Donald Trump y Vladimir Putin: camaradas asimétricos

Llevamos varios días reflexionando sobre el aquelarre que realizaron el camarada Trump y el rusófilo Putin en esa hermosa ciudad de Helsinki. Seguro que no tuvieron los tiempos libres para visitar el museo de la arquitectura como tampoco disfrutar de los diseños de Marimeko pero, camaritas, así son las reuniones de los políticos, a la Política y poco disfrute turístico.

Lo más importante de la rueda de prensa que realizaron fue el "balón del Mundial" que Trump, inmediatamente, expresó que se lo daría a su hijo. Con ello se rompió el anquilosado protocolo que suele rodear estos escenarios presidenciales. Pero ¿porqué se reunieron los más altos dirigentes políticos de dos de las potencias mundiales en estos precisos momentos donde, aparentemente, bien, nadie entiende, bien, caen en opiniones que son solo lugares comunes?

Sí analizamos, sin mayores aspiraciones, la decisión de realizar una "cumbre de alto nivel" de la Casa Blanca y el Kremlin, inmediatamente, nos tropezamos que se ha realizado justo posterior a la muy importante reunión de la OTAN.

Curiosamente, en esa reunión política-militar, "el juego estaba cantado"; se conocía que el camarada Trump iba a expresar, voz en cuello, que los EEUU de América ya se habían cansado del "Plan Marshall político-militar", estaba y se encontraba muy molesto porque los "socios y aliados" no habían reaccionado a los paradigmas consecuenciales de la post-Guerra-Fría, que el verdadero Poder estadounidense había asumido su propia crisis estructural-capitalista-interna tomando la decisión de "poner las finanzas en orden" además que "se habían mirado al espejo" dándose cuenta que "estaban bailando el vals" que dictaba y ponía la música la Comunidad Europea y, en consecuencia, ante tamaña realidad, Su Majestad, Reina Isabel, había decidido que "el continente" debía tener que asumir sus propios pecados sistémicos capitalistas más cuando el mercado comunitario, en última instancia, tenía sus importantes y profundas asimetrías con respecto a la "oferta-demanda" del Presidente Xi Jinping más cuando China está poniendo "todos los reales" para desarrollar la "Nueva Ruta de la Seda".

El camarada Trump, "de tonto, ni un pelo", era "el escogido" desde aquella frase de la esposa de Richard Nixon; hizo su pase por "lo militar", como "buen hijo de vecino", es un empresario sin escrúpulos, se expresa sin cortapisa y le dice a las gentes las cosas en sus caras, es decir, eso de la educación, eso de "to be polite", nada de nada, ser más que parecer un político con careta veneciana; eso, con Donald, como se puede ya demostrar, no le va ni le agrada; con ello no solo está imponiendo una nueva modalidad en el "diálogo político y diplomático" evitando a los "salones franceses". Es por ello que lo rechazan hasta odiarlo; pero a Donald "todo le rueda", se concentra en su proyecto de rescatar al Poder estadounidense, a la Potencia norteamericana, a las finanzas y al mercado internacional de los Estados Unidos de América.

Pero ¿Por qué ese inquina contra los comunitarios?

Siguiendo al polaco Zbigniew Kazimierz "Zbig" Brzezinski y su teoría del "ajedrez", mi camarada Donald Trump, ya se ha percatado "donde está sentado" y "como solucionar los problemas estadounidenses". Para ello ha abierto dos frentes: nacional e internacional y, éste último, lo ha dividido en cuatro frentes: Comunidad Europea, China, Rusia y América Latina. Claro, cada uno de ellos con sus propias características y, nos parece, que aunque el Pentágono si está muy claro por donde camina Donald, la Política, el Congreso, el establecimiento político, ideológico y comunicacional, en líneas generales, se encuentra como Charles Augustus Lindbergh, piloto quien, por cierto, visitó Venezuela en tiempos del general Juan Vicente Gómez, el andino.

Donald se enfrascó en una "guerra comercial abierta" con el maoísta Xi Jinping; guerra donde no deja nada en el tintero; va de frente y "despacito" pero sin pausa. Hasta ahora, esos y esas, opinadores de oficio, quienes salen por la pantalla pequeña, porque mi televisor en chiquito, aún no han realizado un análisis serio, profundo, académico, político, diplomático y con contenido, se limitan a repetir lo repetido y a expresar lo expuesto, claro, según la ideología que los guíe como también eso de "corte y costura" en Wiki o Google.

La balanza comercial binacional sino-norteamericana se viene expresando, en "rojo-negativo" y en "favor-positivo", para los Estados Unidos de América, en lo primero, y para China, en lo segundo.

Pero es una realidad que no viene desde que Trump asumió ganando ser "el huésped de la Casa Blanca", para nada. Esa profunda e importante diferencia es la consecuencia de una política que está contenida, entre líneas, en el "Acuerdo de Shanghai", en los discursos de Deng Xiaoping y sucesivos Presidentes chino junto con el "objetivo político-ideológico" del propio Poder-Washington.

Esa "inteligente política norteamericana", porque fue una decisión muy bien calculada, inteligente y oportuna, tuvo su "quiebre profundo" con los "sucesos de la plaza de Tian Anmen" junto con sus "águilas voladoras" (motorizados controlados por la Embajada norteamericana en Beijing), con las lógicas consecuencias que se expresaron con la "política de aislar (aislacionista) a China" cual le aplicaron, globalmente, cual obligaría a Beijing a verse en la obligatoriedad de tener que realizar una profunda reingeniería global-nacional de su propia realidad interna que se expandió hasta aquel "enero de 1992" cuando desde Shanzhen, Deng Xiaoping "relanzara a China", de nuevo, al mundo, una vez más. Pero, Washington, por torpe, no se percató de aquel "juego de ajedrez chino" solo hasta que llegara el camarada "Dear Donald Trump" a la Casa Blanca.

