El partido popular- pp- está en caída libre y causa desconcierto en la capital española. El traste de los fondos públicos acabó con Mariano Rajoy y los gobernadores, alcaldes y el propio presidente, no pueden aceptar que existan corruptos en sus instituciones porque todo acaba de una vez. Así que las puñeteras son pocas para el desastre financiero que hay en las colonias españolas y Madrid.
Es una vendetta y, los partidos políticos se lanzan dardos y electores para dárselas de nacionalistas, cuando cada dirigente político debe estar detenido, si ha cometido abusos y, los partidos tradicionales permitieron que Pablo Iglesias avanzara para controlar la plana política en el parlamento y asirse del Palacio de La Moncloa.
Creo que Mariano Rajoy, va a necesita a más de un socorrista. El partido popular, pierde su capacidad de renovación y, la desbandada esta allí, como desde el principio, pero, debemos acatar la ruidosa realidad. Donde los sumarios de corrupción deben ir a las cortes.
Ahora, el campo político es de dialogo y batalla, creo, que el único sobreviviente es Aznar, bien escondido que esta. Así vemos que, en el parlamento y en los salones de La Moncloa veremos a simbolismos cristianos y cruces para alejar los demonios. El pp es tan neoliberal y social como ciudadanos.
Todos los integrantes del parlamento, se encuentran llenos de melancolía y una sola posibilidad, reconocer que el tiempo ha bromeado y, muchos diputados deben ir en la búsqueda de un nuevo trabajo. La actitud, ha sido desconcertante para los izquierdistas que piensan en la pasta y los cargos por controlar, así que, hoy nadie es de izquierda, sino un circuito para tomar las finanzas e inventarse, lo que implica un tufillo parlamentario de grandes proporciones, así piensan en América Latina, en llenarse de dinero. Por esto, a la gente no se les puede negar las causales de su propio ingenio.
"Y es el plebiscito inmobiliario, que es un gran invento que pasará a los anales de la historia", ha lanzado, celebrando su propia ocurrencia, en relación a la consulta interna sobre el controvertido chalé que se han comprado Pablo Iglesias e Irene Montero.
He venido escuchando los discursos y la retórica se encuentra argumentada en reproches, lo que visualizamos como un filibusterismo parlamentario, he aquí algo duro, pero es nuestra realidad. En realidad, ha sido una respuesta implacable a los partidos independentistas catalanes y a Podemos, que se le han echado encima por "estigmatizar" al profesorado catalán y tener una doble vara de medir al enjuiciar los casos de adoctrinamiento en los libros de texto, según la comunidad autónoma de la que procedan. Una confusión total.
He conversado con varios hombres y mujeres, todos ellos relevantes en el Partido Popular, a través de Skype e internet, la coincidencia es general: "Hace ya meses que Rajoy debió ponerse de acuerdo con Rivera para convocar elecciones generales. Prorrogar la legislatura solo podía hacer más dura la agonía".
Esto, lo sabían los españoles.
Meses atrás, las encuestas vaticinaban una victoria del centro derecha con la suma de diputados de un Ciudadanos creciente y un PP menguante. A pesar de que el Congreso de los Diputados le es mayoritariamente hostil, el voluntarismo político hacía creer al presidente del Gobierno que estaba en la situación por él deseada. Pero la realidad era otra y estaba claro que Pedro Sánchez, espoleado por Pablo Iglesias, aprovecharía cualquier oportunidad para poner en marcha la moción de censura.
El líder podemita recelaba de que Rajoy mantuviera en el cajón de Ana Pastor un decreto de disolución de las Cortes para evitar la moción de censura, ya que, una vez ésta registrada, tiene preferencia sobre la convocatoria de elecciones. Pero, como casi siempre, Rajoy no había hecho nada. Sánchez registró su moción a primera hora, sin negociar con nadie. Solo Pedro y Pablo estaban en el secreto.
Difícil saber quién será más generoso en la oferta para que voten en uno u otro sentido los cinco diputados vascos que pueden encumbrar a Sánchez o dar salida del corredor de la muerte política a Rajoy.
Todo se dio, ahora vendrán las claudicaciones, Sánchez, es el nuevo presidente español y un nuevo criterio se impondrá en España.
"y habiendo ya cantado la victoria, de los contrarios hados rebatidos quedaron vencedores, los vencidos".
Tenemos un nuevo monstruo que sdobreviene. Catanluya. La selva es España. Pero, habrá tiempo de abrazarnos, sin arreglarnos por un incomprensible salvajismo, hay un líder en cuclillas con lanza de guerra o un santo para defenderse del oscurantismo. Los curas y monjitas, ya se escaparon con sus meriendas en las mochilas, solo queda merendear con fe.
Hemos sido invitados con fe para ver una España distinta, ahora, queda brindarle chocolate a la cofradía y ver, como hay muchos incrédulos. Prefiero la sensibilidad y comprensión para Madrid y Catalunya, ahora, el parlamento se llena de trúquelos con su mayoría absoluta, algo inédito en el Parlamento español.
La aritmética de la Cámara Baja apunta por tanto a que el nuevo presidente no tendrá más remedio que suavizar sus propuestas económicas y renunciar a las grandes reformas de su programa, ya que tendrá que gobernar con los Presupuestos del PP, pactados con Ciudadanos y con el PNV, y seguirá sometido al Plan de Estabilidad de la UE. Así le paso al comandante Chávez, tuvo que presidir la República con los viejos programas presupuestados por Carlos Andrés´ Pérez.
La prioridad, más allá de la articulación del 155 en Cataluña y de la inminente aprobación del techo de gasto, estará en la agenda social, con varios objetivos ya marcados en el horizonte: blindar la dependencia, garantizar la igualdad salarial, mejorar el salario mínimo, cumplir con los pensionistas, devolver la universalidad a la sanidad pública y elevar la cobertura de los desempleados, además de establecer un plan de rescate para los jóvenes y parados de larga duración.
Qué reformas acometa y de qué calado dependerá en buena medida de cuánto dure su legislatura. España, debe ir a un proceso electoral con participación ciudadana. En ese sentido, fuentes socialistas apuntaron que algunos barones ya habrían pedido a Sánchez que evite hacer coincidir las generales con las próximas elecciones autonómicas y municipales, lo que retrasaría la convocatoria de urnas a después del verano de 2019.