Las grandes Corporaciones tienen un dilema en este universo posmoderno de como manejar las masas mediante las redes sociales. Es que hay una reproducción de pensamientos que causan un conjunto de informaciones bajo un solo estamento dialéctico. Y los grandes editorialistas sucumben ante las pandemias como suturas virulentas que arropan algunas verdades para destrozar a los reformistas que en su esencia buscan agilizar al Estado.
El nudo gordiano de cada situación en América Latina y México nunca busco un modelo de interpretación por muchos de sus seguidores, es que las interacciones que hace el genero humano para sostener el mundo social se hace intemperante y, en consecuencia, las argumentaciones no pueden escapar de la inmanencia de la cultura como el desarrollo de la metafísica conceptual para darnos un pensamiento crítico sobre el totalitarismo.
Hay una sola realidad, los presidentes de esta América como de países asiáticos quieren eternizarse y no cumplir con los fines a que fueron llamados, con la excepción de Rusia y Corea del Norte que son ejemplos para este siglo XXI de un desarrollismo a beneficio de las comunidades. Hay movimientos políticos que fracasaron por impericias de los seguidores y sus líderes solo buscan atrincherarse en el poder para homogenizar el poder del Estado.
Nos quieren dominar con una metafísica de la subjetividad, comprendiendo en ello, el discurso platónico, aristotélico y marxista. El problema es que estos académicos establecieron una relación directa con la producción de las ideas, y sus relaciones con la política eran sumamente claras.
Hay cuatro vectores que atacan el simbolismo político desde Cabo de Hornos hasta México, cuyo fin es controlar los campos energéticos y con las pandemias atacar el cuerpo inmunológico de los pacientes y llevarlos a la muerte, sean ricos o pobres, los ricos solo piensan en festines y no se alimentan bien y, los pobres están en una hambruna constante y los laboratorios tienen direcciones farmacológicas direccionadas para asesinar el mayor número de personas en este tiempo del siglo XXI.
Hay una nueva dialéctica, ubicada fuera del campo político y, solo la manejan cada élite científica, donde la proyección futurista no existe y la voluntad comunicacional solo esta a la orden con las transnacionales que se esconden en la industria farmacéutica, todo es un simbolismo.
Chávez, fue engañado por sus huestes faraónicas al igual que muchos presidentes progresistas, ahora la guerra es contra López Obrador. Es una síntesis de la historia que comenzó en 2010 y tuvo un progreso en 2018, cuando se comenzó a contaminar la territoriedad de los pueblos para desplazarlos junto a los depredadores y roedores a los centros urbanos, ya el sueño quedo atrás, ahora, muchos seguidores del marxismo son neoliberales y retratan su alma en este tiempo con tal de extinguir a medio mundo, ya el presidente norteamericano se lo anuncio al presidente de China Xi, que dejase sus correrías hacia Bolivia y el Alto Perú.
Así que K. Marx desafía la conciencia de su propio poder. Estamos ante el surgimiento de un nuevo mundo que dará respuesta ante los factores de fuerza para emerger ante la historia sus propios protagonistas. Es un proceso de revelación de las propias estructuras políticas., donde se adviene la conciencia de la cotidianidad histórica.
AMLO, no puede pasar inadvertido, es el otro Chávez para hacer historia, sus ideas van más allá del marxismo. Sabe que sus adversarios están cerca y buscan maniatarlo y hacer de México, lo que hicieron con Argentina y Venezuela.
Emiro Enrique Vera Suárez. (Camco- el cóndor).
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