"A menudo es mejor olvidarse
de un insulto que vengarlo"
Séneca
La votación de la asamblea general de la ONU, para suspender a la federación rusa del consejo de los Derechos Humanos, es uno de los últimos insultos de los imperialistas en contra de la humanidad, ya que, sencillamente se despacharon y se dieron los vueltos, creyendo, que, al tomar esa decisión se estaban lavando la cara, para seguir cometiendo sus acostumbradas atrocidades por el mundo.
Sin embargo, ese fallo era esperado y no sorprende a ningún ser pensante, que, haya visto la manera tan salvaje, como los gobiernos de los Estados Unidos y sus acólitos han masacrado a pueblos enteros, como argumentos tan falsos que, no resisten ninguna prueba, hasta quedar en ridículo, pero, como dicen los llaneros ¿Qué es una raya más para un tigre?
Si, hacemos un pequeño viraje retrospectivo del pasado muy reciente de los gobiernos gringos, nos encontramos con verdaderas carnicerías humanas montadas en Irak, Libia e infinidades de pueblos, donde se ensañaron para terminar saqueando el mínimo objeto de valor, y hasta los momentos son precisamente ellos, los que montan el show en distintos organismos para concluir enjuiciando a los que les vienen en gana, y lo demás lo complementan a través del poderoso poder mediático, desprestigiado y todo, pero algo queda de tanto taladrar la consciencia de los pueblos.
Con toda razón el canto Alí Primera, dejó en su hermosa canción (Coquivacoa) una convincente enseñanza: La inocencia no mata al pueblo/ Pero tampoco lo salva/ Lo salvara su conciencia/ Y en eso me apuesto el alma. El imperialismo ha desatado todo su arsenal venenoso poniendo en peligros la paz mundial, y solamente la conciencia de los pueblos unidos salvará a la humanidad de un estallido nuclear.
Todo gobierno gringo, apenas se instala en la Casa Blanca, recurre a las provocaciones, como los verdaderos camorreros de barrios, porque no tiene otra manera para defender la hegemonía que, venían ejerciendo para pisotear a los pueblos y de esa manera extraer las riquezas necesarias para mantener encendido el consumismo, tan vital para el capitalismo salvaje, como la respiración para todo ser viviente. El imperialismo y su cuerpo directriz no conoce de dialogo, ni de sensatez, por eso montaron en Ucrania la base para desatar un conflicto, atizándolo, desde lejos, como unos angelitos. ¡Mayor cinismo imposible! Con toda razón el comandante Chávez se atrevió a gritar a todo pulmón ¡Váyanse al carajo yanquis de mierda, aquí hay un pueblo digno!