Es probable que el "escenario de Libia" haya sido el "punto de quiebre" de la "Alianza Atlántica" en lo militar, claro, después de las experiencias trágicas en vidas de soldados norteamericanos en Afganistán e Iraq. Debemos recordar que Washington fue muy claro, nada de tropas en tierra, solo ayudas tecnológicas y desde el aire.

Sí analizamos con cierta seriedad y objetividad, a Washington "no le ha quedado nada de los escenarios posteriores al asesinato de Mohamad Gadafi". Los comunitarios europeos siguen sin tener ni gas ni petróleo libio, pero, sobre todo, los más afectados han sido por el tránsito del gas a través de España hacia Francia, e Italia que tuvo que asumir las 4mil estaciones de servicio que controlaba Gadafi, fundamentalmente, en la zona fronteriza con Francia.

Es cierto que Alemania es la locomotora pero es el vagón de ese tren que se llaman los EEUU de América.

Pero vayamos a los "gastos militares de la OTAN". Un simple seguimiento del movimiento de tropas y demás "juguetes de guerra" en las "estepas de la Europa Central" junto con el escenario en el Mar Báltico, se puede conocer, de primera mano, que las tropas del Pentágono están super-hiper-activas en esos escenarios de "guerra hipotética", entrenando incluso bajo temperaturas muy por debajo cero grados centígrados. ¿Quién no ha aprendido de Napoleón y de Hitler?

Pero eso tiene un alto costo, tiene un importante impacto en los PIB nacional-comunitarios, tiene un efecto sicológico en las realidades sociales actuales europeas a pesar de la actual "sangría africana" sucesora de la migración siria.

Por eso Donald está concentrado en sus objetivos geoestratégicos, en los verdaderos intereses de la Potencia norteamericana, pero, en lo fundamental, poder y tratar de equilibrar la balanza comercial inter-Atlántica, Trans-Pacífica y recuperar el mercado ruso. Por ejemplo, le elevaron los aranceles a las "aceitunas negras españolas", es decir, está rapiñando de donde pueden y puedan, vienen con todo y contra todos. Todo sea por el rescate de la economía nacional estadounidense.

El camarada y el moscófilo, Trump y Putin, se reunieron, dialogaron y acordaron. ¡Válgame el Cielo!

La polvareda que se ha levantado es mayúscula, los argumentos son tan pedestres que son inverosímiles, increíbles, insólitos, sin sustento ni político ni ideológico para el siglo XXI. Son argumentos y decires de los tiempos de la "Guerra Fría" sin entrar en lo sustantivo como, por ejemplo, la propuesta de Donald a Vladimir para alcanzar un acuerdo y repartirse el mercado del gas para y de la Comunidad Europea.

Es decir, la Comunidad Europea no tiene ni petróleo, ni gas y un mercado interno con un objetivo techo socio-económico y con los peligros de aquello que dijo Napoleón: "…no despierten a China porque…". Su dirigencia política es "ciega, sorda y estúpida". Para muestra un botón. Se reunía el "camarada Donald" en Helsinki con el "espía Putin" y la susodicha Cancillera euro-comunitaria, Federica Mogherini, si, esa misma, la dama que se la pasa perdiendo su tiempo echándole pestes a Nico, a Daniel, a Evo, a cuanto líder de izquierda se le aparezca en sueños; pues bien, la susodicha dama Cancillera tomó la decisión de reunir un aquelarre latinoamericano, centroamericano y caribeño, el de la CELAC en Bélgica para hablar de "negocios, business, billetes, comercio inter comunitario-CELAC". ¿Qué tal? Tarde piaste, pajarita!!!...el escenario es tan kafkaino, tan inverosímil que hasta fue invitado Jorge Arreaza (y eso que no nos quiere) quien asistió exponiendo la tesis de la Política de Amor de Nico: "paz, amor y buenos deseos".

Pero Donald sabe, conoce y desea controlar "su patio trasero". Su problema no es Cuba ni su novel pero resteao Presidente, Miguel Díaz-Canel, aunque nuestra modesta opinión es que aún no lo conocen.

El problema del camarada Trump es Nicolás Maduro Moros que ha resultado "un hueso duro de roer". Nico Maduro y su revolución, la Revolución Bolivariana y Chavista, en su nueva etapa revolucionaria. Un verdadero "mal ejemplo". De nada sirvieron las guarimbas y parece que tampoco le ha ido bien con "las trancas". Claro, hay que reconocerlo, por fin ganaron una decisión en ese esperpento que se dice ser la OEA. El Emba gringo estaba más feliz que niño con canaimita. Por cierto, no vimos al susodicho amigo y full-pana de Diosdado, el señor Luis Leonardo Almagro Lemes, como tampoco hemos leído las opiniones de la "dama de la silla".

So, entonces, ¿Qué le queda hacer al camarada Donald con la CELAC?

Como nos, no tomamos decisiones sino emitimos opiniones, ahí va esa.

Sencillo, sentarse a conversar con Nico porque nos, es decir, nosotros, los venezolanos, a pesar que no estamos de acuerdo con sus avatares, lo de Donald, podemos porque sabemos conversar con respeto, conocemos como se negocia, siempre intentamos alcanzar un acuerdo de mutuo beneficios, respetos y no interferencias en los asuntos internos del Otro.

Así que, camarada Trump, échele pichón y verá como logra disminuir sus penas económicas, sociales y, hasta alguna idea constructiva le pudiera proponer Nico.



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Miguel Ángel Del Pozo


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