicadores de la eurozona advierten una ralentización del crecimiento. Peor aún, tienen la agenda de reformas de mercado y de modelo productivo apenas sin estrenar

Venezuela, espera un milagro económico, Cuba y Rusia entretejen su silencio, nos aíslan y ellos felices. Todos, deben ir al Vaticano a rezar con Francisco, el papa extraño que nunca ha definido su estrategia eclesiástica y le dice Amén a todos, solo espera llenar de nuevo las arcas del Banco del Vaticano con riquezas de mi país



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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