El negocio de la paz

Si por el arte de birlibirloque se lograra disminuir la actividad bélica en el mundo, esto traería muchas consecuencias en el mundo y en las actividades económicas, financieras e industriales que en él se desarrollan, siendo las principales todas aquellas que históricamente han estado vinculadas a la guerra y la violencia, las cuales en un escenario de paz deberán transformarse o desaparecer y dando paso a otras actividades que generarían desarrollo y bienestar a la población en general.

Entre las Industrias típicamente asociadas a la guerra por supuesto que debemos colocar en primer lugar la Industria armamentística, la cual conlleva la producción de armas, municiones y equipos militares como los elementos más obvios. En un mundo sin guerra, la demanda de estos productos se reduciría drásticamente o simplemente desaparecería lo que podría llevar a la quiebra o reconversión de muchas empresas en este sector.

Hay industrias vinculadas directamente a la actividad bélica que igualmente sentirían el impacto de su reducción como es la Industria de la seguridad, conformada por aquellas empresas que se dedican a la producción de sistemas de seguridad, vigilancia y protección que verían reducida su demanda en un entorno más pacífico.

La Industria médica especializada en las lesiones y enfermedades físicas y psicológicas generadas por los conflictos bélicos se reduciría y sufriría por la reducción a cero de la demanda de sus servicios.

Los recursos que hoy se dedican al funcionamiento y producción en estas empresas se dirigirían hacia el desarrollo de sus países de origen incrementando el bienestar del que disfruta su población.

La inversión en investigación y desarrollo que se realiza para mantener en funcionamiento y con nuevos desarrollos a la maquinaria de guerra es considerable, por lo que estos recursos podrían redirigirse hacia áreas como la energía, la medicina, la exploración espacial, la tecnología para mejorar la calidad de vida.

La paz traería y generaría nuevas oportunidades económicas en sectores como el turismo, la construcción, la agricultura, los servicios sociales y muchas otras que hoy ni siquiera nos imaginamos.

Pero más allá de la industria armamentística la guerra no solo impulsa la economía a través de la producción de armas, sino que también influye en otros sectores a través del consumo que genera, por ejemplo en la demanda de combustibles, utilizados en gran medida para fines militares, disminuiría influyendo por lo tanto en el precio de los mismos.

En el sector financiero, los bancos y las instituciones financieras que prestan dinero a gobiernos y empresas involucradas en actividades militares tendrían que pensar en un modelo de negocio basado en la paz.

Aunque soñar no cuesta nada, se debe señalar que para llegar a un mundo de paz es necesario resolver las contradicciones principales que hoy genera Estados Unidos como factor primordial internacional, siendo la fundamental contradicción mundial la polarización en las sociedades y entre ellas de un grupo de clases sociales súper ricas y un grupo mayoritario de personas súper pobres despojadas de sus potenciales riquezas.

Venezuela, modestamente está contribuyendo a llegar a ese mundo de paz donde la armonía y el respeto prevalezcan en las interacciones humanas, y donde las diferencias culturales y políticas no sean fuente de conflicto, centrándose en basar sus relaciones en los esfuerzos humanos del trabajo y la cooperación.

Para ello está imprimiéndole actualmente a la sociedad venezolana, algunas de las características que tendría un mundo pacífico, como son Comprensión y Tolerancia, Diálogo Abierto, con comunicación constructiva, Educación en Valores de Paz como el respeto por los derechos humanos y la Igualdad y Justicia Social basado en nuestra ideología socialista.



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Oscar Rodríguez E


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