Vladimir Putin abre las puertas al Nuevo Orden Mundial, lo que indica que la ideología histórica es un apéndice en la redistribución del poder, acompañada de posturas administrativas de grupos de poder. Detrás de Joe Biden se encuentra Obama y Los Clinton, claro está, ya no quieren a los haitianos y africanos para pasarlos a Europa a nombre del fundamentalismo. Los colaboradores de este grupo no se han podido instalar en Venezuela, pero, buscan acuerdos con el gobierno bolivariano. Lo han filtrado para manejar su estructura económica y política. Es la guerra de los fuertes hacia los débiles, lo que se podía preguntar, ¿Dónde están los limites? Moscú, es una potencia de tonos grises y se dejó manipular por los viejos idealismos de Stalin y Lenin. Hay ingenuidad hacia Occidente, allí esta el caso del Harás San Juan.
El autoritarismo es un asunto complejo, hay dos enfoques, el psicodinámico y el cognitivo, donde el primero es poco funcional, para llegar al autoritarismo se necesita de un grupo de colaboradores. Siendo en América Latina el principal entre el período 1967- 1971, donde el Doctor Rafael Caldera Rodríguez y Carlos Andrés Pérez, como presidente de la Internacional Socialista hacia nuestro continente y, cuya sede era Alemania. Me estoy refiriendo a Rusia y los Estados Unidos de Norteamérica.
Ambos países se interesaron por Venezuela y recientemente por Argentina ya que posee una intensa planicie y montañas de territorio que se le llama hoy, La Araucanía, (Patagonia, Pampas y Magallanes), en nosotros el Cauce del Orinoco.
Hay motivaciones para respetar la libertad y, tenemos en el Asía Oriental y, en América Latina una tensión por un quiebre de la democracia. Pero, este no da lugar para crear opiniones contradictorias que da lugar a un vasallaje sobre las tierras y Putin tiene razón sobre cierto aspecto de los territorios rusos y el cruce de la tubería del gas internacional. Biden venia presionando porque su hijo maneja negocios del gas en tierras de influencia rusa y en el pasado eran rusas. Estados Unidos no tiene porque interferir sobre los negocios internos en el Asia Oriental.
La presencia de Johnson, el premier británico cerca de Rusia es que ellos permitieron la permanencia de judíos al lado de los árabes en Palestina hasta formarse el Estado de Israel y el presidente de Ucrania es israelita y Putin en su universo espiritual no contempla Dios y, acordémonos el regreso en las posguerras de refugiados judíos de Egipto a Palestina y, la llegada de otros que huían de los progromos desencadenados por los rusos en Ucrania hace años atrás. Esta guerra no es nueva, solo que en la actualidad la actualiza Putin.
Gorbachov junto a Henry Kissinger nunca delineo la estructura de la nueva comunidad ucraniana- judía y rusa- judía que iban a establecerse en Ucrania, antes, este territorio que no lo quería nadie se desarrollo en productividad se fortaleció prontamente y, por ello, cerca de La Basílica de Santa Sofía hubo una masacre de judíos al igual que en el holocausto alemán ya que los muertos eran puros unos y otro era su mezcla génica para interiorizar sus orígenes y dedicarse a la fuerza bruta laboral.
Putin, esto no lo ignora y no debe despertar el odio, porque Hitler buscaba pureza de sangre, también. En 1895 se podía mirar atrás y hubo un antisemitismo europeo, por la afluencia de refugiados rusos que huían a Ucrania, Polonia y Suiza, escapan de los horrores rusos que se cometían en las cárceles de los poblados que rodeaban a Moscú. Muchos llegaron a Israel a casarse con mujeres nativas y parte de esa población están al sur de Argentina trabajando la tierra buscando nuevas esperanzas.
En 1789, llegaron a Francia un grupo de rusos con sus hermanos ucranianos y judíos con una lucha libertaria, asentándose para formar familias de agricultores y a las actividades comerciales, nada es a priori y empírico.