La lucha ideológica en el Este europeo, apenas comienza sobre una gran estructura política y social, donde la coerción propia hacia el socialismo busca imponerse bajo una concepción del Kremlin que gobierna en Moscú al lado de unos Generales que lo son en teoría, porque en el ejercicio no lo han demostrado con la Invasión a Ucrania para llegar a Kiev. Y la disyuntiva en que se mueve Pekín, (China), en este tiempo. Es que la base económica de estos dos grandes Estados se viene hiperbolizando en una sola estructura económica, donde no hay un personal calificado para generar cambios debido a que el contexto económico y social, deben estar acorde con el aparato productivo.

Vladimir Putin, presidente vicario de Rusia, según la Iglesia Ortodoxa debió revisar las bases estratégicas de conducción financiera socialista y compararlas con el actual desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad.

Mao Zedong, (Tse Tung, China), y Vladimir Lenin, (Rusia), cayeron en el mismo error en el afán de preservar a ultranza el poder político y, plantearse objetivos ambiciosos para desarrollar y alcanzar en breve plazo el crecimiento y bienestar social para ambos pueblos que hoy, se movilizan bajo una causa común que es llegar a París, (Francia), y a Turquía atravesando el Éufrates y el Tigris, los cuales están secando, para instaurar y conformar el Imperio Otomano para los próximos años.

La globalización es un programa en su origen norteamericano que los países progress protestaron y, dejaron atrás para que las generaciones futuras en el carácter cíclico de desregulación y tendencias globalizantes, manejaran las variables macroeconómicas y, en esa capacidad, los mercados reales coadyuvarán en el diseño de explotación de una sociedad civil con fórmulas comunes.

En el desarrollo histórico de las burbujas, que buscan preservar el poder político de construcción socialista, observamos una correspondencia en el desarrollo del capitalismo y del dólar como una unidad monetarista en la correlación de las fuerzas progresistas bursátiles de la sociedad comunista. Se debe entender que nos encontramos ante una nueva política económica consolidada con criterios socialista. Para originar una crisis de legitimidad, que permite romper con las viejas estructuras para mantener una correlación política con partidos opositores.

En los marcos de la globalización se han intensificado los flujos de inversión extranjera directa, estimulada por la apertura de algunas cuentas de capital. Y Venezuela y Argenta han picado el anzuelo y, por esto, han descalificado muchos de sus trabajadores institucionales, luego vendrá el arrepentimiento, como lo hizo Gustavo Petro al incluir a Piedad Córdoba en el Pacto Histórico y, es un simple juego lo que ha de venir.

Se debe tener una visión clara de las concepciones neoliberales, porque crean destabilizaciones en el desarrollo de sus relaciones económicas y hay un carácter asimétrico en la profundización del papel de los organismos de cooperación multilateral.

El modelo diseñado plantea un nuevo tipo de dialéctica del desarrollo económico y social, muchos eruditos hiperbolizan las teorías ideológicas para institucionalizar leyes provenientes de las decisiones del partido y, sin derecho a réplica despliegan situaciones de crisis para romper con los derechos ciudadanos y, en vez de enriquecer la doctrina marxista, centralizan las ordenes de mando para enriquecerse por demás.

Ahora, se habla de colectivización, desean inducir todo en un proceso productivo, donde los beneficiarios son pocos. Porque, los demás serán asalariados con una economía doliente que exige una reforma parcial a las iniciativas creadoras de los colectivos laborables, que son pocos porque la mayoría poco ejercen algún oficio definido.

Son modelos diseñados para favorecer a pocos, donde la parte castrense arropa un liderazgo muy lineal. En estos momentos, las fuerzas mercenarias ya activadas en América Latina buscan controlar los modos de producción y quitarles el derecho a las minorías de organizarse, para así inmovilizar los estereotipos políticos. Siempre han existido movimientos subversivos en América Latina y los presidentes progress están fijados en una motivación de intereses personales.

Todos interesados por las riquezas de nuestro país. Hay pocos dólares en la calle para beneficiar a tanta gente.

Los mercenarios estadounidenses vienen formando neocolonias, apoyados por sus bases militares y satélites que observan América Latina. Por esto, hay que sincretizar a las nuevas generaciones, es conciencia política y social.

La sociedad, desea incluirse en estos programas desde la base. Pero hay dominancia de élites que controlan el mercado globalizado. En esos grupos hay activados grupos de izquierda. Se están disminuyendo las medidas políticas de protección y, romper con la integración regional.

Estos grupos mercenarios se apostan a lo largo de la línea fronteriza y golpean los pequeños cultivos de agricultores que procuran café, papa y ganado caprino para surtir, en nuestro caso, a Caracas y ciudades centrales del país.