El hombre contemporáneo, tiene una descripción muy clásica en su concepción hacia las áreas imaginarias del conocimiento. Cuenta como una de sus prioridades, concebir su realidad interior para invertir en las Ciencias, de allí, las ideas del intelecto con su potencialidad uniforme, le aporta al lenguaje la facultad de discernir lo científico a lo vulgar. Hemos- en el Siglo XIX- construido un mundo lingüístico mediante la comprensión de un sentido y criterio común, pero, ahora se ha atrevido ese mundo de investigación ir más allá. Crear una memoria codificada sensible a efectos y sentimientos y desde las sombras, construir ideas mediante mecanismos generativos formales mirando la cibernética, todo dado por el computador.
Así que los intelectuales y académicos, bajo el tutelaje de los laboratorios multinacionales han conformado un gran monstruo difícil de abortar por métodos disuasivos, constituyéndose un nuevo holocausto: La vacuna SARS-Cov- 2 y, lo ocurrido en Ucrania, más grave que lo sucedido al pueblo judío, es devastador.
Poco estamos evaluando el lenguaje natural, que hay que renovarlo y, construirlo de nuevo. Porque ya se deben utilizar unidades de pensamiento imaginarias que se encuentran en una fase de transformalidad para luego fragmentarlas en una realidad de espectro o pump.
En tanto, tengamos cuidado de las afirmaciones hipotéticas a la heurística para describir un hecho tan cruel, como es el asesinato bajo metralla de una misma sangre genética, en una sola serie por deformaciones hipotólogicas de seres que se creen imperialistas. Simplemente es dominación por dominación. Lo que sucede en Rusia con la frontera de Ucrania.
Nadie estudia lingüística para observar cómo se elaboran las conceptualizaciones en base a realidades. Estamos en un ámbito de manejar las teorías del lenguaje y la guerra. Que, sin querer llegó a América Latina, sobre todo a Argentina y Venezuela por razones dialécticas y de proponer un sistema de pensamiento común.
Hay desconcertación y no me explico como el presidente Nicolás Maduro Moros se expresa sin marcadores lingüísticos, a sabiendas que absolutamente nadie le mando a depositar oro y dólares en bancos internacionales afines a Rusia, Inglaterra, menos a Irán, tampoco utilizar de una manera excesiva a hombres de negocios como Alex Saab Morán. A nivel transnacional hay especificaciones mínimas de metalenguaje. Tuvo que ser muy explícito con el presidente Chávez cuando era Canciller.
El metalenguaje deben conocerlo todos los ciudadanos del globo. Es sencillo y delicado porque conlleva antecedentes, Putin desconoció que el presidente ucraniano imberbe para él, es de descendencia judía, por lo tanto, es una referencia en la burbuja financiera y espiritual en lo explicativo, David vence a Goliat. Es más, ese comediante dejo entrar a los tanques y lo tienen paralizados pero se necesitan refuerzos se necesitan refuerzos humanos y armamento, la guerra no es fácil, solo lo conocen los parroquianos del lugar.
Ahora, Putin abre las puertas al Nuevo Orden Mundial y, ya se estableció una entrevista con el Papa Francisco para ratificar ese acuerdo de orden político como religioso. Claro, entrara en juego un novísimo lenguaje que va a tener un punto con el mundo. Para esto, se debe preparar a la población en la demostración e interpretación de esta verdad,
Hay una ideología histórica en la redistribución del poder, el asunto resulta preocupante, ante las posturas administrativas de los grupos políticos ascendentes que tienen dominación de capitales. El presidente ucraniano representa un valor en esa estructura y representa una directa influencia en la política norteamericana y países que integran la OTAN.
Siempre ha existido una pregunta inquietante de, como formar el Nuevo Orden Mundial. Este diseño del actual tiempo, tuvo su principio en 1961. Todo se encuentra envuelto en una densa nube, aunque los objetivos muy clarificados de parte y parte.
EEUU agita los avisperos con la colaboración sumisa de los europeos, y en este caso con la sobreactuación de los socialistas del gobierno español. Sánchez quiere una foto con Biden como la de Aznar con Bush
Putin invadió Georgia, Crimea o el este ucraniano siempre en respuesta a movimientos occidentales en el área. No es ningún ferviente defensor de los derechos humanos, al contrario, pero tampoco lo es la OTAN, que no ha movido un dedo contra las ocupaciones de Palestina, el Sáhara o Chipre, o la cruenta guerra de Arabia Saudí contra Yemen, agresiones contra la población mayoritaria de esos territorios. Occidente es cómplice y artífice de tiranías y masacres. La lista protagonizada por Estados Unidos es interminable: desde la intromisión en América Latina a las guerras por el 11S, ha dejado un reguero de destrucción y muerte en sus intervenciones para salvaguardar sus intereses, no la democracia.
En todo caso, su objetivo es ganar posiciones en Europa en su lucha por la hegemonía con China. El de Rusia, mantener la suya, recuperar su vieja influencia en lo que considera su patio trasero. Pero en el relato occidental el único agresor es Putin.
Es Rusia la que ha pedido a los aliados que dejen de infiltrarse hacia el Este poniendo en peligro sus fronteras y que se garantice el desarme nuclear en los países limítrofes, pero es Estados Unidos el que abandonó unilateralmente en 2019 el tratado antinuclear que firmaron Reagan y Gorbachov.
He admirado a Putin por su desarrollo personal, pero, no por sus ambiciones políticas de convertirse en una autoridad única en Rusia, llegar a través de una decisión ametrallar a sus hermanos de sangre, tal como lo hicieron Lenin y Stalin en el pasado. Es lo más cruel que hemos patentizado en este siglo y, lo de Palestina. Entonces, debemos aprender a no equivocarnos.
De modo, ¿Como vamos a interpretar al mundo? No hay que guardar silencio, hay que saber utilizar el lenguaje, hemos cometido errores, pero debemos que tener un concepto perceptual de esa realidad, porque siempre habrá una construcción del comportamiento esperado.
Las pandemias se encuentran prestas para formar zombis mentales y, ¿ Estará Vladimir inmerso en esto?.
