Asidero

Trump, busca manejar el simbolismo del mundo asiático

Más allá de las repetidas sanciones contra el Gobierno de Venezuela, el retroceso en los pactos comerciales, la Administración norteamericana debe establecer una estrategia de aproximación hacia sus vecinos del continente sureño y, buscar una vía diplomática que centralice los discursos para aminorar las referencias sobre inmigración y el narcotráfico, ni asignado todavía los diplomáticos de los puestos clave en el Departamento de Estado. EE UU, en sus pocas referencias a Latinoamérica, ha centrado su discurso en la dureza contra la inmigración y el narcotráfico. En una oportunidad, el vicepresidente Mike Pence trató de suavizar las señales que Washington envía con una breve gira por cuatro países. Pese a haber hablado por teléfono con la mayoría de presidentes, Trump ha optado por Europa, Oriente Medio y Asia en sus primeras salidas internacionales.

Trump, busca distanciar a EE UU de su posición hegemónica mundial y forza a sus socios tradicionales a buscar y reforzar otras alianzas. "Siempre pondré a América primero, no podemos seguir participando en acuerdos en los que EE UU no obtiene nada bueno", afirmó el republicano en la Asamblea General de la ONU.

Venezuela, queda en un tercer plano, es mucho el dinero invertido en dólares y la oposición democrática en la MUD escondida, no logra abrirse paso por las discrepancias surgidas entre sus miembros participantes, donde la mayoría desea ser candidato presidencial, sumando un aproximado de cuarenta, (40), precandidatos presidenciales.

Mientras Jinping, cargado de simbolismos, sugiere una aceleración profunda de las relaciones entre Latinoamérica y su país que desde hace 15 años ha incrementado exponencialmente sus inversiones en la región, multiplicando por 26 veces, el volumen de comercio a la región de la Cuenca del Caribe.

China es ya hoy el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú. Pero su huella en América Latina ya sobrepasa los ámbitos económicos.

Ahora China trata de conseguir influencia política. Cada vez consigue penetrar más las esferas académicas, culturales, sociales, así como la prensa. Tienen miles de iniciativas para conectar con élites y personas de influencia, por ejemplo, líderes de opinión, diplomáticos, periodistas, para atraerles a una visión positiva de China", afirmó el investigador y periodista Juan Pablo Cardenal en una conferencia organizada en Washington por el foro de debate político y económico, Américas Society, Council of the Americas. Otros no lo creen así. "Solo quieren negocios, materias primas y comercio", defendió el exembajador mexicano ante China, Jorge Guajardo.

Sin embargo, en los últimos años, el Gobierno chino y sus agencias han impulsado iniciativas alejadas del ámbito comercial. "Invitan a gente a China para participar en conferencias, exponer una imagen benévola de su régimen, y les ‘convierten’ en embajadores de facto del Gobierno chino. A menudo se leen columnas de opinión en medios de la región que emulan el discurso promulgado del Partido Comunista de China", explicó Cardenal, que ha investigado la influencia de China en más de 40 países.

Otras iniciativas son más explícitas. Panamá, un socio tradicional de EE UU, reactivó en junio sus relaciones diplomáticas con Pekín y durante una visita del presidente de tres días, abrió su embajada en la capital china. Ambos países firmaron hasta doce acuerdos, algunos de los cuales están dedicados a la promoción cultural y el turismo.

Lejos de ralentizarse, el auge de China en Latinoamérica es observado como un fracaso de la política estadounidense, según señalaron los expertos. La entrada de lleno del gigante asiático en la urbanización geográfica de EE UU es un motivo de preocupación y una señal de la pérdida de la hegemonía estadounidense. Con la posible finalización del TLC, para muchos un acuerdo vital de la economía de EE UU, China ya se ha perfilado como una alternativa para México. De ocurrir, su sombra asomaría por la frontera sur, aquella que Trump quiere proteger con un muro.

Para Xi, es positivo bordear Latinoamérica para auscultar su potencia hegemónica y que sus calles no estén de jóvenes sin trabajo. Es necesario copar las oficinas y adentrarse en los tejidos sociales, pululantes y dominantes, sobre todo en Centroamérica, aislarse un poco también —pero dejar abierta una ventana para que, entre el correo, como dijo Gabriel García Márquez que hizo el Dr. Francia, un utopista de la naturaleza—, puede resultar una experiencia interesante, aunque cada vez más difícil bajo los estándares actuales de comunicación masiva, explotación laboral brutal y libertad etérea del consumo.

La crisis económica de Grecia, Italia, España y la desaceleración del crecimiento de las principales economías globales, han dejado muy frágiles las bases del neoliberalismo, y se hace más grosera la brecha que separa las élites económicas y los sectores más deprimidos a nivel mundial, e inclusive en sociedades como la norteamericana y la Unión Europea. Las razones son la insatisfactoria respuesta a los problemas económicos, sociales y políticos (los gobiernos son un botín de guerra de los políticos).

Hay quienes hablan de la dictadura global del gran capital, que impone las reglas de juego como lo hicieron durante una época los tigres asiáticos, explotando a nivel de esclavizar a la clase trabajadora, o como lo ha hecho el neoliberalismo liderado por la clase rentista mundial (capital financiero transnacional), para quienes existe una división clara entre "consumidores" y "productores o generadores de riqueza", esto ha provocado que la clase trabajadora norteamericana excluida se revele y produzca un voto anti sistema en contra del eje compuesto por políticos de los grandes partidos y el gran capital, entonces, se abanderan de un multimillonario que se hastió de las élites gobernantes, como expresó el presidente ruso Putin. Hay quienes aseguran que el futuro triunfo de Trump es un regreso al nacionalismo, una involución de la política de bloque, que producirá una desaceleración de la economía a nivel mundial, solo pensar en esta posibilidad genera incertidumbre y angustia existencial en esos sectores neoliberales.

La revisión de los tratados de libre comercio, como su firma y la creación de un impuesto a las mercancías manufactureras provenientes de China y México con la finalidad de que las empresas norteamericanas se vuelvan a instalar en los Estados Unidos para crear empleos, puede producir variables económicas importantes que conduzcan a una desaceleración económica y sus efectos de contagio no sólo afecten a México y China, sino que se amplíen a nivel internacional.

La idea central de Trump es aislar los paradigmas comunistas del aspecto comercial, ahora más que un grupo de generales venezolanos, se han enriquecido utilizando la ideología marxista para fomentar desagrados en la población, de allí que sus estrategias vienen funcionando con países que dominan estos criterios y se puede dialogar. Ya China ha ejecutado a varios empresarios y militares de rango medio por hechos de corrupción.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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