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Imperios surcan los mares hacia el Sur para el dominio de una civilización

América, a este lado del Atlántico, nos hemos dado cuenta de la más grande simbiosis de encontrarnos tres razas. En primer lugar, la blanca de Europa, , indígena de Sudamérica que es una mezcla total de etnias y refleja una caracterología muy particular y, la africana. Cada una de ellas, dio su aportación cultural para parir una civilización enteramente original y rebelde. Pero, la historia trasciende al descubrimiento de América y viene la exploración de nuestros suelos y, el punto de retención de las viejas piraguas y embarcaciones son las Antillas, empezaron a llegar los españoles e ingleses para apoderarse de nuestro oro, agua y riquezas que yacen en nuestro subsuelo.

El Caribe, desempeña un papel privilegiado en nuestra historia contemporánea y, precisamente nací muy cerca de las costas de Puerto Cabello, en el antiguo hospital. Es la puerta abierta a la vegetación, tierras que huelen a hombre y al agro, café y cacao, en estos lugares oscuros de follaje y de los esclavos nacidos en Cuba y dominicana de aquellos originarios nacidos en África, surgió como un esplendor para darnos luz, el grito de independencia.

El primer escenario histórico, lo dio el cumanés Antonio José de Sucre en el altiplano andino. La Batalla de Ayacucho en 1824 y la de Carabobo, partieron el ciclo de una serie de guerras que se inicio en Haití y dominicana, revueltas que plasmaron un pensamiento común, el de libertad.

De estas luchas, mucho antes nació el criollo, así revelan los antiguos documentos, la liga del español con la indígena, con el negro, indios nacidos de la convivencia entre españoles, o negros nacidos en América, un mestizaje, pero de aquellos colonizadores nacieron otros grupos que se dedicaron a conquistar tierras y esclavizar hombres y mujeres para marcarlos de por vida, así vemos a la nueva oligarquía.

Clases acomodadas que, durante siglos ejecutaron un vasallaje con los nativos y pobladores y traspasada esas ínfulas, nuestros hermanos del Perú y Colombia ofenden el gentilicio del venezolano en sus tierras rescatadas de la esclavitud por Simón Bolívar y sus patriotas, todo un ejército de coraje, formado por soldados de estas tierras, bañadas por el Mar Caribe.

Cuando los extranjeros llegaron a nuestras tierras y costas se les brindo una mano amiga para ir al campo o a la ciudad para que se dedicasen al trabajo creativo y formaran parte de la Clase Media, sus hijos fuesen recibidos en las escuelas municipales, estadales o nacionales, una casa donde abrigarse y un buen salario para alimentarse.

En este sentido, no debe haber ataques de xenofobia por este momento en que la historia nos esta trazando un destino, porque las fuerzas extranjeras, como en el pasado, vienen con mayor fuerza a recuperar lo dejado y el corazón del Perú en sus minas y vegetación, como Bolivia, el corazón amazónico y Venezuela constituyen la base de sustentación guerrera de los viejos imperios, quienes abren sus fauces para humillarnos y esclavizarnos de nuevo, los comunistas utilizando a Cuba como instrumento de persuasión y la derecha, reunida en una sola plataforma europea y americanista desean nuestras riquezas y mujeres para forjar y parir una nueva civilización, sería la quinta, según los bloques históricos.

Es decir, como expresan algunos ciudadanos, nos encontramos en un nuevo devenir, caracterizado por la aversión de los medios propagandísticos que buscan en el horizonte, solo lo descriptivo. América, es un museo al aire libre al mundo por sus riquezas naturales y fomentadas por los hombres que navegaron por el Atlántico y Pacifico para construir en México, los primeros vestigios arquitectónicos de esa historia que constituye una plataforma a nuestro quehacer creativo.

Así, que cuidemos nuestra fascinación y hagamos de nuestra memoria un mito, porque estamos en la verdadera tierra de los hombres creados por Jehová. La Tierra Santa en la vieja Constantinopla- Turquía y Mesopotamia- Irán, Siria- es hollada hoy, por quienes desean venir a destruirnos, por esto, dejemos la xenofobia a un lado y busquemos la formación del nuevo republicano, es necesario que los adversarios se regresen con sus ideas apocalípticas al lugar, donde originariamente emprendieron este camino de adversidades.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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