Entramos al inicio de los 7 meses de conflicto en Ucrania, los discursos gubernamentales expresados oficialmente por Zelensky, la vice primera ministra Irina Verescbuk y los encargados de relaciones exteriores de Ucrania, junto a una prensa occidental que repite sin contrastes la narrativa de Kiev. Siguen la plataforma propagandística de la estrategia occidental de la victoria a toda costa sobre los rusos, (declaración del secretario de defensa Austin) expulsión de los rusos del sureste y el progreso inmediato de las zonas aledañas que obligará a los que han optado por los rusos, a volver orgullosos a Ucrania. la cuestión es crear a Rusia como el enemigo fundamental y derrotarla.

Aunque, externamente, una cosa es el entusiasmo de buen vendedor de armas del que se ufana Biden, cuando logra que el congreso apruebe enormes cantidades de dólares para financiar la continuidad de la guerra, (últimos 3,000 millones de dólares) y otra, es la realidad ideológica, política y militar en el terreno.

En el marco ideológico, Washington ha podido tergiversar, esconder y justificar, en los medios, que controla mundialmente, toda la responsabilidad que implica mantener a la población civil y, las fuerzas armadas en una incertidumbre de seguridad existencial que agota emocionalmente a la gente y el sufrimiento que provocan a sus víctimas, sin límites de crueldad.

Para el caso, los constantes bombardeos a la población civil de Donetsk y Luganks usando bombas de racimo, que deja muchos muertos y heridos diariamente, esparcir en zonas urbanas minas antipersonales, bombardear la planta nuclear de Zaporiyia, torturar, disparar en las rodillas y castrar a soldados rusos capturados y, declarar una ley ambigua de represión y capturas a la población civil del Sureste ucraniano que no quiere abandonar sus lugares de origen y luego aprueban que se queden. (que se vayan o que se queden según la conveniencia de los operativos militares.) toda culpa se la atribuyen a las fuerzas armadas rusas.

Para tener una imagen serena y muy objetiva de la situación en Ucrania, hay una entrevista de la revista Executive Intelligence Review (EIR) y el Instituto Schiller. que realizó Mike Billington, el 26 de abril recién pasado, por más de una hora al coronel, veterano de Viet Nam y ex senador por Virginia, Richard Black.

Vayamos a esta entrevista, el coronel habló de la guerra en Siria, de la alianza de Washington con ISIS y Alkaeda para derrocar a Al Assad e impactó con sus declaraciones realistas sobre la guerra en Ucrania.

El coronel, después de destacar que Washington, Reino Unido y la OTAN preparaban con el ejército ucraniano la invasión al Donbás, aclaró que, todos se hicieron los desatendidos a las solicitudes, por escrito, demandas, sugerencias e intenciones previas del presidente Putin por evitar la guerra. Y valoró como necesario, tácticamente hablando, la iniciativa del presidente Putin de lanzarse a la operación militar especial con lo que tenía a la mano.

Ya entrado en el tema de la guerra, sostuvo: "A mi país le importa un bledo Ucrania…lo que le interesa es Rusia…pero empezar una guerra mundial por Ucrania es una auténtica locura…a Estados Unidos y la OTAN no nos importa cuantos ucranianos mueren, ni civiles, ni mujeres, ni niños ni soldados…Ahora estamos enviando cantidades fantásticas de armas, y eso ha hecho que las acciones (bursátiles) de Raytheon, que crean misiles, y de Northrop Grumman, que crea aviones y misiles, todas estas industrias de defensa se han hinchado tremendamente con el dinero de los impuestos. No creo que al final vaya a cambiar el resultado. Creo que Rusia se impondrá. Los ucranianos están en una posición estratégica muy incómoda en el Este."

Hoy después de experimentar la agudización de la inflación en costes elevados del gas, la electricidad y la gasolina. Los obreros ingleses entran en huelga, Macrón declara públicamente que la época de la abundancia llegó a su fin. Y, a estas afirmaciones se suman las declaraciones de una parte del gobierno alemán y un alcalde de una ciudad importante, que exigen un alto al fuego y el inicio de negociaciones con Rusia, para resolver los problemas de la inflación.

La esperanza de los ucranianos se parte entre la continuidad de una guerra perdida, que se está llevando consigo, las promesas de democracia, paz y progreso, ofrecidas como objetivos de la revolución euromaidán y, la realidad de esperar que lleguen los rusos a que los liberen de los bombardeos, la represión, el temor y la incertidumbre de un Estado que no depende de las necesidades de su pueblo, si no, de los intereses de Washington, Inglaterra y la OTAN.

Ahora, hay caravanas de ciudadanos viajando al Este, otros emigrando a Rusia, (mas de 3 millones de ciudadanos ucranianos y del Donbás) y, los que se quedan esperando a los rusos y el inicio de la reconstrucción. Todo esto sucede en el Sureste de Ucrania.