El capitalismo salvaje está arrasando toda forma de vida en nuestra Madre Tierra

Desde los años 50 hasta 1984 la producción de alimentos superó al crecimiento de la población y desde 1984, viene ocurriendo lo contrario.

Durante la década del 90 la producción de alimentos aumentó 0,5% anual y la población siguió creciendo un 1,4% al año en todo el mundo, por lo que el futuro que ofrece la humanidad no es nada provisorio.

La naturaleza es el mayor obstáculo para el devenir del modelo capitalista y no puede ser tratada como adversaria.

El capitalismo salvaje está realmente ciego ante los peligros ecológicos, su postura es que mientras menos se hable de él, mejor.

No admite que somos parte de la naturaleza en la que existen cualquier cantidad de especies, sin embargo, una sola de éstas está minando nuestra hermosa Tierra:

La especie humana en su afán de lucro y ansias de poder.

El aire, el agua y el suelo, bienes gratuitos o casi gratuitos, no son reconocidos ni se calcula su valor en función de su deterioro.

El capitalismo salvaje está contenido en un mundo físico y finito; la biosfera es dada y sus recursos no se pueden ampliar; su capacidad de absorción no se puede aumentar, la biosfera una vez dañada no vuelve a sus condiciones iniciales.

El capitalismo salvaje es un sistema abierto que actúa criminalmente en un sistema cerrado.

Algunos de los umbrales que están amenazando a nuestra Madre Tierra son conocidos:

La desaparición de la capa de ozono, el cambio climático, el colapso de las zonas pesquera, la tierras para la agricultura y cuatro hojas más de etcétera.

El 70% de la población mundial vive ya en zonas donde el agua escasea, el agua es el recurso más indispensable del mundo.

"El oro azul" comenzó a escasear, 80 países donde vive el 40% de la población mundial sufren la escasez de agua, mientras que 9 países tienen el 60% del agua potable.

Tanto el acceso al agua como el de los alimentos se han convertido en un factor que limita gravemente la existencia humana, por lo que se vislumbran guerras por los recursos naturales.

Desde 1940 la población se ha triplicado y el consumo de agua se ha cuadruplicado; la única fuente nueva del agua es dejar de derrocharla.

Algunos países están arreglándoselas con agua sin tratarla, lo que prevé el regreso del cólera; el futuro contempla también guerras por el agua.

Un análisis de los suministros disponibles de agua revela que de los 200 principales sistemas fluviales del mundo, 150 lo comparten 2 países y los otros 50, están repartidos entre 3 y 10 poblaciones.

No cabe duda que la humanidad está amenazada y el capitalismo salvaje no ofrece alternativa ni respuestas a los riesgos que amenazan toda forma de vida en nuestra Madre Tierra.

Ese proceso histórico de descomposición del capitalismo salvaje deja visible la justificación científica del sustentable sistema socialista ante la anarquía creciente y la desintegración del asesino régimen capitalista.

Si no actuamos a tiempo para contener al criminal capitalismo salvaje, la humanidad colapsará inevitablemente en un futuro bastante cercano.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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