Inmigración, viaje con retorno (I)

Las grandes ciudades del mundo ya no exigen la mano obrera de aquellos traseuntes que llegaron en busca de un jornal diario para satisfacer largos años tras la búsqueda de un lugar adecuado para residir y lograr el bienestar de su grupo familiar. Por el incremento natural en su población y el crecimiento urbano producido por los viejos inmigrantes, Europa quiere detener la expansión urbanística de sus principales condados, por ese grave asunto de los servicios públicos y la seguridad nacional. Desde hace tres siglos- Estudios de Johon Gramut, 1667- los análisis realizados por economistas y aritméticos políticos europeos determinaron que ciudades como Madrid, Lisboa, Londres y algunas comarcas aledañas a grandes zonas urbanas tenían una gran data de muertes con relación al numero de nacimientos. Sobretodo estas cifras provenían del mundo rural que rodeaban a estas capitales. Las razones fueron muy claras; las terribles epidemias que se abatían sobre las ciudades y elevaban bruscamente su mortalidad. En segundo lugar, la insalubridad de las ciudades compaginada con los servicios públicos y la facilidad en el contagio de enfermedades mortíferas en estos lugares de concentraciones humanas y en tercer lugar, la inseguridad.

Las migraciones fueron un factor clave en la regulación de las poblaciones urbanas por el asunto de la sociedad pre- industria. La ciudad necesitaba a estos nuevos exploradores para mantener su población estable y mas aun para aumentarla, en muchas ocasiones eran verdaderamente esencial. La situación demográfica de las ciudades empezó a experimentar cambios significativos en el siglo XIX en la Europa vieja. Al poco tiempo de la revolución industrial, las ciudades urbanas se poblaron de inmigrantes provenientes de Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos y del África colonizada.

Europa no desea ghettos marginales a su alrededor con latinos que no desea trabajar la tierra y en factorías. Solo desean quedarse en las calles ofreciendo sus bisuterías y lo peor, los cuerpos policiales revelan hechos delictivos alarmantes como conflictos sociales de extranjeros y donde los consulados deben trabajar mucho. Al igual que Estados Unidos desean regularizar su población flotante y dejar a los que en verdad cumpla con la ley laboral.

Sin duda, hay grandes dificultades por los asuntos diplomáticos, pero un Estado no puede soportar tanto. Ejemplo lo tenemos en Venezuela ante la presencia de tanto extranjeros, paramilitares y gente dedicada al sicariato que esta matando a nuestros pocos agricultores y sindicalistas. Aunque muchos europeos vinieron en la época post- colonial a nuestro territorio, el gobierno nacional debe controlar la entrada y estadía de inmigrantes en nuestro pais porque nuestras ciudades no tienen agua, buenos mercados, servicios públicos y el transporte publico esta desfasado y esta originando una crisis a nivel territorial.

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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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